viernes, 7 de junio de 2013

Capitulo 175 ♥ - ♡Final♡

El día se mantenía soleado desde la mañana por lo que el calor se hacía sentir bastante en Bariloche, Rocío y Paula habían abierto todas las ventanas para dejar que el calor y el aire puro de montaña impregnara en la casa. Matías, el novio de Rocío, había llegado a las tres de la tarde de trabajar y luego de almorzar lo que su novia le había dejado preparado en la cocina, se unió a las chicas en los preparativos: acomodó las mesas, las sillas, corrió los muebles que molestaban... El trabajo pesado lo habían dejado para él.

Pau estaba muy indignada porque su novio también tendría que haber estado allí para ayudar, y aunque Rocío y Matías le decían que no pasaba nada cada vez que ella se disculpaba por la falta de colaboración de Pedro, estaba molesta... Le parecía muy desubicado que se hubiera ido por ahí en vez de ayudar a las personas que los estaban alojando en su propia casa en esas vacaciones.

Llegadas las cinco de la tarde Rocío, Matías y Paula comenzaron a vestirse para asistir a la ceremonia del bautismo en una iglesia del centro de Bariloche. Mientras se preparaban, Pau le envió un mensaje a Pedro para ver por donde andaba ya que aún no había vuelto y en unos minutos tendrían que partir hacia la iglesia.

Que se demorara hacia que su enfado crezca, no entendía qué le pasaba. ¿De repente había vuelto a la adolescencia y prefería un partidito de futbol que estar presente en un momento importante para su familia? ¿Era de nuevo un pendejo inmaduro que ni miraba su celular para responder un mensaje? ¿A caso el primo que había ido con él a jugar a la pelota no tendría que estar también preparándose?
Suspiró con fuerza como si haciendo eso un poco de la bronca que sentía saliera de su cuerpo... Se abrochó las sandalias que acababa de ponerse y se miró por última vez al espejo que había en su habitación antes de salir. En el living ya estaba sentado en un sillón y totalmente listo: Matías, quien al ver a Pau se quejó de que su novia no había sido tan rápida como ella.

Pau: (riendo) bueno, pero Ro es la madrina, tiene que prepararse más, ¿no?
Mati: si, pero como es la madrina... ¡no podemos llegar tarde!
Pau: eso es cierto. Igual hay tiempo todavía (acotó mientras miraba la hora en su celular). Los que vamos a llegar tardísimo somos Pedro y yo, ¡no aparece este pibe! No me respondió los mensajes ni atendió mis llamadas...
Mati: igual nosotros, los hombres, en dos minutos estamos listos.
Pau: si, puede ser. Igual Pedro es bastante vueltero para vestirse... ¡Para todo en realidad!
Mati: (riendo) no te enojes, va a llegar.
Pau: voy a ver si Ro necesita algo.

Mientras subía la escalera hacia la habitación de Rocío un mensaje le llegó: "gorda, anda yendo con Ro y Mati a la iglesia que yo me traje la ropa porque suponía que se me iba a hacer tarde. Nos vemos allá. Besos amor."
La bronca que la embargó en ese momento no se le pasaría así no más… Terminó de subir la escalera y justo se encontró con Rocío saliendo de su habitación, ya lista. Ella le sonrió pero noto que a Paula le pasaba algo así que la tomo de la mano y la metió en la habitación con ella.

Rocío: Vení para acá. ¿Qué te anda pasando Pauli? Desde hoy que estas re seria.
Paula: Tu primo me pasa (soltó la frase y a la vez el aire contenido en un gran suspiro).
Rocío: (comenzó a excusar a su primo) Ya va a llegar...
Paula: (la interrumpió) no, no llega. Me mandó un mensaje recién diciéndome que vaya con ustedes y nos vemos allá.

Rocío no sabía que responderle pero Pau en vez de notarla preocupada la notaba casi divertida. En ese momento el celular de Rocío sonó y al leer el mensaje sonrió.

Rocío: No te hagas drama Pauli. Anda medio colgado pero te ama de corazón mi primo.
Paula: Pero no me molesta que no esté conmigo… Me molesta que no ayudara nada acá hoy y que sea el bautismo de su sobrino y él va a llegar tarde…
Rocío: (interrumpiéndola) no te hagas drama, todos lo vamos a perdonar (le sonrió para transmitirle confianza y la tomó de la mano). En serio, no te preocupes. Y vamos que Matías nos va a matar.

