Pasaban
los días, las semanas. cada vez estaban más cómodos y felices con la decisión
que habían tomado de convivir. Pasar tanto tiempo juntos era lo que más habían
deseado y seguían deseando. Estaban re mimosos y pegotes, sus amigos no paraban
de cargarlos por ello, y a veces hasta algunas peleas habían surgido cuando los
tortolitos preferían quedarse encerrados en su casa, solos, antes que salir a
bailar o juntarse con el resto de los chicos. Pedro y Paula les respondían
"¿qué tiene de malo? Si estamos en nuestro mejor momento. Déjennos
disfrutar". Obviamente sus amigos terminaban entendiéndolos y además los
chicos sabían hasta que punto estaba bien aislarse y cuándo era conveniente
salir por separado: él con sus amigos, ella con sus amigas o cada uno con sus
respectivas familias, para no hacer enojar a nadie.
Los
cumpleaños de ambos, en los meses de septiembre (ella) y octubre (él) los
habían celebrado en su nuevo hogar, aprovechando la parrilla y el amplio
parque, rodeados de las personas que más los querían. Hasta habían recibido la
visita de la prima de Pedro, Rocío, con su novio, quienes habían viajado hacia
Buenos Aires por algunos trámites que debían hacer. Estaban más unidos entre
ellos, pero así también con sus familias y con sus amigos. Realmente estaban
pasando un momento genial en lo personal. Y en cuanto a lo profesional se
podría decir que también el momento que transitaban era muy próspero: a Pedro y
su padre les iba muy bien con su negocio, por suerte la gente no dejaba de
casarse o celebrar cumpleaños de 15 o fiestas por el estilo, y Pau estaba
realmente muy feliz con el asenso que le habían otorgado en la revista para la
cual trabajaba. En el mes de noviembre, un día como cualquier otro su jefe
había entrado en la oficina y le había pedido que junte todas sus cosas, Pau
muy preocupada y temiendo que la despidan hizo lo que le pedía, cuando estuvo
lista, lo fue a buscar a su oficina y éste, al ver su cara de preocupación, con
una sonrisa en el rostro le informó que le había pedido que junte todo ya que
se mudaba a una oficina más grande ya que la ascendían de puesto, ahora no solo
produciría una de las entrevistas que salían en la revista semanal sino que
sería la encargada de supervisar todas las producciones antes del lanzamiento
de la revista, semana a semana.
Llegó
diciembre y con ese mes, las fiestas. Navidad la pasaron separados, al menos en
principio cada uno con su familia y luego se juntaron con sus amigos como
hacían cada año desde que se conocían. Para año nuevo quisieron estrenar su
casa para reunir a toda la familia y así lo hicieron, fue una noche muy alegre
y divertida.
Al
llegar enero Pau y Pepe terminaban de planear sus primeras vacaciones juntos y
solos. Saldrían el 15 de enero hacia Bariloche, le habían prometido a la prima
de Pedro que irían a su casa por lo que iban a cumplir su promesa.
Pau
terminaba de meter ropa en los bolsos y arreglaba los últimos detalles de lo
que llevaría en su cartera, mientras Pedro estaba en el mecanico dejando a
punto el auto para el largo viaje que emprenderían en día siguiente. Podrían
haber ido en avión para hacer mas rápido pero los pasajes no eran baratos y
preferían gastar ese dinero para conocer lugares, hacer excursiones en
Bariloche y comprarles recuerdos allí a sus familias.
De
un momento a otro, mientras se aseguraba de no olvidarse la cámara de fotos, ni
el cargador de ésta, se celular comenzó a sonar indicando una llamada entrante.
Pau: ¿Hola?
Pedro:
Hola amor. ¿Cómo va todo?
Pau:
¡gordo! Todo bien. Ya tengo los bolsos listos, igual cuando venís te fijas si
queres llevar algo mas (mientras hablaba cerraba el bolso)... ¿En el mecánico
todo bien?
Pedro:
Si, solo falta hacerle el cambio de aceite. En cuanto lo tienen listo voy a la
estación de servicio a inflar las gomas.
Pau:
Buenísimo. ¿A Moro ya lo llevaste de papá?
Pedro:
Si, no se quería quedar. ¡Pareciera que sabe que lo dejo por 15 días!
Pau:
¡ay pobre mi chancho! Obvio que se da cuenta, es re vivo.
Pedro:
cuando quiere es vivo (dice riendo). Bueno, te dejo que ahí me llama el
mecánico. En media hora o menos estoy ahí.
Pau:
Dale gordo. Besos.
Tal
como había dicho, en menos de media hora pudo llegar a su casa: cuando colgó
con Paula porque el mecánico lo llamaba, éste le informó que el auto ya estaba
listo. En seguida la pagó y se encaminó hacia la estación de servicios que
quedaba cerca de su casa, allí controló el aire en las gomas y las emparejó.
Luego de esto tomó comino a su casa donde su novia lo esperaba con la
merienda... Como el calor que hacia ese día a mediados de Enero se sentía
bastante, Pau había preferido preparar unos ricos licuados antes que tomar
mates como habían hecho esa mañana.
