Luego
de una tarde muy divertida con su familia y de pasar bastante rato en la pileta
con sus sobrinos, emprende camino a su hogar, muy cansado.
Llega
a eso de las 6 de la tarde, sin hambre, ni ganas de tomar nada, ya que habían
estado picando cosas, de las que habían sobrado de la noche anterior, hasta
hace un rato. Se baña para sacarse el olor a cloro de la pileta y se tira en el
sillón a escuchar un poco de música.
Pasar
tanto tiempo con sus sobrinos lo había puesto de muy buen humor y estaba
arrepentido de algunas cosas de las que había pensado a la madrugada antes de
dormirse. Sabía que, en parte, estaba en lo cierto, Paula había sido muy
cortante y distante con él anoche, y eso todavía le molestaba bastante. Pero
también sabía que ella lo quería un montón y que no era de esas mujeres a las
que les gusta jugar con los sentimientos de los demás.
Esa
tarde en familia, lo había relajado y le había servido para aclarar sus ideas. En
cambio, a Paula, le paso todo lo contrario, se había quedado muy enojada con la
respuesta de Pedro a sus mensajes, y descargarse con Delfi la había hecho
agarrarse mucho más bronca, a pesar de que su hermana menor había intentado
tranquilizarla a toda costa.
Le
molestaba sobre todo que haya hecho caso omiso a su propuesta de verse por la
tarde, ese 1ero de Enero, para así reparar lo cortante que había sido en la
madrugada.
Igualmente
tenía planeado volver a llamarlo para ver qué le pasaba. No le gustaba estar
así.
Cuando
toda su familia comienza a irse, su mamá se ofrece a quedarse un rato más para limpiar
y ordenar con ella, a demás quería conversar un poco, porque la notaba media
triste. Todo lo contrario a como la había visto la semana pasada. Obviamente
Paula no rechaza su propuesta, le venía genial que le dé una mano. Una vez
solas, Paula se pone a lavar los platos y Alejandra mientras barría el piso de
la cocina inicia la conversación.
Alejandra:
Cuantas migas que hay acá.
Pau:
Si, es que anoche ni barrí después de que se fueron los chicos.
Alejandra:
Ah, ¿se fueron muy tarde?
Pau:
Si, como a las 6. Lo que paso, es que nos agarro la melancolía y entre una y
otra anécdota, se nos paso el tiempo volando. Nos matamos de risa.
Alejandra:
¡¡Qué lindo!! Qué bueno es reírse a carcajadas y con todas las ganas.
Pau:
Si, la verdad que si, te descarga. La pasamos muy lindo.
Alejandra:
Si, es lo mejor. Igual, tu cara…
Pau:
(Ahora mirándola a ella) ¿Qué?
Ale:
No dice lo mismo que vos me contas.
Pau:
¿Por?
Ale:
No se, estas muy seria, y vos sos una persona de sonreír mucho.
Pau: Si, puede ser.
Ale:
¿Me querés contar?
Paula
se queda en silencio, por lo que Alejandra vuelve a indagarla.
Ale:
¿Algún hombre que te tiene loquita?
Paula:
(Riendo) Sos terrible ma. ¿No vas a parar hasta que te cuente, no?
Ale:
Obvio que no, me interesa saber sobre vos, sobre tu vida, porque quiero que estés
bien. Y me sorprendió verte la semana pasada tan contenta y hoy con esa mirada
triste, y como te conozco, me imagino por donde viene la mano.
Pau:
Si, imaginas bien.
Ale:
¿Y se puede saber quién es el muchacho?
Paula:
(Sonrojándose y desviando la mirada de la de su madre) Alguien que ya conoces
bastante, y que creo que sospechabas en un momento que algo pasaba.
Ale:
¡¡No me digas que es Pedro!! (Pau asiente) ¡¡Ay sí, me encanta!!
Ambas
se sientan en las sillas de la cocina, para charlar mejor y Paula comienza a
contarle todo lo que habían pasado juntos, y los sentimientos hacia él que
había ido descubriendo desde que Pedro era su vecino. Mientras repasaba la
historia en su mente, para ir contándosela a su mamá… Sonreía, se ponía
nerviosa, sentía nuevamente ese nudito en el estomago de nervios, de amor. El
enojo se le iba pasando al pensar lo lindo que se sentía estar con él.
También
le cuenta a su mamá el motivo de su seriedad.
Ale:
Ay Paula, no hinches. Disfruta de lo lindo del amor. ¿No podía estar ocupado
con su familia y por eso responderte cortito el mensaje? ¿Qué sabes si no se
aparece después por acá?
Pau:
No sé, puede ser. Espero que venga. Ahora lo extraño.
Ale:
Ay sos terrible. (Riendo) No seas tan peleadora, no lo pierdas por una boludez,
que es un chico divino…
Pau:
Si, lo sé. Igual no le voy a mandar otro mensaje. Voy a esperar a ver que hace
él.
Ale:
Bueno, como quieras… Sigamos limpiando.
Pau:
Dale. Gracias ma.
Ale:
No me cuesta nada barrer un poco.
Pau:
Por eso no, por escucharme, por ser mi consejera, por dejarme confiar en vos.
Ale:
Ay mi amor, de nada. Estoy para lo que necesites. (La abraza tiernamente y
continúan con sus quehaceres)
Habían
empezado barriendo, pasando un trapo así no más; pero terminaron haciendo una
limpieza general por toda la casa. Pau estaba totalmente agradecida, tenía todo
bastante desordenado, ya que la última semana solo había ido a su casa para
seguir trabajando y después dormir.
Cuando
terminan, su madre se retira y Paula aprovecha para ducharse, hacía mucho calor
ese día. Una vez que estaba bien fresquita se viste con ropa liviana y se
recuesta en su cama con Moro, prende la televisión y siendo las 18 hs busca
alguna película para ver en el cable, de esas navideñas, con historias tan
tiernas.
Antes
de terminar de verla, se queda profundamente dormida. De un momento a otro
comienza a sentir en su mejilla algo suave que la rozaba.
Pau:
(Sin abrir los ojos y volviendo a acomodarse en otra posición) Mmmm, basta
Moro.
Luego
de decir eso, escucha una risa, y sobresaltada se levanta, sentándose en la cama
para ver de quien se trataba.
escribi otra porfa!!!
ResponderEliminaragostina brenda pulvirenti o subis otro o me voy hasta tu casa y t mato!
ResponderEliminarAhhh cuando queres sos malaaa ehhh JAJAJA decime que no es el gato jajaj que es él !! Diossss que ANSIASS!! intirga todo junto! espero el proximooo♥
ResponderEliminarte quiero Agoss candi
AGOSTINAAAA!!!! TE VOY A MATAR SUBI OTRO NENAAA no me podes dejar asi pendeja!!!!!!
ResponderEliminarayyy que se reconcilien y se pongan de novios ya,que se dejen de inchar y disfruten de su amor...subí más porfa!!!
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