Juntas bajaron la escalera de la casa para encontrarse en el living con Matías moviendo los pies con impaciencia, las chicas se disculparon por la demora y los tres partieron hacia la iglesia. Llegaron justo a tiempo, en cuanto se ubicaron en sus lugares la ceremonia dio comienzo y a los 5 minutos llegó Pedro.
“Tan lejos no estaba, podría haber ido a buscarme” pensó Paula pero trato de poner total atención en la ceremonia para no comenzar a pelear en susurros en medio del silencio que dominaba en el lugar con Pedro que acababa de sentarse a su lado.
Al finalizar el bautismo Matías, Rocío y la mamá de ésta última se fueron rapidísimo hacia la casa donde sería la reunión para así terminar con lo últimos detalles, mientras el resto de los invitados se tomaban fotos o charlaban en la iglesia. Paula, para no tener que volver con Pedro con el que seguía bastante molesta e intentaba evitarlo como sea, se ofreció para acompañar a Matías, Rocío y su mamá a preparar las cosas.

Durante lo que quedaba de la tarde y la cena que celebraron en honor al recién bautizado, Pedro intentó acercarse varias veces a su novia pero esta lo esquivaba como podía… Sabía que un poco se iba a enojar por su ausencia y sobre todo por su demora al llegar a la iglesia pero nunca había pensado que el enojo llegaría a tal punto como para evitar hablarle. En una ocasión, durante la sobremesa luego de la cena, Pau estaba hablando muy animadamente con Rocío, Julieta (la otra prima de Pedro, la madre del recién bautizado) y la mamá de estas dos, Mayra; y en cuanto Pedro se acerco, se sentó al lado de su novia e intento darle un beso, ésta se levantó excusándose con un “voy al baño, ya vengo”. Pero nunca regresó mientras Pedro siguió allí. A partir de ese momento decidió dejar de intentar hablar con ella mientras estaba su familia, antes de ir a dormir intentaría calmarla un poco o “de última, seguramente, mañana se le pasaba todo enojo…” pensó y sonrió satisfecho de sí mismo.

Cuando los invitados comenzaron a irse Pau se extrañó de que Pedro no le estuviera encima intentando hacerla hablar o intentando ver que le pasaba. ¿Tan fácil de rendía? ¿Desde cuándo? Siempre que se enojaba lo tenía encima reclamándole atención… “Creo que estoy muy perseguida, ¡basta Pau!” se dijo a sí misma y comenzó a llevar a la cocina algunos de los vasos sucios que quedaban en la mesa.
Entre los 4 limpiaron la mayoría de las cosas, guardaron la comida que había sobrado y tiraron lo que era basura, la limpieza más profunda y el acomodado de los muebles a su lugar de siempre lo harían al día siguiente, ahora estaban todos cansados y necesitaban dormir, sobre todo Pedro y Paula que al otro día tenían su última excursión al bosque de arrayanes que ya habían reservado desde el día que llegaron a Bariloche.
Paula subió a la habitación mientras Pedro charlaba un poco con Matías de futbol, los dos eran fanáticos hinchas de River por lo que esa conversación podía extenderse bastante, así que se desvistió, se duchó y se acostó para dormir. A penas se terminó de acomodar en la cama escuchó que Pedro llegaba, sintió que se acercó a ella pero decidió hacerse la dormida, sabía que se hablaban ahora iban a terminar discutiendo, lo presentía.

Pedro: Pau (dijo en un susurro). Gorda, ¿estás despierta? (no recibió respuesta) Se ve que no…

Se dio por vencido y entró a bañarse, al terminar se acostó al lado de su novia y enseguida se durmió, estaba cansado porque había tenido una tarde movida… No había jugado al fútbol como Pau creía pero había sido una tarde atareada.

Como estaban tan cansados ninguno de los dos escucho el despertador que habían dejado programado ya que la excursión comenzaba por la mañana, por suerte Rocío se despertó temprano para desayunar con Matías antes de que éste se fuera a trabajar y como vio que ni Paula, ni Pedro bajaban decidió despertarlos. Golpeo con fuerza la puerta para que la escucharan y Paula dio un salto en la cama del susto que se pegó, corrió a abrir todavía asustada y Rocío se rió de su cara.

