lunes, 17 de junio de 2013

Epílogo. ♥

Un año y 3 meses después...

Pedro acomodaba unas carpetas con archivos en su escritorio, mientras murmuraba y tarareaba con alegría partes de la canción "Me gusta" de Ciro y Los Persas… Ese tema ya había pasado un poco de moda pero él nunca dejaba de cantarla, era una de sus favoritas.

Pedro: si pudiera herir tu cuerpo de amor, lo estoy meditando, no habría nada mejor... Nanaaanan...

Estaba muy contento porque ese mismo día era su aniversario de casamiento con Paula, parecía ayer cuando muerto de nervios le había hecho la propuesta en Bariloche, más específicamente en el bello Bosque de Arrayanes. En tres meses habían organizado todo y concretado la unión con sus familias y amigos de testigos, ante la justicia y ante Dios. Ahora todo marchaba viento en popa en la relación y esta sería una noche de festejo junto a su esposa... Lo único que le faltaba era pasar a buscar el regalo al salir de la oficina. Tenía una linda sorpresa preparada para ella, estaba seguro de que no se lo esperaría.
No pudo evitar repasar el hermoso momento del casamiento en su mente mientras terminaba de acomodar sus papeles.

Una iglesia de barrio muy bonita, adornos con flores blancas que mostraban la pureza del acto que iba a ocurrir en ella, los invitados emocionados esperando, el novio ansioso y sin poder dejar de moverse a causa de los nervios, acomodándose el moño negro que completaba su look con el smoking… De un momento a otro la música comienza a sonar: la clásica marcha nupcial llena el ambiente con su melodía. La novia aparece en la puerta con una sonrisa radiante, los ojos brillantes, y cumpliendo con todas las costumbres, ideas, tabúes, creencias que aseguraban un matrimonio feliz: vestida de blanco con fino lazo azul en su cabello adornando el peinado recogido, con unos aros colgantes brillantes prestados por su tía, con unas medias de lycra sanas pero que no estrenaba ese día... Algo azul, algo nuevo, algo viejo y algo prestado. Lista para su GRAN paso.
Con pasos lentos, y aferrada al brazo de su padre se acerca al altar.
El novio, también ahora con los ojos brillantes, tratando de retener las lágrimas que se querían escapar, lágrimas que reflejaban la mezcla de alegría y nostalgia que sentía en ese momento: alegría por estar a minutos de unirse de por vida a la mujer que más amaba y de nostalgia porque  deseaba que su mamá pudiera estar ahí. Recibe a su prometida, la toma de la mano y comienzan a escuchar al Padre. Escuchan atentos, emocionados, felices.

Cura: Pedro Alfonso, ¿aceptas a Paula Chaves como tu esposa? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida?
Pedro: Si, acepto (responde en seguida y bastante emocionado).
Cura: Paula Chaves, ¿acepta usted a Pedro Alfonso como tu esposo? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
Paula: (deja escapar una lágrima, mira a su marido con una sonrisa y asintiendo dice) si, acepto.

Luego de esto el cura bendice los anillos y los novios se los intercambian. La misa continua, el cura les da permiso de sellar la unión con un beso y ante los aplausos de sus familiares y amigos que estaban ese día allí, se besan, se abrazan y al escuchar la música que indicaba su salida, avanzan por el pasillo para salir del templo como esposos, unidos ante Dios. Para toda la vida.


Pedro: Como me gustaría repetir las emociones que viví ese día... (Comenta en voz alta recordando el día en que se casó)
Horacio: Pepe, ¿decías algo?
Pedro: (se gira sobre sí mismo, sobresaltado ya que no había oído llegar a su padre) Pa, ¿qué haces? (Se ríe) pensé que estaba solo. Fue un pensamiento en voz alta...
Horacio: ¿qué día querías revivir?
Pedro: Mi casamiento. Hoy se cumple un año, ¿sabes? (Horacio asintió) y me puse nostálgico. Todos los días soy feliz junto a Paula pero las emociones que viví ese día fueron únicas, increíbles.
Horacio: Con el tiempo vas a ir encontrando más días que te marquen tanto como ese (le sonrió con franqueza a su hijo). Si querés anda yendo. Ya no hay mucho que hacer.
Pedro: Dale Pa. Gracias.

