sábado, 25 de mayo de 2013

Capitulo 173 ♥

Era uno de los días más fríos del año (hasta los noticieros de la televisión así lo afirmaban), el cielo se mantenía cubierto por una espesa capa de nubes entre blancas y grises, y soplaba bastante viento. Por suerte la lluvia parecía no tener intenciones de hacerse presente. Nada de esto, ni el clima ni nadie, iba a detener a Pedro y Paula que habían elegido ese día para comenzar la mudanza.
A pesar de ser sábado ambos se levantaron temprano. Pedro fue hacía su casa y comenzó a limpiar su habitación y hacer lugar para que Paula pudiera llevar sus pertenencias. Paula, por su parte guardó su ropa en todos los bolsos y valijas que encontraba para luego pasárselos a Pedro por la medianera, también alistó su almohada, las sabanas, las frazadas y acolchados ya que estaba en la habitación también ya los llevaba. Habían decidido comenzar por esas cosas que eran las que necesitaría Pau si o si al mudarse, demás cosas como los muebles o cortinas, utensilios de cocina, podrían esperar; era obvio que en un solo día no finalizarían con la mudanza.
Ambos estaban muy felices y ordenaban con energías, con ganas.
Al llegar al final del día la habitación de la (por ahora) casa de Pau ya estaba casi vacía, solo quedaban la cama y el ropero que no los iban a trasladar porque no los necesitaban; también había trasladado su shampoo, cremas y demás pertenencias que tenía en el baño, al igual que las toallas. También se llevó su cortina de la ducha, que no era totalmente necesaria ya que Pedro tenía una pero Pau se había encaprichado con que quería la suya, era como algo esencial para ella, la hacía sentir en su casa y Pedro, entre risas, acepto cumplir con su capricho.
Pasaron la primer noche oficial como concubinos pero no hubo muchos festejos ya que estaban cansados por haber estado todo el día ordenando, encima el día siguiente tendrían que seguir con lo más pesado. Por suerte Miguel, Horacio, Gonza y Fede se habían  ofrecido para terminar de trasladar los muebles y dejar la casa de Pau en condiciones ya que la pondrían en alquiler.
El domingo comenzaron a trabajar otra vez ellos solos, pasaron una de las televisiones, algunos muebles pequeños, lo que podían trasladar pasando por encima de la medianera entre ellos dos. Después del medio día llegaron los ayudando y pudieron terminar con lo más pesado.
Al concluir con todo se sentaron en los sillones a descansar un rato y Pau les cebo unos mates.

Pau: Gracias pa, gracias todos por la ayuda. Si no íbamos a tener que seguir el finde que viene también.
Miguel: De nada hija. ¡No es molestia! Quedo re linda la casa Pedro. No la había visto yo.
Pedro: Si, la verdad que el albañil trabajo muy bien y cumplieron con lo que les había pedido.
Horacio: Encima les queda genial para ustedes dos… Y para alguien más que después puede llegar (añadió guiñando un ojo a su hijo).
Pedro: ¡Viejo! No vengas a apurar.
Miguel: Eso, que soy joven para ser abuelo.
Paula: ¡Papá! ¿No queres ser abuelo? (preguntó con preocupación, ella se sentía lista para ser madre)
Miguel: Obvio hija, pero no hay apuro. ¿O sí?
Gonza: Sos terrible viejo (comentó riendo). Yo si quiero ser tío eh.
Pau: Bueno, igual por ahora no está en los planes, ¿no gordo?
Pedro: No, pero si llega bienvenido será.
Paula: Obvio (le sonrió y dejó un beso en sus labios).
Federico: Bueno, los dejamos así si quieren lo van encargando.
Paula: ¡¡Federico!!Que cuñado atrevido.
Pedro: (riendo) te pasas hermano. Quédense un rato más si quieren, no hay problema.
Paula: Igual el finde que vienen están todos invitadísimos, tenemos que hacer una reunión familiar para estrenar la casa.
Horacio: Buenísimo. Encantado, si queres te ayudo con el asado hijo.
Pedro: Si, porfa, todavía no o domino.
Paula: Más te vale que aprendas pronto Alfonso. Porque a mí me encantan los asados.
Pedro: Te prometo que antes del verano aprendo.

Durante esa semana en la que ya convivían total y formalmente siguieron acomodándose y acostumbrándose el uno al otro. Por suerte fue sin muchos inconvenientes, alguna que otra peleíta surgió pero nada muy grave, todas se arreglaban a lo largo del día, eran típicas peleas de los principios de convivencia. Pedro ahora tenía que acostumbrarse a que ya no era solo su casa sino que ahora los “jefes” del hogar eran dos, también le costaba dejar a Moro que subiera al sillón, el perro estaba acostumbrado y Paula lo dejaba, a él no le gustaba mucho pero la dejaba con la condición de que cada tanto pudiera juntarse con sus amigos a jugar a la Play. Pau tenía que acostumbrarse a vivir en una nueva casa, debía tomarla como propia, a veces se sentía media extraña pero el lugar le encantaba y más le gustaba compartirlo con su amor. Moro parecía ni haberse dado cuenta de la mudanza, en cualquier rinconcito que encontraba se acostaba a dormir una siestita, con el parque estaba feliz porque era más grande que el que tenía Pau antes y corría por todos lados. A lo que Pau le tenía miedo era a la pileta, le daba terror que se cayera ahí por correr a algún pajarito distraído.

Pedro: No le va a pasar nada. Saben nadar los perros.
Paula: Ay no gordo, pero ¿cómo sale? Tendríamos que ponerle unas rejitas alrededor.
Pedro: No le puse por mis sobrinos no le voy a poner por el perro Paula. Además cuando nosotros no estamos él se queda adentro.
Paula: Bueno, sí, eso es verdad. Pero vigilalo cuando lo dejas salir eh.
Pedro: Si, gorda. No te preocupes.

La mayoría de los muebles que habían quedado en la ex casa de Paula se los llevó Gonzalo que hacía poco se había mudado con un amigo a un departamento y les hacían falta, los otros los apilaron en la casa de Pedro, en la habitación vacía. Una de los televisores les sobraba y Pau había encontrado hacia un tiempo un comedor y hogar de niños a unas 20 cuadras de su casa así es que decidieron donarlo allí, también llevaron un equipo de música y un colchón, los niños lo recibieron felices y les hicieron un montón de dibujitos en forma de agradecimiento. Los dos se fueron de allí llenos de amor y felices de haber colaborado en una buena causa.

Llegado el fin de semana, más precisamente el sábado, la casa ya estaba lista para alquilar, solo faltaba que el pintos viniera al lunes siguiente para dejarla más linda ya que el martes pasaría la gente de la inmobiliaria para ponerle el cartel.

Pau: Guau. Mi casita… (Comentó suspirando, parada en el living vacio de su antigua casa mirando hacia todos los rincones, repasando los recuerdos que tenía en cada uno de ellos) No puedo creer el gran cambio que es esto, no viví mucho tiempo acá, solo 2 años y meses pero fue mi paso hacia la independencia.
Pedro: Si, la verdad. Pero me encanta este nuevo cambio, ¿no?
Pau: Obvio, a mi también. Esa independencia por la que tanto luchamos en la adolescencia nos guía hacia nuestra nueva familia, que no reemplaza a la anterior sino que complementa de la forma más hermosa eso que a todos nos falta. A veces siento que nacemos incompletos y todos tenemos por ahí nuestra otra mitad esperándonos, y tarde o temprano, estando cerca o lejos yo creo que siempre llega.
Pedro: Que romántica estas amor (rió y la abrazó de costado). ¿Cómo la media naranja?
Paula: Claro, algo así… (Se quedó pensativa y volvió a hablar) creo que me fui a la mierda en filosófica, ¿no? (comenzó a reírse con fuertes carcajadas que resonaban en la habitación vacía)
Pedro: (se acoplo a las risas de su novia) no, no lo creo que así. Estoy seguro de que es tal cual vos dijiste.
Paula: No sé cómo será pero por suerte yo te encontré a vos y siento que me complementas… que me completas a la perfección (lo abrazó con fuerza y susurro a su oído dos palabras más). Te amo.
Pedro: ¡Yo más!
Paula: ¡No! ¡Yo más!
Pedro: (riendo) no sé, ya vamos a ver.
Paula: Peleador.
Pedro: Vos empezaste.
Paula: Bueno, basta (sonrió). Che, la escalerita… Tendríamos que sacarla, ¿no?
Pedro: ¡Uh cierto! Si, vamos a sacarla. Ahora ya no necesitamos pasar por la medianera para estar juntos.

