sábado, 25 de mayo de 2013

Capitulo 173 ♥

Era uno de los días más fríos del año (hasta los noticieros de la televisión así lo afirmaban), el cielo se mantenía cubierto por una espesa capa de nubes entre blancas y grises, y soplaba bastante viento. Por suerte la lluvia parecía no tener intenciones de hacerse presente. Nada de esto, ni el clima ni nadie, iba a detener a Pedro y Paula que habían elegido ese día para comenzar la mudanza.
A pesar de ser sábado ambos se levantaron temprano. Pedro fue hacía su casa y comenzó a limpiar su habitación y hacer lugar para que Paula pudiera llevar sus pertenencias. Paula, por su parte guardó su ropa en todos los bolsos y valijas que encontraba para luego pasárselos a Pedro por la medianera, también alistó su almohada, las sabanas, las frazadas y acolchados ya que estaba en la habitación también ya los llevaba. Habían decidido comenzar por esas cosas que eran las que necesitaría Pau si o si al mudarse, demás cosas como los muebles o cortinas, utensilios de cocina, podrían esperar; era obvio que en un solo día no finalizarían con la mudanza.
Ambos estaban muy felices y ordenaban con energías, con ganas.
Al llegar al final del día la habitación de la (por ahora) casa de Pau ya estaba casi vacía, solo quedaban la cama y el ropero que no los iban a trasladar porque no los necesitaban; también había trasladado su shampoo, cremas y demás pertenencias que tenía en el baño, al igual que las toallas. También se llevó su cortina de la ducha, que no era totalmente necesaria ya que Pedro tenía una pero Pau se había encaprichado con que quería la suya, era como algo esencial para ella, la hacía sentir en su casa y Pedro, entre risas, acepto cumplir con su capricho.
Pasaron la primer noche oficial como concubinos pero no hubo muchos festejos ya que estaban cansados por haber estado todo el día ordenando, encima el día siguiente tendrían que seguir con lo más pesado. Por suerte Miguel, Horacio, Gonza y Fede se habían  ofrecido para terminar de trasladar los muebles y dejar la casa de Pau en condiciones ya que la pondrían en alquiler.
El domingo comenzaron a trabajar otra vez ellos solos, pasaron una de las televisiones, algunos muebles pequeños, lo que podían trasladar pasando por encima de la medianera entre ellos dos. Después del medio día llegaron los ayudando y pudieron terminar con lo más pesado.
Al concluir con todo se sentaron en los sillones a descansar un rato y Pau les cebo unos mates.

Pau: Gracias pa, gracias todos por la ayuda. Si no íbamos a tener que seguir el finde que viene también.
Miguel: De nada hija. ¡No es molestia! Quedo re linda la casa Pedro. No la había visto yo.
Pedro: Si, la verdad que el albañil trabajo muy bien y cumplieron con lo que les había pedido.
Horacio: Encima les queda genial para ustedes dos… Y para alguien más que después puede llegar (añadió guiñando un ojo a su hijo).
Pedro: ¡Viejo! No vengas a apurar.
Miguel: Eso, que soy joven para ser abuelo.
Paula: ¡Papá! ¿No queres ser abuelo? (preguntó con preocupación, ella se sentía lista para ser madre)
Miguel: Obvio hija, pero no hay apuro. ¿O sí?
Gonza: Sos terrible viejo (comentó riendo). Yo si quiero ser tío eh.
Pau: Bueno, igual por ahora no está en los planes, ¿no gordo?
Pedro: No, pero si llega bienvenido será.
Paula: Obvio (le sonrió y dejó un beso en sus labios).
Federico: Bueno, los dejamos así si quieren lo van encargando.
Paula: ¡¡Federico!!Que cuñado atrevido.
Pedro: (riendo) te pasas hermano. Quédense un rato más si quieren, no hay problema.
Paula: Igual el finde que vienen están todos invitadísimos, tenemos que hacer una reunión familiar para estrenar la casa.
Horacio: Buenísimo. Encantado, si queres te ayudo con el asado hijo.
Pedro: Si, porfa, todavía no o domino.
Paula: Más te vale que aprendas pronto Alfonso. Porque a mí me encantan los asados.
Pedro: Te prometo que antes del verano aprendo.

