Pau llega a la casa de su mamá, esconde los regalos
en la habitación de su hermano y se dirige al encuentro del resto de la familia
quienes estaban ya todos reunidos en el quincho cerrado, que se encontraba en
el fondo de la casa.
Pau: ¡Hola a todos!
Saluda uno por uno a las personas de su familia y
se sienta a disfrutar de la cena que su madre había preparado con colaboración de
su abuela y algunas tías. Para año nuevo le tocaba a ella también preparar, y
eso ya la tenía preocupada. Era un cero a la izquierda en la cocina.
Estaba media intranquila de haber dejado a Moro con
Pepe, primero porque no quería que lo moleste a él o a su familia y luego
porque temía que se olvide de darle agua o comida, o que se le ocurra darle
algo de lo que estaban comiendo ellos. Pau solo le daba el alimento balanceado
porque si no, le hacía mal al cachorro.
Para calmarse un poco le escribe un mensaje y se lo
envía.
Paula: “Hola gordo. ¿Todo bien con Morito? Acordate
de fijarte si tiene agua y que nadie le de comida que no sea la de él, porfis,
que le cae mal. Besitos.”
Sigue charla con su hermana Delfi, quien estaba
sentada a su lado pero mirando el celular a cada rato.
Delfi: ¡Ey Pau! No me estas escuchando.
Pau: Sisi, te escucho.
Delfi: ¿Qué te dije de papá?
Pau: Em…
Delfi: ¿Ves? ¿Qué es lo que te tiene tan distraída?
(Intentando mirar la pantalla de su BB)
Pau: Nada Del. (Corriéndola) Me tiene preocupada
Morito.
Delfi: Hasta lo que yo sé, los perros no mandan
mensajes de texto.
Pau: Que boba sos eh. Es que se lo deje a Pepe que
se ofreció a cuidarlo.
Delfi: Ay que tierno tu amiguito.
Pau: Si, me re zafo. (Con cara de embobada)
Delfi: Ay nena, ¡la cara te vende!
Pau: ¿Qué cara? ¿Qué decís? Deja de inventar Del.
Delfi: Ok, invento… Seguro.
Le suena el celular y Pau vuelve a aislarse de
todos para prestar atención a lo que Pedro le decía.
Pedro: “Si, Pau, quedate tranqui que se porta bárbaro
y lo estamos tratando como un rey. ¿Cómo la estas pasando vos?”
Le responde al instante.
Pau: “Todo bien, Delfi quiere chusmear mi cel y me
carga con vos. No es ninguna tonta la peque me parece jajaja!”
5 minutos después le llega la respuesta.
Pedro: “Si, acá la que no es ninguna tonta es mi
hermana Lu. En seguida me indago de todo por el perrito Jajaja! Te quiero
hermosa. Nos vemos después de media noche”
Pau: “Te quiero más gordo. Sí, nos vemos. Te
extraño ya ♥”
Pedro: “Y yo a vos. Moro te manda un “guau”, supongo
que es un beso en su idioma. Jajaja”
Pau ya un poco mas relaja, continúa conversando con
su familia, comiendo y festejando.
Llegando la hora del brindis, para festejar una vez
más el nacimiento de Jesús, preparan las copas, el champagne, acercan las fuentecitas
con pasas de uvas, los pan dulce, Mantecol y demás.
Se juntan todos esperando que alguien atento a su
reloj anuncie las 12 y brindan deseándose buenas cosas entre todos.
Luego del brindis, toman sus sacos y salen a ver
los fuegos artificiales, mientras Pau se encarga junto con su mamá, de llevar
todos los regalos al árbol de navidad.
Ya todos eran grandes en la familia, la más chica
era Delfi y con 15 años por supuesto que no creía en Papá Noel, pero era linda
la magia que se generaba cuando todos entraban y veían los regalos alrededor del
árbol.
Cada uno toma los que llevaban su nombre y lo abre,
los más adultos que habían jugado al “amigo invisible” leen sus cartas e
intentan adivinar quién era la persona que les había hecho el regalo. La abuela
de Pau la adivina en seguida.
Guingui: Gracias mi amor por el regalito. Me
encanto.
Pau: De nada abu!! Adivinaste muy fácil.
Guingui: Te conozco mucho. (Ríe)
Pau: Y a mí
me regalo el abuelo pero supongo que vos tuviste algo que ver. Gracias! (Ríe
junto a su abuela)
Paula se dirige a donde está su abuelo y también le
agradece. Siguen los abrazos, los buenos deseos, la cena en familia.
En la casa de Pedro al llegar las doce todos
brindan y salen a mirar los fuegos artificiales. Pedro se queda adentro con la
escusa de cuidar a Moro para que no se asuste con los ruidos, el cachorro no se
despegaba de sus pies. Pepe va a su habitación, seguido por Morito y se pone el
traje de Papá Noel que había conseguido, coloca todos los regalos junto al árbol
de navidad que estaba en el living y se sienta a esperar.
Cuando escucha que están viniendo, se deja ver por
sus sobrinos, yéndose hacia el pasillo, con eso ya los dejaba felices. No iba a
quedarse y hablarles porque lo descubrirían y de una buena acción pasaría a ser
el peor tío, rompiéndoles su ilusión.
Se viste de nuevo con su ropa y vuelve al living,
Delfi corre a sus brazos.
Delfi: Tío, tío, vi a Papa Noel. Nos dejo los
regalos. ¡Mira!
Pedro: ¡Ay qué lindo Delfi! ¿Vos también lo viste
Fran? (Le dice a su otro sobrino que estaba a upa de su abuelo)
Fran: Si, pero me dio miedo.
Pedro: Pero si Papa Noel es bueno loquito. Mira
todo lo que nos dejo. ¿Vamos a abrirlos? (Le dice estirándole los brazos)
Abren los regalos y juegan un rato con los nuevos
juguetes de los chicos. Cuando los pequeños se empiezan a quejar mucho de
sueño, la familia emprende su regreso a casa, despidiéndose hasta el otro día,
que se juntarían en lo de Sonia a almorzar.
Pedro acomoda un poco las cosas que habían utilizado
para comer, igualmente su hermana Caro había lavado la mayoría de las cosas,
por suerte. Mientras terminaba de juntar los papeles de regalo que habían quedado
por el piso, para que Moro no se los coma, suena el timbre.
“Que pronto llegaron, ¿quién será?”, piensa.
Observa por la mirilla de la puerta de entrada y al
ver de quien se trataba abre sin esperar un segundo más.
Pedro: ¡¡Feliz navidad mi amor!! ¡¡Hola!! (La
abraza y le da un tierno beso)
Pau: Hola gordito. ¡¡Feliz navidad!!
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Tarde pero seguro. Jajajaja! Gracias a todos. Buenas noches. Besulis ♥
Agos.
ayyyy que tierno!!!que se pongan de novios ya!!! me encanta cuando están pegotes y cariñosos!!!
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