Entre los dos desamuraron las escaleritas de la pared que dividía los patios de las casa pero no las tiraron, las guardaron como recuerdo del primer paso que dieron para sentirse más cerca uno del otro.
Esa noche sus amigos cayeron de sorpresa con varias cajas de pizza recién comprada y unas ricas cervezas bien frías.

Valen: Hay que estrenar el nidito de amor con amigos, ¿o no?
Herni: Claro. ¿Pensaban dejarnos afuera?
Pedro: Son terribles. Igual saben que están invitados siempre.
Jose: Más les vale.
Santi: más le vale a Paula que nos siga dejando juntarnos para los torneos de Play.
Valen: ¡Que pesados con la Play!
Herni: Ey, yo estoy jugando menos ahora… Mi novia me mantiene ocupado.
Paula: ¡Ayyyy! ¡Me muero que se pusieron de noviooooooooos!
Valen: (se ruborizó) si, hoy.
Jose: ¡Qué amor! ¡Felicitaciones!
Pedro: ¡Grande Herni!
Santi: Ufa. Me están dejando solo.
Pau: Vas a tener que sentar cabeza.
Santi: Na, ni ahí (riendo). Al menos por ahora no encontré a nadie que me haga desear hacerlo.
Jose: Ya va a legar.
Pedro: ¿Y vos Jo? ¿Qué onda?
Jose: Bien, conociendo a alguien (sonrió).

Cenaron entre risas y chistes como cada vez que se juntaban, la pasaron muy bien y acordaron que se podrían juntar allí para algunos toneos de Play pero también para tomar mates y chusmear las chicas.
El domingo las familias de ambos comenzaron a llegar a partir de las 11. El primero que llegó fue Horacio quien iba a encender el fuego para el asado con su hijo, él fue el encargado de despertarlos, al haberse juntado con sus amigos la noche anterior se habían acostado tarde y del sueño que tenían ni escucharon el despertador que sonó a las 10 am.

Horacio: Perdón chicos que los desperté.
Paula: No, está bien Horacio, nos teníamos que levantar. Lo que pasa es que como anoche nos cayeron los chicos de sorpresa nos acostamos tarde y hoy ni escucharon el despertador.
Horacio: Claro, me imagino. Bueno, los dejo que se terminen de despertar tranquilos y voy a empezar a encender el fuego.
Pedro: Dale pa. Al lado de la parrilla deje el carbón y bastante papel de diario. En la cocina hay fósforos.

Horacio y Morito salieron al patio mientras Pedro y Paula aprovecharon para lavarse las caras, cambiarse y preparar unos mates.
Enseguida llegó el resto de la familia y continuaron la ronda de mates mientras preparaban ensaladas de lechuga y tomate, también de papá y huevo, y una rica ensalada de frutas para el postre. Los chicos corrían por el patio jugando con una pelota que Fran había llevado y Moro corría detrás de ellos intentando sacárselas. Todos estaban felices y se integraban con rapidez. Parecía que serían una gran familia y muy unida.

Todos los felicitaban y los apoyaban en su unión como pareja, con la nueva convivencia. Pero Pedro y Paula sus familias eran muy importantes y que les demuestren tanta aceptación a sus decisiones, tanto apoyo, los dejaba felices y contentos.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Tururururuuu ♥ Todo tan amor ♥ jajajaja!

Que tengan todos un hermoso fin de semana, no se olviden de reír y sonreír, de abrazar, amar y disfrutar... ♥
A dejar de fruncir el entrecejo que trae arrugas!!! Jajaja!

Cuenta regresiva: ♥..........2 capitlos.........♥

domingo, 19 de mayo de 2013

AVISO!!! ♥

Esta semana tengo 3 parciales en la facu y estoy intentando estudiar bien así es que tuve muy poco tiempo para escribir , el jueves será mi último parcial y prometo el viernes volver a subir... La semana que viene ya termina ya que quedan 3 capitulos. 

Espero sepan comprender. Gracias ♥ Besos a todos y nos leemos el finde que viene.

Agos.

martes, 14 de mayo de 2013

Capitulo 172 ♥


Pedro se vistió y corrió hacia la cocina para sacar del horno la pre pizza que Pau había puesto a calentar. Seguía confundido con la reacción de su novia, creía que ésta iba a encontrar lógicas las razones que él le daba para mudarse a su casa y no a la de ella.
En sí, lo importante era vivir juntos no el lugar donde lo hicieran, al menos para él era así. Pero ya que podían elegir, su casa era más grande, la había construido cuando se mudo, o sea que era más nueva, no como la de ella que la compró a una familia que ya hacía años que vivían allí. Su casa también contaba con pileta cosa que la de ella no tenía... Pero bueno, si ahora iba e intentaba hablarle seguramente lo echaría a los gritos y todo sería peor. Comió algunas porciones de pizza, se lavó los dientes y se fue a dormir. Mañana sería otro día.

Pau, por su parte, llegó enojada a su casa, se puso el pijama y se fue a dormir, no le gustaba que le lleven la contra y ante situaciones así siempre reaccionaba mal pero ahora también estaba enojada consigo misma porque creía que se le había ido un poco la mano. Igualmente no pensaba ir a pedirle perdón a Pedro ni nada por el estilo, ahora no podía, estaba alterada, ahora quería dormir y nada más.

A la mañana siguiente se despertó sobresaltada, con lágrimas recorriéndole su rostro, con el corazón y la respiración acelerados. Había tenido muchas pesadillas horribles durante toda la noche, sueños que la habían dejado pensando. Sueños en los que veía situaciones ente ella y Pedro, situaciones en las que ya Vivian juntos, él siempre quejándose de que ella no limpiaba, que no ordenaba, que dejaba descuidados a los chicos (si, en su sueño ya había formado una familia con Pedro), discutiendo mucho y Pau siempre llorando y superada totalmente por las situaciones de la cotidianidad de una familia, de una casa de a dos.
Lo único que podía pensar era: ¿realmente estaba preparada para ir a vivir con Pedro? ¿Podría formar una familia y llevarla hacia delante? Muchas veces sentía que todavía era solo una niña caprichosa. Con 23 años ya hacía tiempo que vivía sola y había podido arreglárselas lo más bien, pero vivir con alguien más, formar una familia era muy distinto, estaba llena de miedos, quería poder dar ese paso, crecer… pero sus miedo la hacían reaccionar como una niña, tal y como lo había hecho la noche anterior.
Luego de respirar hondo unas cuantas veces para volver su respiración a la normalidad y secarse las lágrimas que habían seguido recorriendo sus mejillas aun después de despertarse, se levantó y dirigió al baño. Necesitaba una ducha.
Por ser sábado, estaba despierta desde muy temprano y no quería volver a dormirse y soñar esas cosas horribles que la hicieran dudar más, por ellos decidió llamar a su mamá, necesitaba desahogarse con alguien y era la única que seguro estaba despierta a esa hora. Igualmente esta vez necesitaba esa contención que sus amigas no podían darle, precisaba esa seguridad que solo una madre puede brindar con su experiencia.
En cuanto salió del baño y se vistió, tomó su teléfono y marcó el tan conocido número.