Tomo las llaves de su auto del escritorio, su chaqueta que estaba colgada en el perchero junto a la puerta y salió hacia la calle, para terminar de armar la sorpresa para su esposa y luego ir a su casa.
Mientras se acomodaba en el auto para salir en busca del regalo su celular comenzó a sonar y atendió con una sonrisa ya que se trataba de su esposa.

Pedro: Amor, ¿Cómo andas?
Pau: Bien, ¿vos?
Pedro: Bien, por buscar tu regalo.
Paula: ¡Basta! Porque no me queres decir qué es y me pongo ansiosa.
Pedro: (riendo) sos terrible. Solo te digo que te va a encantar.
Paula: ¿No será la perrita que hace rato te pido que me compres y vos no queres, no? (preguntó poniendo voz de inocente, deseaba mucho ese regalo y su novio no estaba dispuesto a tener dos perros pero nunca perdía las esperanzas).
Pedro: No, Pau. Ya te dije que con Moro tenemos suficiente. Ya vas a ver, te va a gustar.
Paula: Bueno, ¿ya saliste?
Pedro: Si, estoy en el auto.
Paula: ¡¿Manejando?! Te dije que no me atiendas mientras manejas.
Pedro: ¡Tranquila! Estoy en el estacionamiento todavía.
Paula: Bueno, mejor. ¿A qué hora llegas? Así yo preparo mi sorpresa.
Pedro: Para cenar estoy ahí.
Paula: genial, nos vemos gordo. te amo.
Pedro: Bueno, nos hablamos después gorda. Porque si no ya veo que llego tarde. ¡Te amo más!

Paula, había salido del trabajo una hora antes de lo normal ese día y la estaba aprovechando para hacer algunos quehaceres de la casa, y esperando a su hermana con la que había intercambiado unos mensajes en cuanto salió de la oficina y habían quedado en verse un ratito.
En realidad todo lo que hacía Pau en su casa era para tratar de no pensar en otra cosa que la tenía muy nerviosa esos últimos días. Había aprovechado que Delfi iba a su casa y le había pedido una cosa que necesitaba... Ahora la esperaba muy pero muy ansiosa mientras planchaba, doblaba la ropa, caminaba por toda la casa ordenando y buscaba hacer lo que sea para calmarse.

Pau: "No le cuentes a nadie lo que te pedí, eh."

Le envió ese mensaje a su hermana y siguió pasando una franela por un mueble que había en el living aunque este ya brillaba de tan limpio que estaba.
Al rato alguien toco el timbre y muy segura de que se trataría de Delfi la abrió, mientras decía: "Más te vale que no le hayas dicho a nadie..." Pero dejó la frase inconclusa al ver que no se trataba de su hermana menor.

Jose: ¿qué cosa no le tengo que decir a nadie?
Pau: ¡Ay Jo! ¿Cómo andas? Pasa (se movió hacia un lado del umbral para dejar pasar a su fiel amiga).
Jose: (entró al instante y cerró la puerta detrás de sí) todo bien... Pero no me respondiste.
Pau: No, es que... Pensé que era Delfi (respondió algo nerviosa)
Jose: ¿en qué andarán las hermanitas Chaves? ¡Miedo!
Pau: (rió) ¡qué mala! ¡Nada malo! ¿Te quedas a tomar unos mate conmigo y con Del?
Jose: Y bueno, dale. Venía a traerte la remera que me prestaste (le da una bolsa), te la lavé, eh (agregó sonriendo)… pero me quedo ya que estoy.
Pau: ¿Pongo la pava o esperamos a Delfi?
Jose: Como tú quieras amiga.
Pau: Vamos a la cocina, ya vamos poniendo el agua.