Pedro:
¡Qué rico amor!
Paula:
Si, estaba tentada de licuado de banana desde el finde.
Pedro:
(riendo) está bien, con este calor no da para mates…
Una
vez que terminaron de merendar Pedro fue hacia la habitación para ver si estaba
de acuerdo con lo que su novia había puesto en el bolso, agregó una camiseta de
futbol más, sin que Pau se dé cuenta, para así cerrar el bolso definitivamente.
Lo cargó en el auto y dejó todo listo para la mañana siguiente.
Esa
tarde se les pasó rápido y se fueron a dormir temprano ya que al día siguiente
saldrían a las 6 de la mañana para estar por la ciudad de Neuquen en la noche,
donde se quedarían a dormir en algún hotel para atravesar el camino más “peligroso”
siendo de día y Pedro ya descansado. Igualmente manejarían entre los dos para
no cansarse tanto, así habían acordado.
Por
la mañana, cuando el despertador sonó Pau se levantó preparo el mate para tomar
en el auto y Pedro aseguró bien todas
las ventanas y puertas. Se aseguraron una vez más de no olvidarse nada y
subieron al auto para emprender camino, arrancó manejando Paula.
Pau
había puesto en su memoria USB muchísimas canciones por lo que el viaje se
pasaba muy entretenido mientras iban cantando y tomando mates, nada mejor que
el genial estado de ánimos que tiene uno cuando sale de vacaciones por fin,
luego de un año de arduo trabajo.
Hicieron
solamente una parada en Trenque Lauquen y otra más pasando Santa Rosa, La
Pampa, solo para ir al baño, comer algo y volver a cargar el termo con agua
caliente para poder seguir tomando mates. En La Pampa Pedro tomo posesión del
volante y continuo manejando él hasta llegar a la cuidad de Neuquen. Allí
buscaron por el centro algún hotel y reservaron una habitación pero como eran
las 9 de la noche recién y querían comer algo, comenzaron a caminar por una
calle llena de negocios donde enseguida encontraron varios restaurant. Entraron
a uno cenaron algo livianito ya que habían estado todo el día sentados en el
auto y todavía les quedaba al menos 6 horas más de viaje en la mañana
siguiente.
Descansaron
cómodamente en el hotel, sin abrir bolsos ni nada y al otro día temprano pero
no tanto como el día anterior, siguieron camino. Alrededor de las tres de la
tarde estaban entrando a San Carlos de Bariloche.
Felices,
llamaron a Rocío para avisarle que ya estaban cerca. Ella les volvió a
confirmar la dirección de su casa que los chicos ya tenían puesta en el GPS como
era correcta siguieron avanzando y Rocío los esperaba muy contenta en la puerta
de su casa, que estaba un poco alejada del centro cívico pero a solo 2 cuadras
del lago.
Rocío:
¡Bienvenidos chicos! Qué alegría me da tenerlos acá (les dijo mientras se
acercaba al auto que recién habían terminado de estacionar en la vereda).
Pedro:
¡Prima! Gracias por recibirnos (bajó del auto y se acercó a su prima para abrazarla).
¿Cómo andas?
Rocío: Todo bien, ¿ustedes? ¿Tranquilo el viaje?
Paula: Si, la verdad que vinimos re tranquilos por
suerte. ¡Qué hermosa tu casa! (comentó mientras miraba la edificación que
estaba a espaldas de Rocío)
Rocío: Gracias Pauli. Fue una gran adquisición la
que hicimos con Mati al comprar esta casa, es muy cómoda.
Paula: Y linda, me encanta.
Rocío: Pasen chicos. Si quieren vayan bajando los
bolsos, así ya dejan el auto bien cerrado.
Paula: Dale, si. Buena idea.
Entre los tres bajaron las cosas que habían llevado
Pedro y Paula, Matías no estaba aun en la casa porque él trabajaba como guía de
turismo en la cuidad y esa mañana había tenido una excursión, según les contó Rocío
a las 4 de la tarde ya estaría en la casa.
Rocío los guió a una habitación en el 2do piso de la
casa que había preparado para ellos. Era pequeña pero entraba justo una camita
de dos plazas, un silloncito y contaban con un placar para ellos solos así que
por las 12 noches que iban a dormir allí estarían muy cómodos. Lo más linda que
tenía esa habitación era la espectacular vista desde la única ventana que había.
Se veía el hermoso y amplio lago Nahuel Huapi, y detrás de éste las gigantes
montañas que, a pesar de ser verano, estaban blancas por la nieve en los puntos
más altos.
Pau: ¡Que hermosura es este lugar! Mira la vista que
tenemos… (Comentó Pau mientras miraba por la ventana)
Pedro: Es un paisaje de cuentos, ¿no? (se acercó a
ella y la tomo abrazó por la cintura apoyándole su pera en el hombro)
Pedro y Pau se llevaban muy bien con Rocío y Matías
por lo que los almuerzos o cenas entre todos eran muy divertidas. Algunas
noches salían también a cenar afuera, paseaban todos por el centro, pero
durante las tardes por lo general Matías trabajaba y Pedro y Paula se dedicaban
a pasear, hacer excursiones, conocer lugares. Por su parte Rocío se había
tomado esos días de vacaciones así que se quedaba en su casa o visitaba a sus familiares
y amigos.