Ale: ¿Hola?
Pau: Ma!
Ale: ¿Pau? Qué raro despierta un sábado a esta hora. ¿Todo bien?
Pau: Mas o menos (respondió con la voz un poco quebrada al recordar la situación de anoche con Pedro y todos sus sueños)
Ale: ¡Ay hija! ¡Me asustas! ¿Te pasó algo? ¿Estás con Pedro? ¿Querés que vaya?
Pau: Para ma… Estoy bien, no me paso nada y no estoy con Pedro. Solo estoy un poco triste o confundida y necesito tus consejos.
Ale: Me preocupas hija, ¿querés que vaya para allá?
Pau: No. Voy yo, ¿sí? Voy con Moro.
Ale: Dale. Los espero con mate y tostadas.
Pau: gracias ma. Ahí voy.

Agarró su cartera que estaba en el sillón, le puso la correa a Moro que no dejaba de dar saltitos de alegría por salir de paseo, y cuando estaba por salir no pudo evitar pensar “ojalá esta auto funcione bien”, pero dos segundos después recordó que justamente por lo mal que funcionaba su auto habían decidido junto con Pedro venderlo y usar los dos el de él. Ahora estaba en la casa de su novio y la verdad era que no quería cruzárselo todavía, así es que llamó un remis, a uno de esos de confianza que no le hacían drama por viajar con Morito y se puso a esperarlo.

Alejandra la recibió con el mate preparado y las tostadas calentitas tal como le había prometido por teléfono.
Se sentaron en la mesa de la cocina del lado que estaba más cerca al radiador, el frío que estaba haciendo era tremendo, el invierno que ya llegaba se hacía sentir. Charlaron de cualquier cosa, de Moro, del trabajo, de cómo le estaba yendo en el cole a Delfi que ahora estaba en la casa de una amiga porque se había quedado a dormir la noche anterior; hasta que Ale sintió que era el momento de averiguar por qué esa mañana la había llamado tan afligida.

Ale: Y bueno, contame hija. ¿Pasaba algo esta mañana? (Le preguntó mientras le pasaba un mate y la miraba fijamente a los ojos).
Pau: Ay ma. Que soy una tonta pasa (respondió bajando la mirada y jugando con la bombilla entre sus dedos).
Ale: Pau, no digas así.
Pau: es que es verdad ma. ¿Viste que con Pedro estamos re bien? Hasta compartimos el auto y vivimos casi juntos... Yo lo amo y estoy re feliz con él (hacía silencios mientras le contaba para poder pensar bien las palabras justas para explicarle todo)... Y bueno, me propuso irnos a vivir juntos y obvio que yo quiero eso, pero después me agarraron miles de dudas y me mande una macana, le discutí por pavadas al pobre... Que se yo, ahora es como si viviéramos juntos pero, ponele que nos peleamos, yo me puedo ir a mi casa él se va a la de él... Em, o si me quiero juntar con las chicas tengo mi lugar, el tiene su lugar para la Play. A demás no sé, ¿estaré lista para hacerme cargo de una casa de a dos, de tomar responsabilidades como mujer, de formar una familia? (Termino de plantear todas sus dudas hablando rápido para que le salgan todas las ideas juntas, ahora que lo hablaba se sentía más liviana. Ale esperó unos segundos desde que dejó de hablar y luego le expuso su opinión).
Ale: Ay hija. Sinceramente te digo: me das ternura (comento tratando de evitar la risa)
Pau: ¿Qué es lo tierno mamá? ¡Estoy en crisis! (Contesto alterada, exagerada) ¡E hice lío con Pedro!
Ale: Me da ternura que tengas estos miedo porque noto cuanto creciste y cuanto seguís creciendo... Pero hija, no tener que tener miedo a la convivencia, y a las cosas nuevas que se te van presentando ¿no es Pedro el hombre que amas y elegís?
Pau: Obvio, pero fue la reacción del momento y me re arrepiento. Te juro que lo elijo día a día a él y… (Ale levantó una mano para que se calle y volvió a hablar)
Ale: Bueno, basta. ¡No des más vueltas nena! Ya fue, pedile perdón y deja los miedos de lado, yo los veo re bien juntos, no creo que surjan grandes problemas a raíz de la convivencia.

Siendo sábado y al no tener planes de ir a ningún lado en la mañana Pedro recién se levantó al medio día, cuando su celular sonó indicando una llamada de su papá a quien atendió enseguida, con la voz muy ronca y entre bostezos mantuvieron una corta charla en la que Horacio le decía que iría por la tarde a su casa a tomar mates con él. Pedro aceptó encantado, necesitaba algunos consejos de su viejo, la situación con Pau, la reacción de ella la noche anterior, lo había dejado descolocado.
Luego de almorzar algunas porciones de pizza recalentadas que le habían sobrado de la noche anterior se puso a jugar a la Play Station mientras hacía tiempo para que su padre llegue. A cada minuto se le cruzaba por la mente alguna excusa para acercarse a la medianera que separaba su patio del de Paula para ver si andaba por allí. Pero se contenía, creía que era mejor no cruzársela todavía, tal vez era mejor esperar que ella lo buscara a él. Estaba realmente muy desconcertado y no se le podía ocurrir justificación para la reacción que había tenido su novia, pero tampoco podía enojarse, no sabía por qué, pero no podía.
Siendo las cuatro de la tarde el timbre sonó, sin asegurarse de que su papá era el que estaba del otro lado de la puerta, abrió ya que estaba convencido de que era él, pero su intuición había fallado.
Del otro lado de la puerta se encontraba su hermana Sonia con un paquete de panadería en las manos.

Sonia: ¡Hola!
Pedro: ¡Hermana! ¿Qué haces por acá?
Sonia: Em, papá me comentó que venía y como tengo el día libre decidí colarme en la mateada (rió).
Pedro: Buenísimo, pasa (le dijo mientras se hacía a un lado para dejarla pasar).

Entraron los dos y prepararon la merienda, Sonia había traído una rica pastafrola de la cual cortaron varias porciones y las pusieron en un plato para podes servirse más cómodamente. Ubicaron todo en la mesa del living y antes de podes sentarse, el timbre volvió a sonar, esta vez sí era Horacio.
Se sentaron los tres alrededor de la mesa del living y comenzaron a charlar un poco de todo. En un momento Sonia le preguntó por Paula y ahí fue cuando Pedro les comentó la situación que habían vivido la noche anterior y lo desconcertado que estaba.

Pedro: No entiendo qué fue lo que pasó. No me parecía que la “discusión” (dijo ésta palabra marcando las comillas con sus dedos en el aire) que estábamos teniendo era tan grave como para que se vaya enojada de la manera en que lo hizo.
Sonia: Si, la verdad es que es rarísimo por lo que nos contas.
Horacio: Si, es cierto. ¿Y volviste a hablar hoy?
Pedro: No, no tuve oportunidad todavía. Pensaba ir más tarde, espero esté tranquila y podamos arreglar todo.
Sonia: Espero que sí, yo creo que sí… Anda a saber que le pasó… Pero no la pelees eh, escúchense y no hagan que la pelea crezca.
Pedro: No, eso es lo que menos quiero.

***

Ya tenía la cena lista, la había preparado con muchísima dedicación, la mesa del living y todo el living lo habían ambientado para generar un ambiente romántico. Lo único que esperaba era que Pedro la perdonara, y pudiera entender lo que había pasado la noche anterior, en realidad ni ella se entendía pero no quería mas peleas, quería seguir avanzando en la relación con él, estaba total y completamente segura que él era su príncipe azul, su hombre ideal, el amor de su vida (aunque parezca un poco cursi las maneras de definirlo, lo amaba con su corazón).
Hacía cinco minutos que le había escrito en BBm y la preocupaba un poco que todavía no respondiera pero tenía fe de que se iba a hacer presente allí, en su casa.
Terminó de poner las copas y el vino en la mesa cuando sintió que la puerta del patio se abría, sonrió y se dirigió a la cocina. Allí, en el umbral se encontró con Pedro sonriéndole. Ver esa sonrisa en sus labios la relajó un poco, ya que estaba bastante nerviosa.