Cinco minutos después de que Jose había tocado el timbre éste volvió a sonar. Esta vez Pau se aseguró de que era alguien conocido quien llamaba antes de abrir y al ver que era Valen, otra de sus fieles amigas, la dejó entrar.
Valen le contó, mientras caminaba con ella hacia la cocina donde estaba Jose, que había estado haciendo los últimos trámites con los de la inmobiliaria y pronto estaría conviviendo con Hernán, y ya que pasaba por allí y su novio se iba a trabajar quiso saludarla.
Delfina no tardó en llegar y se unió a la reunión de las chicas. Paula le pidió discreción frente a sus amigas con respecto al secreto que tenían entre ellas...

Pedro, en cuanto salió de su oficina viajó bastante en auto ya que la casa del criador de perros estaba en una localidad un poco lejana a la suya… Y si, finalmente le compraría la perrita que tanto deseaba, seguramente sería una sorpresa muy grande y la dejaría muy feliz. En cuanto tuvo a la cachorra en su poder viajó hasta la casa de su hermana Sonia en la que había dejado lista una bolsa de papel madera con un gran moño rosa en la que había guardado los platos para el agua, la comida, un collar con su correa y la comida. También él estaba muy ansioso por ver el regalo que su novia le había prometido así es que una vez que tuvo todo listo partió hacia su hogar, no sin antes agradecerla a su hermana por la complicidad con él.

Hacía una hora que sus amigas se habían ido de su casa y media hora de que su hermana lo había hecho, no sin antes ayudarla con lo tenían pactado hacer desde un principio… Aunque había evaluado la posibilidad, no había tenido totalmente asumido ese cambio a último momento que había tenido que realizar en el regalo por el aniversario para Pedro en aquel día. Por suerte había podido contar con su hermana quien le había sido de mucha ayuda para preparar todo. La cena ya estaba en el horno, cocinándose, el living ordenado y ambientado para la ocasión, música suave de fondo para calmar su ansiedad.
El timbre sonó y se apresuró a ver de quien se trataba. Su ansiedad, sus nervios ya eran incontrolables: Ahora deseaba más que nada darle su regalo a su novio que recibir el que él seguramente le traería.
Observando por la mirilla de la puerta, y viendo que el que había tocado el timbre era Pedro, le abrió y lo abrazó.

Pedro: ¡Hola! Que recibimiento efusivo (sonrió). ¿Cómo andas amor?
Pau: Todo bien, ¿vos? ¿tu día?
Pedro: Todo tranqui… Pero espera (la detuvo cuando ella estaba por cerrar la puerta). Tengo el regalo en el auto… Vos sentate acá (la acompañó hasta el sillón) y cerrá los ojos que yo ahí vengo... Pero no hagas trampa, eh.
Pau: Bueno, está bien. ¡Qué nervios! (comentó mientras se acomodaba con los ojos ya cerrados)

Pedro fue hasta el auto, levanto a la perrita con un brazo y con el otro levantó la bolsa con las cosas de la cachorra, volvió a cerrar el auto, entró en su casa y cerró la puerta detrás de sí. Caminó hasta su novia y le dejó la bolsa en las manos.

Pedro: ¡Todavía no abras los ojos!
Pau: Ufa. ¡Dale!

Pedro se sentó a su lado y sostuvo a la perrita frente a ella, la fue acercando de a poco y ésta empezó a lamerle la cara a Pau.
Paula que no entendía nada al principio se asustó y se corrió, al hacerlo también abrió sus ojos… Se quedó por unos segundos observando a la perrita sin decir nada hasta que pudo reaccionar, la tomó en sus brazos y la abrazó: perrita blanca, bulldog francés, tal cual ella quería.