Rocío: Son dos morsas eh. Los vine a despertar porque ya escuche el despertador sonando y ustedes ni se mosquearon.
Pau: (bostezando y desperezándose) ¿Qué hora es?
Rocío: nueve y medio. ¿No tiene que estar a las diez y medio en el muelle?
Pau: Si. ¡Gracias Ro! Ahí lo levanto a Pepe y bajamos. Gracias de verdad.
Rocío: De nada. Dale, métanle que es cerca pero el catamarán se va puntual eh.

Rocío desapareció por el pasillo y Pau abrió la ventana para que la luz del sol despertara a su novio, mientras ella fue al baño y se aseó un poco. Al salir encontró a Pedro tapado hasta la cabeza, seguramente se había puesto así para que el sol no lo molestara y seguir durmiendo.

Paula: ¡Pedro! Dale nene. Que se nos hace tarde para la excursión.
Pedro: (se destapo de repente y se levantó muy sobresaltado) ¿Qué? ¿Qué viste? ¿Qué paso?
Paula: (sin podes evitarlo se rió de la reacción de su novio) Nada vi. ¿Qué tenía que ver? (preguntó con intriga)
Pedro: (más tranquilo y ubicándose en tiempo y espacio le respondió) Nada, nada. ¡¿Qué hora es?! No sonó el despertador, ¿o si?
Paula: Rocío dijo que si pero se ve que no lo escuchamos… Son las 10 menos cuarto así que dale, levantate porque no llegamos.

Con la mayor rapidez que pudieron se vistieron y alistaron para la excursión, bajaron las escaleras casi corriendo y para suerte de ambos Rocío los esperaba con dos tazas grandes de café con leche para que se terminen de despertar y unas ricas tostadas recién hechas untadas con mermelada de frambuesa.

Pedro: Sos lo más prima. Muchísimas gracias.

Los dos salieron casi corriendo de la casa y todavía agradeciéndole a Rocío, quien los despedía desde la puerta de su casa, por el desayuno y por despertarlos.
En el camino Pau terminó de acomodar la mochila que llevaba ya que habia metido las cosas así no más para hacer rápido; Pedro trataba de entender el mapa para llegar rápido al muelle.

Paula: Deja Pedro. Ahí me fijo yo.
Pedro: Pero dale, que no llegamos.
Paula: (soltó la mochila y agarró el mapa) A ver (lo observó por unos segundos). Seguí por esta derecho, agarra la ruta que bordea el lago y ahí tenemos que ver el muelle.
Pedro: Gracias. Allá vamos.

Por suerte no se perdieron y llegaron justo cuando el capitán estaba haciendo el último llamado a los que tenían boleto para ese catamarán.
Se sentaron en los banquitos que había dentro y respiraron con tranquilidad por primera vez desde que se habían levantado.

Pedro: ¡Llegamos!
Paula: Si, menos mal.
Pedro: Que lindo día nos toco, ¿no?
Paula: Ajam (volvía a tratarlo de manera distante y seca)
Pedro: Pau, ¿te pasa algo?
Paula: Nada (desvió la mirada). Voy a ver el paisaje afuera.

Se levantó y salió a la parte del catamarán que te dejaba estar al aire libre disfrutando del hermoso paisaje de montañas que comenzaban con una base verse y llena de flores de muchos colores  terminaban en una punta blanca a causa de la nieve que allí se mantenía por la diferencia de temperatura.
Pedro la dejó un rato sola pero luego la siguió, se paró a su lado y sin hablarle le hizo compañía. Allí quedaron hasta que llegaron al puerto del Bosque de Arrayanes.

Recorrieron el lugar siguiendo a un guía que les contaba la historia del lugar, caminando por las tarimas de madera que indicaban el camino a seguir para poder ver todo lo que había en ese lugar. Llegado el medio día el guía los dejó en el restaurant que estaba en medio del bosque donde almorzaron tranquilos. Luego, tenían la tarde libre para recorrer el parque por los lugares que más les gustara.

Pedro: Pau, vení. Cuando recorríamos pasamos un lugar que quiero ver mejor. ¿Me acompañas?
Paula: Pará que le quería preguntar algo al guía.
Pedro: No, dale. Vení (la tomó de una mano). Después le preguntas.
Paula: Pero… ¿Qué apuro tenes Pedro? Espera un minuto (intentó soltarse).
Pedro: No, ahora. Porque si no me agarran los nervios mal.
Paula: No te entiendo, pero vamos. A ver… ¿Qué lugar?
Pedro: Seguime.