Pau: Hola (sonrió).
Pedro: Hola. Acá estoy.
Pau: Veo (comentó sin dejar de sonreír). Pasa. Preparé las cosas en el living, ahí sirvo la cena.
Pedro: Dale.

Se sentó en uno de los sillones y esperó a su novia que minutos después apareció con dos platos con pastas y puso uno frente a él. Pero antes de comenzar a cenar prefería hablar un poco, si después peleaban la comida le caería mal, igualmente iba mentalizado en no buscar pelea y no aceptar peleas por parte de ella.

Pedro: Em, creo que preparaste esto por algo en especial, ¿no?
Paula: Si (contestó con la vista fija en el plato, meditaba las palabras justas). Primero que nada, quería pedirte perdón… Por mi reacción de anoche.
Pedro: Todo bien… Pero no entendí qué fue lo que pasó. ¿Hice algo malo? No sé…
Pau: No, nada que ver gordo. Todos mambos míos, inseguridades, falta de confianza en mí como concubina. De repente me cayó la ficha del gran paso que era pasar a tener los dos una casa, y me sobrepasó la situación.
Pedro: Bueno, capaz que si no estás preparada (se le borró la sonrisa)… No sé… Podemos…
Pau: (lo interrumpió) no, no. Para. Yo a vos te amo, y confió en nuestra relación. Quiero que vivamos juntos, quiero dar este paso con vos. Fue una locura mía que la verdad ni yo me entiendo muy bien.
Pedro: Vos y tus mambos (volvió a sonreír). No entiendo por qué en vez de hablar de frente te agarra el ataque y enseguida me atacas.
Pau: No sé, perdón. De verdad te pido miles de disculpas. Te prometo que voy a madurar para convivir con vos como dos personas grandes.
Pedro: A mí me gustas con tus cosas de mujer (se levantó del sillón de un cuerpo en el que estaba y se sentó al lado de Pau en el sillón de dos cuerpos), tanto como con tus cosas de nena (se acercó a la boca de ella con los ojos fijos en ésta). Me gustas de punta a punta, me podes de punta a punta. (Cantando la canción de Axel siguió exponiendo lo que sentía, sin dejar de mirarla bien de cerca a los ojos) Porque me puedes de punta a punta porque superas lo que soñé, estar contigo es un privilegio, hoy por ti vuelvo a nacer.

Al terminar esa estrofa de la canción termino con esa distancia que los separaba y unió sus labios, comenzando lentamente con un beso que con el paso de los segundos se hizo más intenso, más profundo. Enseguida Pau cruzó sus brazos por la nuca de su novio para acercarlo más a ella y se acopló al beso con total perfección.
Hacía bastante que no se daban un beso tan sincero, un beso que demostrara tanto, esta especie de “pelea”, esta especie de “discusión” había servido para revivir la pasión de la pareja, esa que a veces suele quedar olvidada por culpa de la cotidianeidad, de verse todos los días, de pasar tanto tiempo juntos.
Poco a poco la fue recostando en el sillón mientras le subía el pulóver junto con la remera que Pau llevaba puestos. La cena había quedado en el olvido. “Directo al postre” pensó Pedro y rió mientras no dejaba de besarla.
Pau interpretó esa risa como muestra de la felicidad que le daba a su novio que todo vuelva a estar bien y se contagió de esa alegría.
Los mimos, los besos siguieron aumentando al igual que la pasión que gobernaba sus cuerpos. Estaban cada uno tan concentrado en el otro que el sillón (un tanto pequeño) no fue impedimento de nada. Dejaron fluir sus sentimientos y disfrutaron muchísimo de ese reencuentro después de un día maquinándose con ideas medio negativas con respecto a la pareja.
Love is in the air.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Capitulo dedicado a Jose para que se recupere de su operación ♥ y a Vane para que no decaiga la alegría que tiene siempre (acordate que el viernes te presto a Peter Lanzani eh, no lo hago por cualquiera jajaja). ♥

Gracias a TODOS! Cada vez queda menos... ☺ 

domingo, 12 de mayo de 2013

Capitulo 171 ♥


Pedro se sintió culpable por haber dejado a su novia sola la noche pasada y por ello planeo levantarse unos minutos antes de lo acostumbrado para planearle un rico desayuno en modo de "disculpa".
A penas escuchó el despertador se levantó sin quedarse "5 minutos más", se lavó la cara para terminar de despertarse y puso la pava con agua en el fuego, mientras ésta se calentaba se cambió ya con la ropa con la que iría a trabajar ese día.
En cuanto estuvo listo, sacó la pava del fuego, pasó el agua caliente al termo y lo puso en una bandeja, junto con el mate, el yerbero y la azucarera. Preparó también unas tostadas y salió al patio para cruzar la escalerita con la que pasaba por encima la pared que separaba su casa de la de Paula.
En cuanto metió la llave en la puerta que daba al fondo de la casa de su novia Moro empezó a ladrar.

Pedro: Sh, callate negro que me vas a delatar.

Y por lo que pudo escuchar, ya lo había delatado, Paula estaba abriendo la puerta desde el lado de adentro.

Paula: ¡Gordo! Me asustaste (le reprochó mientras se refregaba los ojos por la molestia que le generó la claridad del día) ¿Qué haces por acá tan temprano?
Pedro: Te quería sorprender con el desayuno en la cama, pero este chancho peludo me delato.
Paula: (sonrió) no le digas así, pobre Morito. Cumple su función de perro guardián. Pasa (le dijo mientras se hacía a un lado para dejarle lugar para que entre).

Pedro entró a la casa y dejó la bandeja con el desayuno sobre la mesa, Pau le pidió que la esperara, que iba al baño y ya desayunaba con él.
Pedro entró a la casa y dejó la bandeja con el desayuno sobre la mesa, Pau le pidió que la esperara, que iba al baño y ya desayunaba con él. Ella fue al baño, se lavó un poco la cara, luego corrió a su habitación y se puso una campera ya que solo con el pijama tenía frío y volvió a la cocina donde la esperaba su novio que estaba untando las tostadas con mermelada.

Paula: Igual fue una linda sopresa, sin que sea desayuno en la cama.
Pedro: (estaba concentrado en su labor y no se habia dado cuenta que Paula habia vuelto por lo que al escucharla se sobresalto) ahora me asustaste vos. Y bueno, si a vos te gusta el desayuno es lo que importa.
Paula: Si mi amor, gracias.
Pedro: Creí que ibas a estar enojada.
Paula: Un poco estaba, pero te vi y se me pasó.
Pedro: Que bueno. Mejor (rió). Yo sabía que soy irresistible.
Paula: Pero la próxima que me abandones así porque si te la voy a hacer remar más eh. No me olvido.
Pedro: Miedo. ¡Rencorosa! (Rió)

A mitad de la semana Pedro tuvo un día de Franco ya que había tenido que trabajar durante el fin de semana, decidió tomarse el jueves y planeó pasarlo con sus sobrinos mientras Paula trabajaba.
Al medio día los fue a buscar al colegio y jardín, su hermana ya había avisado que iría él para que las maestras no le hagan ningún drama. Luego de pasarlos a buscar fueron hacia un Mc Donalds, era su día para consentirlos. Los chicos estaban felices y se estaban portando muy bien con tal de seguir paseando.
Los dos se comieron todo el contenido de la Cajita Feliz, jugaron en el pelotero y Pedro los vigilo y sacó fotos que le enviaba a su hermana mostrándole como los malcriaba un rato.

