Capitulo 71 ♥

Esa semana que transcurre entre navidad y año nuevo, no se ven mucho, pero gracias a que, entre todos los hermanos de Pedro, le habían regalado un Blackberry para navidad, y que Paula ya lo tenía, se la pasaron hablando por Blackberry Messenger.

Mensajito va, mensajito viene, trabajando mucho o poco, la semana pasa bastante rápido.

El miércoles Pedro directamente no iba a la oficina por lo que Paula le pide por favor si se podía quedar con Moro y llevarlo al veterinario, porque le tenían que dar una vacuna y ella tenía el día ocupadísimo.

Ocho de la mañana Paula, con Moro, en la puerta de la casa de Pedro, con un bolso con las pertenencias del perro, esperando que él les abra.

Paula vuelve a golpear la puerta, insistente. En 15 minutos tenía que estar saliendo para su oficina.

Esta vez parece que Pedro escucha su llamado y lea abrie la puerta, en bóxer, todo despeinado y con cara de dormido. Ella entra rápido empujándolo e él también hacia adentro.

Pau: ¿Cómo vas a abrir así Pedro?

Pepe: Bueno, em, no sé. Es que llamabas.

Pau: No podes estar más dormido. (Se ríe) ¿Te acordás lo que quedamos ayer? Que te encargabas de Moro.

Pepe: Si, no hay problema. A las 10 es el turno, ¿no?

Pau: Si, a las 10 menos cuarto te mando un mensaje así no te olvidas.

Pepe: Quedate tranqui que no me voy a olvidar, en serio.

Mientras hablaban, Paula no dejaba de caminar de un lado para otro, le ponía agua a Moro en la fuentecita que había llevado para él, acomodaba su bolso, miraba su teléfono a cada rato.

Pedro: Amor, tranquila. Me vas a agujerear el piso. Estas muy nerviosa. ¿Paso algo?

Pau: No, no paso nada. Bah, si, que tengo una semana muy a full y… Ahhhh (Grito) ¡Necesito vacaciones YA!

Pedro: (abrazándola) Tranquila amor, ya falta poquito y nos vamos todos juntos de vacaciones, a la playa, a relajarnos. Pero afloja ahora, que te va a hacer mal seguir así. Con lo de Morito quedate tranquila que yo lo llevo.

Pau: Gracias Pepe, de verdad. Siempre estás ahí para bajarme un poco a tierra. Sos lo más.

Pedro: Estoy para lo que me necesites amor.

Pau: Si, te prometo que me calmo, pero ya me tengo que ir. Nos vemos cuando salga. Te amo bonito.

Pedro: Y yo a vos.

Pau: Cualquier cosa mandame mensaje, ¿sí?

Pedro: Si, Pau. No te hagas drama.

Pau: Bueno, me voy así no llego tarde. Gracias en serio.

Pedro: De nada. Pero me parece que te estás olvidando de algo…

Paula: (Ya estaba tomando el picaporte pero se detiene, vuelve a su lado y lo mira) ¿De qué amor? Ese bolso es de Moro, el mío está en el auto.

Pedro: Si, eso ya se. De mi beso te olvidas. No me diste uno cuando llegaste y tampoco ahora que te ibas.

Pau: (Con carita de tristeza por no podes relajarse y olvidarse esas cosas) Ay, perdón amor. (Lo besa dulcemente y se quedan abrazados) Te prometo que la semana que viene ya la empiezo más tranquila.

Pedro: (Siguiendo con el abrazo) Prometemelo, pero por tu bien.

Pau: Te lo prometo. Pero basta, soltame. Porque si me seguís abrazando con esta facha que tenes de recién levantado y semi desnudo me vas a volver LOCA.

Pedro: (La abraza más fuerte) Bueno, así te hago olvidar los líos del trabajo.

Pau: No seas malo. (Le da un beso de agradecimiento por todo lo que hacía por ella) Bueno, aunque no sea lo que más quiera en este momento, tengo que irme. Basta de abrazos. (Ríe) Nos vemos más tarde.

Paula va a su trabajo, la tienen todo el día de acá para allá, pero con la ayuda de los besos y abrazos mañaneros de su amor, todo lo que tenía que hacer se le hizo más leve.

A las 10 de la mañana, Pedro le envío mensaje a ella.

Pedro: “Hola gorda, no me avisaste eh. Debes estar a mil, pero quería que sepas que ya estamos esperando con Morito que nos atiendan para que le den la vacuna. Espero todo vaya bien. Te amo.”

Paula había dejado se celular en silencio para hacer todo más rápido, sin estar pendiente de él. En un momento que se libera y va al baño, lo mira, eran las 10:15 y ve que tenía un mensaje de Pedro de las 10 de la mañana, que le avisaba que ya estaba en el veterinario. Menos mal que él no se olvido, porque ella estaba tan en otra que si se había olvidado. Le responde preguntando si había salido todo bien, si ya lo habían atendido. A lo que él le contesta que todavía seguían esperando pero ya les tocaba a ellos.

Se despide de él, le desea suerte con Morito y continúa con sus labores.

Pedro se encarga de tener a Moro mientras le ponen la vacuna para que no muerda a nadie, igualmente se porta muy bien. Vuelve a su casa. Le pone en su plato la porción de alimento balanceado que le correspondía esa mañana, según lo que Paula le dejo indicado.

Se pone a mirar la televisión y se queda dormido, se despierta a la hora de almorzar por el hambre que tenía. Come algo y llama a su hermana Luciana para invitarla a ella y sus sobrinos a merendar.

A las 6 y media de la tarde golpean su puerta y Moro sale corriendo hacia ella, sin dejar de ladrar. Ya sabía quien estaba del otro lado. Pedro lo agarra a upa para que no se escape y le abre.

Pau: ¡¡¡Hola am…!!!

Pedro: (Interrumpiéndola) Sh, estoy con mi hermana y sobrinos.

Pau: (Con voz más baja) Ups, casi meto la pata eh.

Pedro: (también en voz baja) Igual Lu ya sabe, después te cuento bien.

Pau: ¡Ay! que nervios verla ahora que yo sé que ella sabe. (Dice trabándose por los nervios)

Pedro: Tranquila, me dijo que te adora. (Le guiña un ojo)

Pau: Ay, ¿en serio? Menos mal.

Pedro: Delfi y Fran no saben lo que pasa pero sé que te quieren un montón y les caes re bien.

Pau toma un poco más de confianza y sale al patio, donde estaban Luciana y los nenes merendando, junto con Pedro y Moro.

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Muy buenas noches a todos!

Buen comienzo de semana.

Agos.