Paula: ¡Ay! Gracias gordo. ¡¡Sos lo más!! (Dejó a la cachorrita a un lado y se abalanzo sobre su marido). Es hermosa. Justo la que quería. Gracias… gracias… gracias (repitió entre los besos que le dejaba en la boca a Pedro). Menos mal que no la querías, eh. Ya se la quiero presentar a Moro y que se hagan amigos… Pero por ahora lo dejo afuera, no sé cómo reaccionará.

Mientras hablaba y le agradecía a su marido sus ojos fueron llenándose de lágrimas… En cuanto dejó de agradecerle con palabras siguió haciéndolo con besos y sus lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas.

Pedro: Ey, gorda. ¿Por qué lloras? ¿Hay algo que no te gusta?
Paula: No. Si sabes que éste era el regalo que mas anhelaba (le respondió mientras se limpiaba las húmedas mejillas con el torso de su mano). Es que estoy media llorona hoy.
Pedro: ¿Hoy no más? (comentó riendo)
Paula: Hoy más que nunca.
Pedro: ¡No seas maricona! Y reí que somos muy felices y encima te cumplí el deseo de la perrita.
Paula: Todos mis deseos me cumplís vos. ¡Gracias! (Al agradecerle de nuevo, las lagrimas volvieron a escapársele pero se las limpio rápido y se levantó del sillón). Voy a buscar mi regalo para vos. Aunque es medio para los dos (agregó pensativa)… Ahí vengo.

 Salió del living por la puerta que llevaba al pasillo que dirigía a las habitaciones y al baño, tardó unos minutos en los cuales Pedro, que comenzó a ponerse ansioso, acariciaba a la perrita y le ponía agua. Pero cuando su mujer volvió, él ya estaba de nuevo sentado en el sillón, esperándola.
Traía en sus manos una caja del tamaño en las que vienen normalmente las zapatillas pero como estaba envuelto con un papel brillante bordó y adornado con un moño blanco no estuvo completamente seguro de que fueran zapatos… Esperó con paciencia que ella se sentara a su lado y en cuanto le paso la caja la miró buscando la aprobación para abrirla. Pau le sonrió y él comenzó a romper el papel… Debajo de este había una caja de cartón, color marrón, bien común, de las que se compran en cualquier casa de artística. Aún más intrigado buscó la solapa de la misma y la abrió.
Dentro de la caja se encontró con otra caja más pequeña, ésta forrada con un papel azul oscuro. Pero ahora no había moño sino un papel doblado: lo tomó en sus manos, lo desdobló y leyó su contenido que estaba escrito con la letra de su mujer.

“Te amo desde lo más profundo de mi ser… “

Sonrió, miró a Paula quien le devolvió la sonrisa y volvió a concentrarse en su regalo. Rasgo el papel azul y se encontró con la misma caja de cartón color marrón, tomó la solapa y la abrió. Dentro se encontró con otra caja más pequeña, esta vez forrada de color amarillo pastel. Se rió y miró a Paula otra vez.

Pedro: ¿Qué tipo de juego es este?
Paula: Era para ponerle más suspenso… Pero, ¡dale! Que me muero de ansiedad yo.

Pedro pudo notar que las manos de su mujer temblaban ligeramente, ¿Qué sería aquel regalo que la tenía tan ansiosa y nerviosa?
Sobre la caja de color amarillo había otro papel. Lo tomó y lo leyó…

“Este no era el regalo original, hubo un cambio de último momento pero creo que igual te va a gustar… Feliz años de casados… ¡Y por muchos más!”

Dejó el papel a un lado, rompió el envoltorio y se quedó en sus manos con otra caja de cartón color marrón… Tiró de la solapa y la abrió de una vez…
Cuando pudo ver lo que había adentro no estaba seguro de que sus ojos le estuvieran funcionando bien. Tomó el pequeño “artefacto” blanco en el cual se veían claramente dos rayitas… ¿Un test de embarazo? La información le llegó de golpe a su cerebro y en cuanto volvió a reaccionar pudo observar a su esposa a su lado llorando, y con una sonrisa en los labios.