Mensaje de Luciana: Te voy a matar!! Jajaja. Después quieren que yo los lleve siempre nene!
Mensaje de Pedro: Y bueno, hoy me toco el rol de tío malcriador.

Cuando ya estaban cansados de entrar y salir del pelotero Pepe los hizo calzarse y se encaminaron hacia su casa, Fran llegó dormido en el asiento trasero del auto, pero Delfi seguía con bastante pilas por lo que bajo al varón y lo acostó en su cama y se puso a jugar a las cartas con Delfi.
Se rieron mucho ya que Delfina quería hacer trampa todo el tiempo pero Pedro la descubría y ella se enojaba.

Pedro: ¡Ya te deje pasar unas cuantas, chiquita! No me hagas trampa.
Delfi: ¡Yo no hago trampa tío! Vos no sabes perder.
Pedro: Ah bueno… Encima peleadora.
Delfi: Basta. No juego más (se cruzó de brazos).
Pedro: Bueno, mejor. ¿Qué queres hacer?
Delfi: No sé. ¿Cuándo viene la tía Pau?
Pedro: Ah, ¿ahora la preferís a ella, no? (ahora él se cruzó de brazos haciéndose el ofendido)
Delfi: ¡No tío! (Bajo de su silla y corrió a abrazarlo) Pero a ella también la quiero mucho.
Pedro: Pero a mi más, ¿no?
Delfi: (Pensativa) Em, puede ser.
Pedro: (riendo) ¡Sos lo más! (la abrazó) No importa si queres más a uno a otro yo te quiero hasta el cielo y el infinito.
Delfi: Yo también. Pero, ¿a qué hora viene la tía?
Pedro: A las seis y media seguro llega.
Delfi: ¿Y cuanto falta?
Pedro: (mirando su reloj) una hora.

Delfina pidió permiso a su tío para ver televisión un rato y él se lo concedió. Pepe fue a despertar a Fran porque su hermana le había pedido que no lo deje dormir más de dos horas ya que sino a la noche no se dormía más.
Lo despertó y juntos prepararon la merienda mientras Delfi miraba su seria de dibujitos favorita, les dejó las chocolatadas sobre la mesita del living y unas ricas galletitas, él preparo el mate pero esperó a Pau para comenzar a tomarlo.
A las seis y veinte minutos el timbre sonó y cuando Pedro abrió Delfi corrió hacia Pau para abrazarla y saludarla, Fran también la saludo entusiasmado y siguieron merendando todos juntos.
Una hora después todos estaban jugando a las cartas, a la casita robada ya que era el juego que los pequeños mejor conocían, Fran jugaba con Pau ya que había aprendido hacía poco tiempo y prefería jugar con ayuda. Antes de poder terminar con la 2da mano el timbre sonó otra vez, ahora se trataba de Luciana que venía a buscar a sus hijos.
Delfi: ¡¡noooo!! No me quiero ir (comenzó a llorar).
Paula: Delfi, gorda, no llores que sino mamá se va a enojar (la abrazó).

Pedro abrió la puerta y Luciana comenzó a renegar con su hija que no se quería ir. Pau ayudó a convencer a la nena que pronto volvería que ahora tenia que irse porque iba a lograr que su mamá se enojara y la castigara, todavía entre sollozos se fue a upa de su madre.

Pepe que estaba cansado al haber estado todo el día detrás de sus sobrinos le pidió a Pau que lo espere mientras se duchaba prometiendole que luego se dedicaba solo a ella. Obviamente Pau aceptó y mientras entraba a ducharse puso una pre pizza al horno para luego cenar. En cuanto puso las pre pizzas fue hasta el baño, le pidió permiso a Pedro para pasar y se puso a charlar con él mientras terminaba de ducharse.

Pau: ¿te enloquecieron mucho los chicos hoy?
Pedro: No, todo tranqui. Fran hasta la siesta durmió. Pasa que no estoy acostumbrado a estar con nenes.
Pau: (rió) claro, tenes que estar atento siempre.
Pedro: si... Gorda, me alcanzas el jabón que está en la puertita de abajo del lavatorio.
Pau: Si (se levantó y lo buscó). Toma (se lo alcanzó)
Pedro: Gracias.
Pau: De nada. Che, gordo, el otro día cuando hablaba con las chicas les conté que nos íbamos a vivir juntos y nos re felicitaron.
Pedro: ah, yo le dije a los chicos también y también nos re felicitaron.
Pau: ellas me preguntaron dónde íbamos a vivir y me di cuenta que ni lo hablamos (rió) pero les dije que seguramente en casa, ¿no? Como es donde pasamos más tiempo.
Pedro: ah, yo pensaba que íbamos a venir acá. Es la casa más nueva, ¿no? Y es más grande.
Pau: pero gordo. Estamos siempre en la mía...
Pedro: bueno, pero acá vamos a estar más cómodos.
Pau: ¿decís que mi casa no es cómoda?
Pedro: No manejes todo para tu lado Paula.
Pau: pensá lo que quieras. Me voy a casa, tengo sueño y no tengo hambre.
Pedro: ¡para!

Pedro cerró la ducha y se envolvió en la toalla pero ya no pudo alcanzarla. No entendía como podía haberse enojado por esa pavada, ¿sería una broma? Resignado volvió al baño y se vistió.

LES CUENTO QUE ME CREÉ LA CUENTA DE TWITTER @fictionsPyPAgos PARA PASARLES DESDE ELLA LOS ÚLTIMOS CAPITULOS DE #VUELTEROS Y LOS DE LAS POSIBLES PRÓXIMAS NOVES...

YA NO QUEDA NADA EH... 

domingo, 5 de mayo de 2013

Capitulo 170 ♥


Durante la noche Paula no volvió a tener fiebre, pudo dormir tranquila, descansar bien. Por la mañana ambos se despertaron a la vez escuchando que alguien golpeaba la puerta de la habitación. Paula se levanto, se abrigo con lo primero que encontró y abrió un poco la puerta. Allí se encontraba su mamá sosteniendo una bandeja que la que se podían distinguir dos tazas de café con leche y unas ricas medialunas, "para los resfriaditos".

Pau: Gracias ma. Sos lo más (la abrazó).
Ale: De nada hija. ¿Estás mejor? ¿Te volvió a levantar la temperatura?
Pau: Creo que no, porque dormí re bien.
Ale: ¿Y Pedro?
Pau: Él está bien, solo que mocoso (comentó riendo)
Ale: (riendo también) bueno, los dejo desayunar tranquilos.

Cuando Ale se fue desayunaron aun metidos en la cama, les daba frío salir de la protección de las sabanas. Luego se vistieron y salieron de la habitación. Ayudaron en la preparación del almuerzo y salieron a caminar todos juntos para recorrer un poco el campo, Moro los seguía corriendo alrededor del grupo y embarrándose cada vez que pasaba por un charco de agua, no podía estar más feliz. Pau se reía al verlo. El día había amanecido nublado pero poco a poco había ido aclarando, ahora mientras caminaban podían ver el color celeste en la mayor parte del cielo aunque algunas nubes insistían en quedarse. El frío se mantenía por lo que todos habían salido abrigados. 
Cuando el sol comenzó a bajar se pusieron a ordenar la casa entre todos y partieron de nuevo hacia sus hogares.
Lunes, de nuevo a las rutinas, cada unos estaba en su oficina pero estaban muy dispersos de sus tareas ya que no dejaban de hablar por bbm, ese día se habían levantado muy melosos y parecían dos adolescente histeriqueándose por mensajitos.