Tomados de la mano comenzaron a caminar por uno de los caminos construidos con madera, en un punto del camino había una escalerita que te permitía salir de la tarima y acercarte al lago y una elevación de piedras, una mini montaña. Caminaron cerca del lago por un rato, Pau miraba intrigada a su novio a quien le transpiraban las manos, se acercaron a la elevación de rocas y Pedro empezó a subirla por una zona que no era muy empinada pero Pau se le soltó de la mano.

Paula: ¿Qué haces? ¿A dónde vas?
Pedro: Veni. Dale (le sonrió con franqueza)

Pau lo alcanzó y siguieron metiéndose en un lugar donde la elevación y los arboles estaban muy juntos. Pau no entendía nada pero sabía que su novio tenía un espíritu aventurero muy a flor de piel, lo único que esperaba era que ningún bicho raro apareciera.
Luego de unos cuantos pasos más entre los árboles y la elevación Pau empezó a escucha ruido a agua, siguió caminando detrás de su novio un poco más y llegaron a un pequeño manantial que formaba un arroyito muy chico que llevaba su agua rumbo al lago Nahuel Huapi.

Pau: ¡Qué lindo lugar! (Comentó sonriendo)

La luz del sol no llegaba mucho a ellos ya que se encontraban rodeados de arboles muy frondosos pero llegaba la suficiente para que pudieran ver el manantial y el arroyo.

Pedro: ¿Viste? Es hermoso.
Pau: Bueno, volvamos. Se nos va a ir el grupo (contestó ella recordando su enojo).
Pedro: No, pará. ¿Por qué estas enojada? (Tomó a su novia por la mano y se pudieron a hablar cara a cara parados al lado del arroyito)
Paula: ¿Hace falta que te responda? Ayer desapareciste todo el día por jugar a la pelota, no ayudaste a preparar la casa de Rocío para el bautismo (el calor de sus mejillas empezó a subir y estas se pusieron coloradas a causa del enojo que volvía a florecer en Paula), después no viniste a buscarme para ir juntos, como corresponde, llegaste solo y tarde…
Pedro: Pará… (La interrumpió) Te juro que tengo una explicación para todo…
Paula: Si, ya sé… Que hace años que no ves a tu primo, que no podías negarte a jugar un partido…
Pedro: (Volvió a interrumpirla) Pau, no fui a jugar a la pelota ayer…
Paula: (ahora lo interrumpió ella) Ah, encima me mentiste. Más razones para estar enojada tengo (soltó las manos de su novio y quiso volver por donde habían llegado hasta allí).
Pedro: Pau, pará… En serio… Tenía algo mucho más importante que hacer y Matías y Rocío lo saben y me cubrieron.
Paula: (detuvo su andar y se volvió hacia su novio) ¿Qué? No entiendo.
Pedro: Veni (ella camino de nuevo hacia él). Tenía que comprar una cosa que hace rato que tengo ganas de comprar… Y la traje acá… (Tomó aire con fuerza, metió la mano en su bolsillo y miró a los ojos a su novia) Sabes que te amo con toda mi alma, sabes que te elijo día a día y te volvería a elegir cada uno de los días que me quedan por vivir y como yo también lo sé… (se quedó unos segundos en silencio repensando cada palabra que quería decir) Sé que quiero que seas la madre de mis hijos, la que me espere cada día del resto de mis días cuando vuelvo de trabajar o de jugar a la pelota, la que me rete como una madre, me de consejos como una amiga y me ame como la mejor amante…

Paula estaba anonada, entendía y no entendía lo que estaba pasando, ella estaba tan enojada y él venía con una declaración de amor. De repente su enojo quedaba de lado y sus manos comenzaban a transpirar al igual que las de Pedro. Todo le cerraba de repente y se sentía mal por haberse enojado tanto… Miles de cosas pasaban por su mente, quería decirle que lo amaba como él a ella y más, que ella deseaba también que fuera el padre de sus hijos, su hombre para toda la vida pero las palabras no le salían de la boca.