Durante esa semana en la que ya convivían total y formalmente siguieron acomodándose y acostumbrándose el uno al otro. Por suerte fue sin muchos inconvenientes, alguna que otra peleíta surgió pero nada muy grave, todas se arreglaban a lo largo del día, eran típicas peleas de los principios de convivencia. Pedro ahora tenía que acostumbrarse a que ya no era solo su casa sino que ahora los “jefes” del hogar eran dos, también le costaba dejar a Moro que subiera al sillón, el perro estaba acostumbrado y Paula lo dejaba, a él no le gustaba mucho pero la dejaba con la condición de que cada tanto pudiera juntarse con sus amigos a jugar a la Play. Pau tenía que acostumbrarse a vivir en una nueva casa, debía tomarla como propia, a veces se sentía media extraña pero el lugar le encantaba y más le gustaba compartirlo con su amor. Moro parecía ni haberse dado cuenta de la mudanza, en cualquier rinconcito que encontraba se acostaba a dormir una siestita, con el parque estaba feliz porque era más grande que el que tenía Pau antes y corría por todos lados. A lo que Pau le tenía miedo era a la pileta, le daba terror que se cayera ahí por correr a algún pajarito distraído.

Pedro: No le va a pasar nada. Saben nadar los perros.
Paula: Ay no gordo, pero ¿cómo sale? Tendríamos que ponerle unas rejitas alrededor.
Pedro: No le puse por mis sobrinos no le voy a poner por el perro Paula. Además cuando nosotros no estamos él se queda adentro.
Paula: Bueno, sí, eso es verdad. Pero vigilalo cuando lo dejas salir eh.
Pedro: Si, gorda. No te preocupes.

La mayoría de los muebles que habían quedado en la ex casa de Paula se los llevó Gonzalo que hacía poco se había mudado con un amigo a un departamento y les hacían falta, los otros los apilaron en la casa de Pedro, en la habitación vacía. Una de los televisores les sobraba y Pau había encontrado hacia un tiempo un comedor y hogar de niños a unas 20 cuadras de su casa así es que decidieron donarlo allí, también llevaron un equipo de música y un colchón, los niños lo recibieron felices y les hicieron un montón de dibujitos en forma de agradecimiento. Los dos se fueron de allí llenos de amor y felices de haber colaborado en una buena causa.

Llegado el fin de semana, más precisamente el sábado, la casa ya estaba lista para alquilar, solo faltaba que el pintos viniera al lunes siguiente para dejarla más linda ya que el martes pasaría la gente de la inmobiliaria para ponerle el cartel.

Pau: Guau. Mi casita… (Comentó suspirando, parada en el living vacio de su antigua casa mirando hacia todos los rincones, repasando los recuerdos que tenía en cada uno de ellos) No puedo creer el gran cambio que es esto, no viví mucho tiempo acá, solo 2 años y meses pero fue mi paso hacia la independencia.
Pedro: Si, la verdad. Pero me encanta este nuevo cambio, ¿no?
Pau: Obvio, a mi también. Esa independencia por la que tanto luchamos en la adolescencia nos guía hacia nuestra nueva familia, que no reemplaza a la anterior sino que complementa de la forma más hermosa eso que a todos nos falta. A veces siento que nacemos incompletos y todos tenemos por ahí nuestra otra mitad esperándonos, y tarde o temprano, estando cerca o lejos yo creo que siempre llega.
Pedro: Que romántica estas amor (rió y la abrazó de costado). ¿Cómo la media naranja?
Paula: Claro, algo así… (Se quedó pensativa y volvió a hablar) creo que me fui a la mierda en filosófica, ¿no? (comenzó a reírse con fuertes carcajadas que resonaban en la habitación vacía)
Pedro: (se acoplo a las risas de su novia) no, no lo creo que así. Estoy seguro de que es tal cual vos dijiste.
Paula: No sé cómo será pero por suerte yo te encontré a vos y siento que me complementas… que me completas a la perfección (lo abrazó con fuerza y susurro a su oído dos palabras más). Te amo.
Pedro: ¡Yo más!
Paula: ¡No! ¡Yo más!
Pedro: (riendo) no sé, ya vamos a ver.
Paula: Peleador.
Pedro: Vos empezaste.
Paula: Bueno, basta (sonrió). Che, la escalerita… Tendríamos que sacarla, ¿no?
Pedro: ¡Uh cierto! Si, vamos a sacarla. Ahora ya no necesitamos pasar por la medianera para estar juntos.