"Pepe: Ey gorda, cambiando de tema. Los chicos me invitaron a jugar al fútbol esta noche y a comer algo..."
"Pau: ufa, me roban a mi novio. Pero bueno, invitare a las chicas yo, que las tengo abandonadas... Jaja"
"Pepe: jajaja dale, traten de no sacarme mucho el cuero porfa"
"Pau: haremos lo posible jajaja! Nos hablamos después amor, voy a ponerme a terminar las cosas acá xq mi jefe me va a matar."
"Pepe: dale, nos hablamos. Yo cuando salgo de acá voy para lo de Santi y después de jugar voy a dormir a mi casa, así que nos vemos mañana."

A Paula no le gusto mucho la idea de que no duerma con ella esa noche, y que ni siquiera pasara a saludarla cuando salía del trabajo, pero no quiso discutir por el chat de blackberry así que dejo la conversación allí y se puso a hacer su trabajo. Organizo unas notas que saldrían la semana que viene en la revista junto a dos compañeras y planeo otras para más adelante. En cuanto termino les envío mensaje a Jose y Valen invitándolas a comer algo esa noche.

"Vengan hoy a casa a comer algo, quieren? Pueden venir tipo 7 y empezamos a chusmear antes de comer. Besos" les escribió en el grupo de whatsapp que tenían y enseguida las dos respondieron confirmando su asistencia.
Después de recibir varias cargadas y reproches por parte de las chicas porque ahora solo las invitaba cuando Pedro se iba, volvió a dejar el celular en su cartera y termino su trabajo.
Salió de la oficina y por el camino compró todo lo que iba a necesitar para cocinar la tarta de verdura que había planeado hacer.
Moro la recibió a los saltitos, celebrando su llegada, dejo la cartera en el sillón, todo lo que había comprado lo llevo a la heladera y llamo a Pedro, quien la atendió a los pocos segundos.

Pedro: Hola amor.
Paula: Hola gordo, ¿todo bien?
Pedro: Bien, acá, ya en la casa de Santi. Jugamos contra los amigos de tu hermano, ¿sabías?
Paula: Ah, mira vos. Yo ya estoy esperando a las chicas.
Pedro: ¿Valen y Jose?
Paula: Si Pedro, ¿Quiénes van a ser?
Pedro: ¡Bueno! No sé, perdón. ¿Te pasa algo?
Paula: ¿Por qué no venís a dormir a casa? (Le preguntó siendo directa)
Pedro: No sé gorda, por nada en especial... (Respondió dejando notar en su voz la sorpresa de la repentina pregunta de su novia)
Paula: Ya sé, te arrepentiste de lo que me propusiste ayer, ¿no?
Pedro: ¡No Paula! Nada que ver. Solo que no sé a qué hora vamos a terminar de comer y no quiero llegar cuando estés ya dormida o si todavía seguís con las chicas.
Paula: Sabes que no me molestas nunca.
Pedro: Pau… (Le dijo en tono de queja, él quería que lo entienda)
Paula: Si, perdón. Ya sé que no es apropósito pero te voy a extrañar, ya me acostumbre a dormir con vos al lado.
Pedro: Bueno, dicen que extrañar también hace bien a las parejas. Dale, mañana nos vemos.
Paula: Uf, encima seguro que hasta la tarde no te veo.
Pedro: Bueno che, no seas quejosa (rió). Te dejo que me voy a terminar de vestir para jugar.
Paula: Dale, nos vemos. Te amo gordo.
Pedro: Te amo más. Y no te enojes loquita. Que yo también te voy a extrañar un montón.

A las siete y dos minutos escuchó una bocina en la puerta de su casa, parecía la del auto de Hernán. ¿Qué haría su amigo por ahí? ¿No tenía que estar jugando a la pelota con Pedro? ¿Le habría pasado algo a Pedro? Asustada corrió hacia la puerta, peleo con las llaves que no entraban en la cerradura debido a lo rápido que quería meterlas y hacerlas girar. En cuanto pudo abrir salió rápido hasta la vereda, efectivamente era el auto de Hernán pero de él no bajó Pedro sino su amiga, Valen. Pau sonrió, le daba ternura que sus amigos estén empezando algo juntos y que, por lo visto, les esté yendo tan bien. Saludo a Valen con un beso cuando ésta se acerco y a Herni con la mano ya que no bajo del auto para llegar más rápido a donde los chicos lo esperaban.
Las chicas entraron a la casa y se sentaron en los sillones para charlar mientras llegaba Jose.

Pau: Ay ella. La trae el novio (cargó a su amiga)
Valen: (se ruborizó un poco) no es mi novio… Todavía.
Pau: ¡Ay! Más tierna vos (la abrazó). Seguro que terminan de novios. Encima Herni es re tierno, ¿no?
Valen: Si, es un romanticón (rió) y me encanta que sea así.
Pau: Que amor sos.
Valen: ¿Y vos? ¿Con Pepe? ¿Todo bien?
Pau: Si, hoy lo pelie un poquito hace un rato pero todo perfecto.
Valen: Sos guacha, eh. Pobre, lo que debe tener que aguantar cuando te poner en perseguida.
Pau: Ey, ¿sos mi amiga o qué? (Dijo riendo)
Valen: Obvio que tu amiga pero reconoce que sos bastante perseguida.
Pau: Si, lo admito. Tengo novedades con respecto a Pedro y a mi.
Valen: ¡Ay! ¡Conta!

En ese momento sonó el timbre y Valen rió diciendo “te salvo el timbre”, Pau se acercó a la puerta y al comprobar que se trataba de Jose abrió para dejarla pasar, cuando miró para afuera vió que a Jose también la habían traído en auto, su amiga paso por su lado sonriente y se sentó junto a Valen.

Pau: Creo que Jose también tiene novedades para nosotras.
Jose: Creo que si (dijo sonriente). Hacete unos mates y empezamos.

Pau fue hacia la cocina, lleno la pava eléctrica que hacía poco le había regalado su mamá y la enchufó para que el agua se calentara, las chicas en el living comenzaban a ponerse al día con pavadas, chismeríos de gente que conocían en común, ex compañeros del colegio, Pau comentaba desde la cocina mientras llenaba el termo con el agua caliente y limpiaba el mate para ponerle yerba nueva.
Una vez que tuvo todo listo volvió al living, le dejó las cosas del mate a Jose que era la que mejor cebaba y comenzó el interrogatorio a Valen que les conto varios detalles de su relación con Hernán, se la notaba feliz y enganchadísima con Herni, y sus amigas se ponían contentas por verla sonreír de esa manera, hacía un año que Valen había terminado una relación en la que no le fue nada bien, el chico no había dejado de mentirle y engañarla no con una sino con varias mujeres, Valen había quedado muy herida y un poco cerrada al amor pero Hernán había logrado hacerla sentir esas mariposas en el estomago de nuevo.
Jose, por su parte, les contó que el sábado, en el cumpleaños de una de sus compañeras del Jardín había conocido a un amigo de ella con el que se pasó hablando toda esa noche; el flaco le había caído muy simpático y compartían varios gustos por lo que al finalizar la fiesta intercambiaron números de celular y facebook, el domingo por la noche habían estado hablando por la red social y quedado para salir ese lunes. Así que acababa de llegar de la primera cita con Román quien le había caído muy bien y con quien creía que podía llegar a algo, sus amigas la felicitaron y animaron a seguir conociéndolo.

Valen: Bueno, ahora te toca a vos Pochi. Antes de que venga Jo me dijiste que tenías novedades con Pedro, ¿no?
Pau: Así es.
Jose: Y bueno, dale. ¡Larga!
Pau: Bueno, con Pepe vamos a mudarnos juntos.
Jose: ¿Qué? ¿En serio? (Pau asintió) ¡Buenísimo amiga!
Valen: ¡Sí! ¡Genial! Felicitaciones. ¿Van a vivir acá?
Pau: Em, no sé, eso no lo hablamos bien todavía. Además cuando me lo propuso yo estaba que volaba de fiebre.
Jose: ¿Posta? ¿Cuándo fue? Contanos más detalles.

