miércoles, 31 de octubre de 2012

Capitulo 105 ♥


A penas salen a la ruta Josefina se queda dormida en el asiento de atrás del auto de Pedro. En el lugar del acompañante, por supuesto, iba Paula quien le cebaba mates al conductor.

Paula: Esta mujer se sube a un auto y se plancha en seguida. (Mirando a Jose)
Pedro: ¿Ya se durmió?
Paula: Si, es terrible.
Pedro: Parece que va a dormir todo el camino como cuando vinimos.
Paula: Puede ser. (En ese momento comienza a sonar el celular de Pedro) ¡Uh gordo! Tu teléfono… ¿Dónde está?
Pedro: Lo puse en tu cartera para no olvidármelo. Atendé, dale, rápido.
Paula: Euu, euu, bajando los humitos. (Haciéndose la enojada mientras buscaba el teléfono)
Pedro: Dale, que van a cortar.
Paula: (Con el celular en la mano y leyendo la pantalla) ¡Ay es tu prima Rocío! ¿Pongo el “manos libres”?
Pedro: Atendé vos a ver que quiere y vemos.

Llevando el celular a su oído…

Pau: ¡Hola Ro! Soy Pau, la vecina de Pedro. ¿Te acordás de mi?
Rocío: Si, hola divina. ¿Cómo andas?
Pau: Todo bien, ¿vos?
Rocío: ¿Estas con mi primo, no? Digo, porque es su celular…
Pau: Si, si, él está manejando el auto. Estamos volviendo de la costa. Nos fuimos con todo el grupo de amigos. ¿Queres que te ponga en alta voz así hablas con él?
Rocío: No, está bien. No quiero desconcentrarlo. Decile que cuando llegue a su casa y ya este instalado de nuevo ahí, me llame. Solo era para charlar un poco y ponernos al día.
Pau: Ah bueno, dale. Yo le digo.
Rocío: Mandale un beso enorme Pau, y otro para vos. Nos hablamos.
Pau: Dale, le mando. Besote Ro.

Paula le cuenta la conversación con la prima a su novio, poniéndolo en aviso de que Rocío iba a estar esperando su llamado durante ese día o el de mañana.
Cada momento que se acercaban mas a Buenos Aires, las nubes iban encapotando el cielo, se cruzarían con la lluvia en cualquier momento.
Entre el sonido del celular y luego Paula hablando en voz muy alta para que quien estaba del otro lado del teléfono escuche bien, Josefina se había despertado. Ahora se encontraba tomando mates con sus amigos mientras escuchaban un poco de música para entretenerse en el viaje.

Jose: Che, no quiero ser molesta… Pero me estoy haciendo piiiis.
Pedro: Sos molesta. (Con seriedad)
Paula: ¡Gordo! (Retándolo) Ahora les avisamos a los chicos que paren en la próxima estación de servicios y paramos todos, ¿sí?
Jose: Dale, ¿estará cerca? ¡No me queda mucho aguante!
Pedro: ¡No se te ocurra mearme el auto porque te mato!
Paula: (Riendo) No sé quien es mas exagerado de todos.
Pedro: (Y Josefina a la vez) ¡Vos!
Paula: Ah, bueno, complótense tranquilos, eh.
Pedro: (Riéndose y luego cambiando de tema) Hace un kilometro leí un cartel que decía que a 5 había una estación de servicios. Así que en 4km llegamos.
Jose: ¡Genial!

Enseguida encuentran el área de servicios y allí se detienen. Santi propone almorzar en ese lugar, ya que todavía les faltaba mitad de camino para llegar a sus casas. Todos aceptan su idea, por suerte en el lugar vendían todo tipos de sanguches fríos y calientes. Algo bien rápido y práctico para comer.
Una vez que todos habían pasado por el baño y terminado de comer, siguen camino a sus hogares. La lluvia ya había comenzado a caer sobre ellos, por lo que iban a tener que transitar la ruta con más cuidado del que ya tenían teniendo.
Con dos horas más de viaje llegan a su destino. Cuando los autos deben separarse, debido a que vivían en distintas zonas de la cuidad, se despiden con bocinazos y gritos. Tantos días habían estado todo el tiempo jutnos que ahora se iban a extrañar.
Pedro lleva primero a Jose a su casa y luego de dejarla a ella y sus valijas se encaminan con Pau a la suya.
Estaciona frente a la casa de su novia y detiene el auto.

Pedro: ¿Me invitas a dormir la siesta? Este día lluvioso lo amerita.
Paula: (Sonriendo) ¡Pero obvio!
Pedro: Genial. Manejar tanto me estresa, si salen unos masajitos no me ofendo. (Guiñándole un ojo)
Paula: Ah, esta pretencioso mi señor novio.
Pedro: Así es, señorita novia. (Acercándose y robándole un beso)
Paula: Dale, vamos. Si queres baja tus cosas acá y las pasas por el fondo. Así no dejas nada en el auto que queda en la calle.
Pedro: Si, tenes razón.

Se bajan del auto, y juntos llevan las valijas hacia la casa, las dejan en el living y luego de pasar por el baño se encaminan a la habitación. Por la ventana entraba el olor a tierra mojada y se escuchaba el tintineo de las gotas de lluvia cayendo sobre el vidrio de la ventana.