Entre los dos desamuraron las escaleritas de la pared que dividía los patios de las casa pero no las tiraron, las guardaron como recuerdo del primer paso que dieron para sentirse más cerca uno del otro.
Esa noche sus amigos cayeron de sorpresa con varias cajas de pizza recién comprada y unas ricas cervezas bien frías.

Valen: Hay que estrenar el nidito de amor con amigos, ¿o no?
Herni: Claro. ¿Pensaban dejarnos afuera?
Pedro: Son terribles. Igual saben que están invitados siempre.
Jose: Más les vale.
Santi: más le vale a Paula que nos siga dejando juntarnos para los torneos de Play.
Valen: ¡Que pesados con la Play!
Herni: Ey, yo estoy jugando menos ahora… Mi novia me mantiene ocupado.
Paula: ¡Ayyyy! ¡Me muero que se pusieron de noviooooooooos!
Valen: (se ruborizó) si, hoy.
Jose: ¡Qué amor! ¡Felicitaciones!
Pedro: ¡Grande Herni!
Santi: Ufa. Me están dejando solo.
Pau: Vas a tener que sentar cabeza.
Santi: Na, ni ahí (riendo). Al menos por ahora no encontré a nadie que me haga desear hacerlo.
Jose: Ya va a legar.
Pedro: ¿Y vos Jo? ¿Qué onda?
Jose: Bien, conociendo a alguien (sonrió).

Cenaron entre risas y chistes como cada vez que se juntaban, la pasaron muy bien y acordaron que se podrían juntar allí para algunos toneos de Play pero también para tomar mates y chusmear las chicas.
El domingo las familias de ambos comenzaron a llegar a partir de las 11. El primero que llegó fue Horacio quien iba a encender el fuego para el asado con su hijo, él fue el encargado de despertarlos, al haberse juntado con sus amigos la noche anterior se habían acostado tarde y del sueño que tenían ni escucharon el despertador que sonó a las 10 am.

Horacio: Perdón chicos que los desperté.
Paula: No, está bien Horacio, nos teníamos que levantar. Lo que pasa es que como anoche nos cayeron los chicos de sorpresa nos acostamos tarde y hoy ni escucharon el despertador.
Horacio: Claro, me imagino. Bueno, los dejo que se terminen de despertar tranquilos y voy a empezar a encender el fuego.
Pedro: Dale pa. Al lado de la parrilla deje el carbón y bastante papel de diario. En la cocina hay fósforos.

Horacio y Morito salieron al patio mientras Pedro y Paula aprovecharon para lavarse las caras, cambiarse y preparar unos mates.
Enseguida llegó el resto de la familia y continuaron la ronda de mates mientras preparaban ensaladas de lechuga y tomate, también de papá y huevo, y una rica ensalada de frutas para el postre. Los chicos corrían por el patio jugando con una pelota que Fran había llevado y Moro corría detrás de ellos intentando sacárselas. Todos estaban felices y se integraban con rapidez. Parecía que serían una gran familia y muy unida.

Todos los felicitaban y los apoyaban en su unión como pareja, con la nueva convivencia. Pero Pedro y Paula sus familias eran muy importantes y que les demuestren tanta aceptación a sus decisiones, tanto apoyo, los dejaba felices y contentos.

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Tururururuuu ♥ Todo tan amor ♥ jajajaja!

Que tengan todos un hermoso fin de semana, no se olviden de reír y sonreír, de abrazar, amar y disfrutar... ♥
A dejar de fruncir el entrecejo que trae arrugas!!! Jajaja!

Cuenta regresiva: ♥..........2 capitlos.........♥

4 comentarios:

  1. Cuanta nostalgia me da leerte sabiendo que llega el final!!! me dio cosita leer lo de las escaleritas!!! significo tanto cuando empezaron!!! Me encanta leerlos bien, plenos con ellos, su familia que los apoya y ni hablar de sus amigos!!! y... a esperar que ya termina :´(

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  2. ayyyy cuanto amorrrrrrrrrr!
    por un lado quiero leer los caps que faltan
    y por otro lado no quiero que se termine!

    que lindo Agos!!!!

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  3. siiii, da mucha nostalgia pensar que se termina..... muy linda historia, muy bien contada, te atrapa desde el comienzo....
    supongo que en cualquier momento aparece Olivia...¿solo 2 capitulos para el final?.... mmmmmmm... Hermosa novela ♥

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  4. que lindo,me encanto!!!
    que nostalgia que ya termine la nove!!!

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