Pau comenzó a contarles el viaje que habían hecho durante el fin de semana al campo de su tío y la accidentada cabalgata bajo la lluvia que termino resfriándolos a los dos. Les detalló como la propuesta comenzó bajo la lluvia cuando su hermano y papá los interrumpieron y como después de cuidarla por la fiebre que le había levantado, retomo la idea y le hizo la propuesta.

Ella estaba nerviosa e intrigada a más no poder y Pedro no dejaba de balbucear y dar vueltas al asunto. Tenía una propuesta según decía... ¿Que querría?

Pedro: No se, si queres... ¿Podemos irnos a vivir juntos, no? Digo... Estamos casi siempre juntos todo el tiempo. Podría ser útil. A veces ni voy a mi casa por dos días porque me quedo en la tuya.

Pau se quedo muda, sin poder contestar. La había sorprendido. Esperaba algo especial pero imaginaba otro paseo a caballo u otra escapadita a algún lado el finde que venia... ¿Irse a vivir juntos? Era un gran paso, y la idea le...

Pau: ¡Me encanta! (Sonrió) ¡Me encanta la idea! (Y olvidándose de que la fiebre la tenía un poco débil, dejo la sopa que estaba tomando sobre la mesa de luz y se abalanzó sobre su novio para abrazarlo)

Pedro, al verla levantarse, dejo su sopa también y abrió las sabanas de su cama para que al abrazarlo queden los dos bien abrigados. Le daba mucha alegría la reacción de su novia y no veía la hora de planear la mudanza... Pero ahora solo era momento de 'festejar' la respuesta positiva de ella. Los besos y mimos no se hicieron desear mucho, esa noche terminaron juntando sus camas de una plaza porque si no dormían juntos se extrañaban, ya se habían acostumbrado a dormirse sintiendo al otro cerca. A demás, con el frío que hacía nada mejor que el calor humano.

Jose: ¡Ay! Que amor Pauli. Qué lindo… ¿Para cuándo un sobri?
Pau: ¡Para nena! Paso a paso.
Valen: Por cómo van con los pasos en un año tenemos una o un integrantito más en esta reunión.
Pau: Ay, que amor sería. ¡Basta! ¿Qué digo? Banquen chicas. No me emocionen que yo agarro viaje.
Jose: ¡Y agarra no más!
Pau: Pará. Tengo 24, casi 25 y Pedro igual. Hay tiempo.
Valen: Si, eso cierto. Pero insisto en que no les falta mucho (rió y se tomo el último mate).

Luego de tanta charla, se pusieron a cocinar la tarta de verduras. Cenaron mirando la novela que a las tres les gustaba. A las doce de la noche las chicas ya se habían ido y Pau se encontraba acostada en su cama con Morito al lado que era el único que le haría compañía esa noche. Le escribió un mensajito en bbm a su novio, apagó las luces y se durmió.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Me estoy extendiendo un poco de los capítulos que les dije que faltaban para el final. Jajaja! Todavía no me juego a decirles un número exacto... Capaz este mes, capaz el que viene ☺

Buenas noches a todos!! ♥ Que tengan buen comienzo de semana.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Capitulo 169 ♥


Las gotas ya caían con más constancia y todavía les faltaba un tramo bastante largo para llegar a la casa.


Todo se oscurecía a causa de las densas y negras nubes que se amontonaban en el cielo y Pau se estaba poniendo muy nerviosa, su miedo a las tormentas, sumado a su primera cabalgata después de haberse lastimado la última vez que anduvo a caballo, no ayudaba a que pudieran avanzar más rápido y llegar bajo techo lo más rápido posible, se distraía y el caballo no le hacía caso.

Pedro aminoro la marcha para ponerse a la altura de su novia que iba detrás de él. Estaba tranquilo, mantenía la calma porque para él era solo agua cayendo del cielo, nada que pudiera dañarlos con mucho más que un resfriado, pero sabia el miedo que tenia Pau y lo exagerada que era por lo que trataba de no burlarse o reírse de ella.

Pau: ¡Dale gordo! No frenes que se esta largando más fuerte.
Pedro: ¿Y si nos quedamos debajo de los arboles un rato? Esos de ahí que están tan juntitos que casi no pasa el agua (le señaló los arboles que crecían a corta distancia del camino por el que transitaban).
Pau: ¿Vos decís?
Pedro: Si, dale. Ya no se ve nada de tanta agua que cae.

En dos minutos estaban al resguardo de los arboles juntos con los caballos, desmontaron, los ataron a uno de los arboles dejándolos obviamente al resguardo también y con la campera de Pedro se sentaron en el suelo para no mojarse ni embarrarse. El agua no dejaba de caer y las hojas que todavía estaban en los arboles caían también por la  fuerza con que las golpeaba la lluvia.

Pau: Solo a nosotros se nos ocurre salir a andar a caballo con el día an nublado. ¡Era obvio que iba a llover! Encima esta helada el agua (agregó mientras in escalofrío le recorría el cuerpo).
Pedro: No pasa nada, veni. Así nos damos calor (le estiro los brazos para abrazarla y ella enseguida accedió a hacerlo)

Los minutos pasaban y la fuerza de la tormenta no aminoraba, tampoco parecía que fuera a parar enseguida y los chicos estaban calados hasta los huesos, ya no sabían cómo acomodarse porque el agua les llegaba bastante a pesar de estas debajo de los frondosos pinos y el frío se hacía sentir bastante.

Pau: Me parece que este paseo campestre nos va a salir caro en remedios para la gripe o angina que nos vamos a agarrar.
Pedro: (riendo) roguemos no enfermarnos. Igual, pensándolo bien, si me enfermo tendría una linda enfermerita (le guiñó un ojo y la abrazó con más fuerza).
Paula: (riendo) cállate tarado. Mejor estar sanito.
Pedro: Ah, ¿no me queres de enfermero a mi? (haciéndose el ofendido dejó de abrazarla y se cruzó de brazos)
Paula: Obvio que si, vos serías el mejor. ¡Y abrázame que tengo frío!
Pedro: Pedro Frazada Alfonso me voy a llamar ahora.
Paula: No seas peleador nene.

Se mantenían abrazados y por suerte la lluvia empezaba a caer un poco mas despacio, pero esperarían un rato mas para volver tranquilos.

Pedro: Che, cambiando de tema... Estaba pensando.
Paula: ¡ay no Pedro! Que no quiero que llueva mas.
Pedro: ah, te volvió el humor parece.
Paula: dale, contame.
Pedro: Ahora no.
Paula: Dale (le pidió alargando la palabra y haciéndole ojitos para convencerlo).
Pedro: (riendo) esos ojitos. Bueno, pensaba... Em… Cómo decirte…
Paula: ¡Ay! Siempre que te pones nervioso me das miedo.
Pedro: No, no tengas miedo (rió). Bueno, creo que no tenes que tener miedo.
Paula: Diciendo eso me das más miedo (Dijo mientras se acomodaba más cerca de su novio y temblaba). Dale, anda al grano y vayamos que tengo mucho frío.
Pedro: Bueno, ¡eh! (Le sonrió) decía: que estaba pensando, hace bastante ya que estamos juntos y…
Paula: ¿Si? (No sabía qué era lo que pensaba decirle su novio pero cada vez que empezaba a tartamudear o se ponía nervioso ella se ponía el doble de nerviosa).
Pedro: No me apures. Bueno, y todos los días pasamos la mayor parte del tiempo juntos… Y yo, Pau… Yo te amo (le hablaba mirándola fijamente a los ojos
Paula: Yo también gordo, ¡pero decime!
Pedro: Bueno, yo te quería proponer… (En ese momento desvió la mirada y sonrió)
Paula: ¿Qué Pedro? ¿Qué?
Pedro: ¡Mirá! (Señalo hacia donde miraba y Pau tuvo que voltear)

Pau sonrió al ver a su hermano y su padre con la camioneta de su tío. ¡Habían ido a rescatarlos! Enseguida se levantó y levantó también a su novio tomándolo por la mano, agarró la campera de Pedro sobre la que se habían sentado y corrió hacia la camioneta. Una vez que los dos estaban dentro de la misma les agradecieron a Gonzalo y Miguel, y les preguntaron por los caballos. No podían dejarlos ahí.