Pedro: Paula, (se arrodilló frente a ella) ¿te querés casar conmigo? (Mientras realizaba esa pregunta sacó de su bolsillo un estuche de terciopelo negro y lo abrió dejando a la vista un hermoso anillo de oro blanco con algunos pequeños brillantes incrustados)

Paula seguía sin podes recuperar el habla y ahora algunas lagrimas rodaban por sus ojos. Tanto había soñado con ese momento, de tantas maneras diferentes, pero nunca tan especial como estaba siendo. Quería responder a Pedro, hablar pero sentía que si abría la boca ninguna palabra podría salir debido al nudo que se le había formado en la garganta por la emoción.
Tenía que hacerle entender que su respuesta era “si” sin hablar, por lo que lo tomó de las manos e hizo que se levantara. Pedro se asustó, ¿no querría casarse con él? ¿No sería el momento adecuado para la propuesta?
En cuanto lo tuvo de nuevo de pie, frente a ella lo rodeo por el cuello con sus brazos y comenzó a besarlo con desesperación, con amor, con ternura, con pasión, con todos los sentimientos que pasaban por su cuerpo en ese momento, con todos juntos.
Por varios minutos estuvieron entrelazados en ese beso hasta que necesitaron separarse en busca de aire para sus pulmones y en ese momento fue cuando Paula sintió que debía hablar, que ahora si podía hablar.
Paula: Si, claro que quiero casarme con vos. ¡Te amo mi amor! (Le respondió entre nuevas lagrimas de emoción)
Pedro: Te amo con mi vida (También las lagrimas inundaron sus ojos)


Volvieron a besarse quién sabe cuánto tiempo más, sellando ese perfecto momento tan soñado por dos personas que se aman puramente como ellos lo hicieron, lo hacen y lo harán…

8 comentarios:

  1. Hermoso Final Agos!!! hasta el último momento dieron honor al título!!! como ya te dije voy a extrañar un montón Vuelteros!!!
    Ojalá la inspiración te haga que nos dejes disfrutar un poco más de leer cosas tan lindas!!!
    Con un poco de tristeza, otro de nostalgia pero totalmente conforme!!! Hasta Pronto!!! ;)

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  2. Un final perfecto y maravilloso como se merecía esta novela tan tierna y llena de amor Agos, me da mucha emoción sigo esta novela desde siempre ♥
    Sos genial ...besos grandes ☺ Candy

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  3. QUE AMOOOOOOOOR!!!!! Me encanto el final.... hermosa novela ♡ ‏

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  4. Me encanto esta novela... la disfrute muchisimo y me da un poquito de nostalgia que llego su final. Gracias por escribir y por compartirla con quienes disfrutamos leer....
    Espero tengas alguna idea en puerta para comenzar otro proyecto.... Avisame que te sigo :)

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  5. hermoso capítulo y hermosa nove... nostalgia porque ya termino,ojala pronto vuelvas a escribir otra nove!!!

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  6. Agos... mi vueltera favorita!
    Divino final, para divina novela.

    Tan tiernita y sana como te imagino a vos.
    Gracias por tantas vueltas entretenidas y adorables.
    y gracias por llevarnos de viaje a tantos lugares con tantos detalles como Italia y a Bariloche :)
    extrañare leerte.
    ojala que no por mucho tiempo!

    Felicitaciones!!!

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  7. Agos: que linda historia que contaste con Vuelteros. Ella hizo que nos conozcamos allá por los primeros 40 CAP en el Picadilly coincidiendo en el final de DDS
    Comparto un poco lo que dijo Luna nos llevaste a viajar a lugares bellísimos. Me acompaño en muchas madrugadas antes de dormir
    Ojalá encuentres inspiración y nos cuentes otra historia tan cálida como esta y como sos vos Te quiero nena!
    Gran final para una gran historia, sin VUELTAS

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  8. Hermoso final, para hermosa novela! Que decirle a mi vueltera preferida? Sos muy grosa Agos y de verdad te admiro... tenes una forma muy particular de escribir que me encanta, creeme que transmitis muchisimo!
    Ame leer esta novela, fue na muy especial.. admito que en oportunidades tenia ganas de traspasar la compu y pegarte con tantas vueltas jajaja pero valieron la pena! Y es verdad lo que dicen las chicas.. fuiste como una guia turística jajaja
    Felicitaciones de verdad por estos 175 capitulos llenos de ternura, locura, peleas, mucho amor y por sobretodo VUELTAS! jajaja Lograste que de verdad nos metamos en la historia!
    Ojala nos sigas permitiendo disfrutar de tus ocurrencias xq son geniales! @maraaldecoa_cba *perdon por la tardanza del comentario, pero estaba sin compu y desde el celu se complica jaja*

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