Pedro: (con voz temblorosa le preguntó) ¿vamos a ser papás, mi amor? (sus ojos se le llenaron de lágrimas: poner en palabras la pregunta que vagaba por su mente hizo que todo fuera mucho más real)
Paula: Si (dijo a la vez que asentía).

Pedro  no aguantó más las lagrimas y dejo que estas corrieran por su rostro a la vez que se sentaba en el suelo para quedar a la altura de la panza de su novia, le levantaba la remera y decía: “hola bebe”.

Paula no pudo contener las ganas de abrazarlo ante la ternura que le dio lo que acababa de hacer. Sabía que su novio era la persona más tierna del mundo pero nunca había pensado que reaccionaría con esa ternura. Lo levantó del suelo mientras ella también se levantaba y se quedaron abrazándose y besándose durante unos cuantos minutos, en los cuales Pedro no dejaba de acariciar la panza de su mujer, donde día a día crecía el fruto del amor tan puro que ellos se tenían.

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Agradecimientos. 

Quiero agradecerles a todos los que se bancaron las VUELTAS de estos muchachos desde el primer hasta el último capítulo, a los que me comentaban, a los que me leían en silencio, a los que me ayudaban cuando pedía ayuda por twitter o por privado a mis más allegadas.

Querría agradecerles a uno por uno de los que me dieron ánimos de subir la novela, de los que me tiraron ideas, me destrabaron cuando no sabía cómo avanzar pero sería una lista bastante larga porque por suerte muchos me ayudaban, y seguramente me olvidaría de alguien y no quiero que eso pase…
Además a las que me ayudaron o hicieron bellos comentarios siempre les agradecí en forma pública y privada, les dedique los capítulos y les sigo totalmente agradecida…Ustedes saben quienes son: GRACIAS

9 comentarios:

  1. Que lindooooooo. Me encantó el epílogo. Felicitaciones! Y espero que, si tenes tiempo, hagas otra novela. Escribis genial!

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  2. ♥ ♥ ♥
    No puedo creer que haya terminado!!!! Parece que fue el otro dia que me decias que tenías un cap para una nove, aii aii aii
    HERMOSO EPILOGO, HERMOSA NOVELA
    Y GRACIAS A VOS POR COMPARTIR TU IMAGINACIÓN, TUS LOCURAS, UNA PARTE DE LO QUE SOS ACÁ!

    TE QUIERO MUCHISIMO!!

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  3. Gracias a vos por escribir y compartir esta linda historia con nosotros, quienes disfrutamos leer novelas de PyP ♥

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  4. hermoso,me encanto...
    ojala siga escribiendo porque lo haces increíble!!!

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  5. aaaweeghhhhhkaBCHSHADCÑSBDSBakbkasbdhbbJSHKHAJJawwww
    muyyyy tiernis Agos!!!!!!

    tan tiernis como vos.
    Placer haberte leído y aradecida por dejarme enamorar por tu vueltera ternura.
    Ojala tengamos el placer de seguirte leyendo algún día de estos.

    Felicitaciones!!!!

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  6. Ya te lo dije... pero ¡como voy a extrañar Vuelteros! la amé desde el principio y me da nostalgia que termine!!! Gracias por compartir esta linda historia con nosotras!!! Espero volver a leerte prontito ;)

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  7. Que lindo final te mandaste para Vuelteros !!!!' Fiel a mi lectura lo leí esta madrugada pero no estaba inspirada para comentar. Si como leí fue la primera que escribiste lo hiciste muy bien , con tanta calidez y dulzura que esperamos pronto la vuelta de un nueva historia que nos atrape!!! Besos.

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  8. Me encantó!!! Qué lindo y claramente, original regalo!!!
    Hermoso el final de esta historia tan vueltera, gracias una vez mas a vos por haberla compartido, de verdad la disfruté de principio a fin y amé como la escribiste, ojalá pronto podamos leerte con algo más!
    Un beso Agos! :)

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  9. me encanto la nove me tarde ne terminar de leerla pero me encato

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