Pedro también aprovecho el viaje para presentar a
Pau ante sus tíos y demás primos barilochenses, todos la aceptaban con rapidez y
les deseaban lo mejor.
Al octavo día de esas vacaciones asistirían al
bautismo del hijo de una de las primas más grandes de Pedro por lo que no
programaron excursiones, la ceremonia sería por la tarde en la iglesia y luego
se juntarían a comer todos en la casa de Rocío, que ella se la había ofrecido a
su hermana por contar con un comedor más grande y además porque era la madrina
del niño al que bautizaban.
Matías también se había pedido el día en su trabajo,
así que Pau pensó que se quedarían todo el día los cuatro en la casa acomodando
las cosas para la reunión de esa noche pero se sorprendió cuando después de
comer Pedro se apareció en el living donde ella estaba con Rocío charlando y
tomando un té, vestido con la ropa deportiva.
Pau: ¡Gordo! ¿Qué haces así vestido?
Pedro: Mi primo me invito a jugar un picadito con
los amigos de él. ¿No te molesta, no? (Preguntó con la mejor cara de inocente
que le salió pero notaba que su novia no estaba muy feliz con su idea)
Pau: Hace lo que te parezca Pepe (le respondió y
siguió hablando con Rocío sobre lo lindo que eran los centros de mesas que habían
comprado).
Realmente le parecía muy desubicado que se fuera por
ahí cuando faltaban solo horas para tener que ir a la iglesia y más cuando
todavía faltaba acomodar cosas en la casa de su prima. Encima que los estaba
alojando, ella creía que correspondía que ayudaran en todo lo posible. Pero
bueno, no quería ponerse a discutir frente a Rocío.
Pedro: Pau. Veni, quiero mostrarte una cosa en la habitación
(Le pidió, aún parado en el mismo lugar).
Pau: Ah, creí que ya te habías ido. ¿Qué necesitas?
Pedro: Veni y te digo.
Pau: Bueno.
Pedro subió hacia la habitación con Pau siguiéndolo y
cuando entró la miró preocupado.
Pedro: Pau, ¿te pasa algo? Me hablaste re cortante.
Pau: No, deja. ¿No se te hace tarde? Anda (Le dijo y
se dio vuelta para salir de la habitación y volver con Rocío al living)
Pedro: Ey, pará. En serio (la tomó del brazo y la
hizo retroceder). A vos te pasa algo. ¿Me decís?
Pau: (Volvió a donde estaba antes pero se soltó del
agarre de Pedro) Que la verdad que me parece re desubicado que te vayas ahora
que estamos terminando de ordenar todo.
Pedro: Pero si no queda casi nada que ordenar, ¿o
no? Es un partidito… Un rato. Que nunca puedo jugar con mis primos de acá.
Pau: Ya te dije que hagas lo que quieras.
Volvió a darse vuelta para irse y esta vez Pedro no
la detuvo, bajó las escaleras y siguió ordenando en una mesa los suvenires
juntos con Rocío. Pedro, ignorando la queja de su novia, igualmente salió, tomo
las llaves del auto y se marchó.
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Hoy solo quiero decirles: GRACIAS...
... Por la paciencia.
... Por leer las locuras que se me ocurren.
... Por apoyarme a que siga con mi hobbie.
... Por disfrutar junto conmigo de esta historia que un día de la nada apareció en mi cabeza.
GRACIAS, gracias y miles de gracias ♥
Agos.
Ya solo queda uno.
No quiero que termine!!! ojalá la inspiración te lleve a escribir otra nove prontito ;)
ResponderEliminarAyyyyyy cuanta nostalgia que esté por terminar, esta es la primer nove de ellos que empecé a leer, y por lo tanto mi favorita, me encanta!!!
ResponderEliminarAhora estoy ansiosa por el último cap, espero que lo leamos pronto y después pueda seguir leyéndote con otras ideas, besos!
Nooooooo!!!!!! Sólo uno!!!!! Con Vuelteros conocí Italia!!!! Voy a extrañar la novela... Gracias por subir!!!
ResponderEliminarbuenísimo el capítulo y buenísima la nove,nostalgia de que ya termine!!!
ResponderEliminarTodavía no terminó y ya comienzo a sentir nostalgia...
ResponderEliminarque liindo final augura Vuelteros!
me encantó como avanzaron en su relacion ;)
y que lindo Bariloche en verano!!!!!! jajaja
yo quierooooo
Amo esta novela. ¿solo falta 1 capitulo? que tristeza!!!! No tardes un mes please, muero por leer el final..
ResponderEliminarsolo uno?? noooooooo.... este capitulo y el anterior pasaron super rapido..... no quiero que termine.... :(
ResponderEliminarMe encanta esta novela... la disfruto un monton y la voy a extrañar.......................
Soloo uno?? Ame tu nove♥ es una d mis favoriitas la voy a extrañar besos♡
ResponderEliminarMuchas gracias chicas por sus comentarios!! A todas muchas gracias ♥
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