Gonza: El tío me dijo que atemos las riendas a la parte de atrás de la caja de la camioneta y vayamos despacio para que puedan seguirnos.
Miguel: Ahí voy.
Pedro: No Miguel. Deje que voy yo que ya estoy empapado.
Miguel: Bueno, dale. ¡Pero tutéame Pedro! (Le sonrió)
Pedro: Bueno, es la costumbre. Espérenme que en 5 minutos estoy acá de nuevo.

Pau agradeció a su papá y hermano por 5ta vez mientras esperaban a Pedro que muy rápidamente ató a los caballos a la caja de la camioneta. Cuando volvió a subir emprendieron camino lentamente, para que los caballos pudieran seguirlos, hacia las caballerizas. Allí descendió Pedro nuevamente y dejó a los caballos al resguardo de la tormenta. Como la casa quedaba a un largo trecho todavía, volvió a subir a la camioneta, allí, en la cabaña, los esperaban Alejandra y la tía de Pau con unos ricos y bien calentitos mates para que entraran en calor.
Delfina y la prima menor de Pau estaban sentadas en el sillón, tapadas con una manta y jugando a las cartas con Moro a sus pies.

Pau: Ustedes sí que no pasaron frío (comentó Pau cuando las vio mientras un nuevo escalofrío la hacía temblar de pies a cabeza)
Delfi: ¡Ay Pau! ¡Estas empapada!
Pau: Y si, llueve.
Delfi: Uh, ¿te pone de mal humor la lluvia?
Pau: Perdón. Si, un poco. Creo que me voy a ir a bañar antes de tomar mates o lo que sea.
Ale: Dale, vos metete a la ducha que ahora le pido un toallón a la tía y te lo alcanzo.
Pau: Dale, gracias ma.

Pedro también pidió un toallón para mantenerse calentito mientras esperaba su turno en l baño. Pau se quejaba de que iba a tener que usar la muda de ropa que había llevado para el día siguiente pero su tía le dijo que no se preocupara y luego de enjuagarla la puso en una silla muy cerca de la estufa para que se vaya secando.

Pau: Gracias tía, sos lo más. Gordo, vos que armaste el bolsito conmigo, ¿me dejas mi ropa lista arriba de nuestra cama?
Pedro: Dale amor, no te preocupes pero hace rápido que yo también tengo frío.
Pau: Dale, ya me meto (al pasar por al lado le hablo al oído sonriendo), si estaríamos solos no tendrías que esperar pero creo que no da ducharnos juntos ahora, ¿no?
Pedro: No me tientes. Anda. (Le respondió también en el oído)
Pau: Bueno. Ah, y me debes una charla…
Pedro: No me olvido.

Mientras se duchaba divagaba en sus recuerdos de esa tarde especialmente en el momento en que la charla con Pedro había sido interrumpida, imaginaba cuál podría ser la propuesta que Pedro tenía para hacerle antes de que su Padre y hermano llegaran a rescatarlos de la lluvia.
El agua calentándole la piel le daba placer, la de la lluvia estaba helada. Se lavó enseguida pero una vez limpia se quedo unos minutos más bajo el agua para terminar de entrar en calor, luego recordó que su novio también estaría congelado y querría ducharse así que se apresuró y pidió, con un grito, el toallon a su mamá. Cuando se lo alcanzó, cerró la ducha y se envolvió en el mismo. Luego de secarse un poco fue a su habitación y se vistió con la ropa que Pedro le había dejado lista, era un amor su novio.
Pedro esperó que el agua volviera a calentarse y se metió él en la ducha. El agua caliente cayendo en su cuerpo lo reconfortaba, pero a penas terminó de lavarse se apresuró a salir ya que quería reanudar la charla que había quedado pendiente con Pau, estaba ansioso por comentarle la idea que se le había ocurrido y creía que iba a encantarle.
Salió del baño directo hacia su habitación que quedaba enfrente y se encontró son su novia tapada hasta la cabeza en la cama individual que había elegido para ella.

Pedro: ¿Ya te vas a dormir?
Pau: No, pero tenía frío (sonrió) ¿Le pido a mi tío que encienda la estufa acá, no?
Pedro: Si, todos la prendieron, además acá, en el campo hace más frío que en la ciudad.
Pau: Si. Brr… No hace falta que me lo recuerdes.
Pedro: (riendo) dale, tampoco la pavada amor (le retó mientras ya con la ropa interior puesta buscaba una remera y un jean seco)
Pau: Ay, te juro que con la ducha entre en calor pero no dejo de temblar. Me agarran chuchos de frío todo el tiempo.
Pedro: Mmm, ¿no te habrá levantado fiebre vos, no?
Pau: No sé, ¿tendrán un termómetro? No me siento muy bien.
Pedro: Ahora le pregunto a tu mamá. ¿Me trajiste otro buzo además del que tenia hoy, no? Encima la campera también quedó empapada (le preguntó mientras agarraba el bolsito que habían llevado para los dos)
Pau: Si, debajo de todo, en ese bolso.
Pedro: Acá, está. Genial. Ahí le pregunto a tu mamá lo del termómetro.

Por suerte la tía tenía un termómetro y enseguida le midieron la temperatura, efectivamente el agua helada le había jugado una mala pasada y le había levantado la fiebre. Por las dudas Pedro también midió su temperatura pero estaba normal.

Pedro: Yo te dije que el enfermero no te iba a faltar, acá me vas a tener.
Pau: Gracias gordo (le respondió con voz débil, tapada con dos frazadas en su cama)

La cama matrimonial del lugar era ocupada por los tíos de Paula y luego había dos habitaciones más que contaban una con dos camas y la otra con tres, en la primera dormirían Pau y Pedro, en la otra Alejandra, Delfi y su primita, Gonzalo usaba uno de los sillones cama que había en el living y Miguel el otro.
A la hora de cenar, prepararon una sopa bien calentita y se las llevaron a Pedro y Paula a su habitación para que cenaran allí, así Pau no tenía frío y se recuperaba lo más pronto posible.

Pau: ¡Que bronca! Espero mañana sentirme mejor así disfruto el día, porque a la noche ya nos volvemos.
Pedro: Si, tranquila. Te abrigas bien y nada de cabalgatas bajo la lluvia y vas a poder disfrutar (le dijo entre risas).
Pau: Que chistoso. Vos quisiste salir a andar a caballo.
Pedro: Bueno, che. No era mala idea. Al principio te estabas divirtiendo, ¿o no?
Pau: Si, te lo tengo que admitir. Y después estando empapados también la estaba pasando bien, si dejamos de lado el frío que tenía (le sonrió). Igual no me olvido de la charla pendiente, eh.
Pedro: ¿Qué charla? (Preguntó por inercia y después comprendió a lo que se refería su novia) Ah, sí. Ya sé. Bueno, te comento ahora…
Pau: Dale.
Pedro: Bueno, te iba a proponer… No sé, si queres… 

-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Puedo cantar victoria!! Yes!
Espero disfruten el capitulo. Gracias por leer, ya se acerca el final!! 

IMPORTANTE!! Sigan a las chicas de @WikiFictionPyP... Tienen las novedades de TODAS las novelas de PyP. Toda la info esta en su blog     wikifictiondepyp.blogspot.com.ar en el cual las novelas estan organizadas segun el tipo de ficcion que sean, y avisan de las actualizaciones del blog en ese twiter. SIGANLAS!