Paula: Más perfecto para dormir una siesta no puede estar... Domingo de lluvia, recién llegados de un viaje de 4 horas, con el cansancio de muchos días moviditos en la playa…
Pedro: Y con la novia más hermosa que podría tener, al lado mío.
Paula: ¡Sos un dulce! Bancame que llamo a mamá para avisarle que llegamos y ya vengo.
Pedro: Uh, es verdad. Voy a llamar a mi viejo y a alguna de mis hermanas, después que hagan cadena. (Riendo)
Paula: Que pancho.
Pedro: ¿Vos vas a llamar a tu papá también?
Paula: No, le avisa mamá.
Pedro: Entonces no me digas a mí.
Paula: Bueeno, era un chiste. (Poniendo cara de santa)
Pedro: ¡Esa carita! (La besa con mucha dulzura)
Paula: ¿Queres esperar que hable yo y vos también llamas del fijo?
Pedro: No, deja. Habla tranqui que yo llamo rápido desde el celu.
Paula: ¿Seguro?
Pedro: Segurísimo. Dale, que quiero mis masajes.

Paula va hacia el living donde se encontraba el teléfono inalámbrico en su base. Llama a su mamá y le cuenta que ya estaba en su casa, que más tarde pasaría a buscar a Moro que lo extrañaba horrores. Enseguida cuelga y vuelve a su habitación, donde habia dejado a su novio.
Pedro recostado sobre la cama seguía charlando por teléfono, al parecer lo hacía con su padre. Escucha que le pide que él se encargue de avisarles a todos que ya había vuelta así se quedaban tranquilos y que cualquier cosa lo llamen a su celular porque se quedaba en la casa de Hernán. Cuando corta Pau lo encara.

Paula: ¿Así que ahora me llamo Hernán yo?
Pedro: (Riendo) No, gorda. Pero no les puedo decir que me quedo a dormir la siesta con vos. Lo del noviazgo se los digo después en persona.
Paula: Ya se tontito, te estaba cargando. (Recostándose a su lado)
Pedro: No te olvides de mis masajes…
Paula: Ufa. (Volviendo a levantarse)
Pedro: Dale, una vez.
Paula: Si, dale. Te lo prometí. Ponete boca abajo.

Pedro le hace caso a lo que le pide su novia enseguida. Ella se sienta sobre sus piernas y comienza a pasar sus manos con suavidad pero a la vez con firmeza por la espalda de él.
Cada tanto le hacia un poco de cosquillas y Pedro se quejaba pero luego continuaba con la sesión de masajes, que poco a poco se iban convirtiendo en mimos.
Paula, dejándose llevar, comienza a besarle la espalda y luego sube a su cuello.

Pedro: Esto me gusta más que los masajes.
Paula: A mí también. (Le dice cerca de su oído)

Más mimos y más besos repartía por el torso desnudo de su novio, quien ahora también la mimaba a ella.
Dejándose llevar por la situación, por la tarde gris que solo daba ganas de quedarse en la cama, hacen el amor, y luego con total relajación duermen una placida siesta.

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Muy buenas noches a todos!

Les informo que mañana no voy a subir capitulo ya que el viernes tengo un parcial en la facu.

Espero les guste el capitulo.

Besos ♥

lunes, 29 de octubre de 2012

Capitulo 104 ♥


Paula: Somos un asco Pedro. (Riendo y recostada sobre la arena) ¿Cómo volvemos ahora?
Pedro: (Riendo también) ¿Viste que traje una mochilita cuando vinimos?
Paula: Sí. Jodeme que trajiste ropa seca.
Pedro: No, pero traje dos toallones y las mayas.
Paula: ¡Ay gordo! ¿Por qué no nos pusimos las mayas antes?... Bueno, algo es algo. Vamos.

Se secan un poco y se ponen las mayas, envueltos en los toallones corren hacia la casa riendo a carcajadas y rogando no cruzase a nadie.
Paula no dejaba de repetir que parecían dos adolescentes alocados por sus hormonas.
Para suerte de ellos cuando llegan a la casa aún no había nadie, así que se meten juntos a la ducha para rápidamente sacarse toda la arena que tenían y estar presentables frente a sus amigos y para el viaje mañana. Una vez limpitos corren a la habitación en la que dormían juntos y se visten.

Paula: ¡Ay Dios! ¡Cuántas corridas! Estas locuras las hago solo con vos.
Pedro: Más te vale que solo conmigo.
Paula: Ay, salió el Peter celoso.
Pedro: ¿Peter?
Paula: Si, Pedro en inglés. ¿Qué? ¿No puedo decirte así?
Pedro: Si, solo que nunca me habían dicho. (Sonriendo)
Paula: (Tirándose boca arriba en la cama, aun en ropa interior) ¡Uff! Posta que me canse eh.
Pedro: Vestite porque no te dejo descansar nada.
Paula: No te hagas el vivo que mañana tenés que manejar, así que vos si tenés que descansar.
Pedro: Si, es verdad.

Se visten y bajan al living, se sientan en el sillón que estaba frente al televisor y buscan algo para ver mientras llegaban sus amigos. Enganchan una peli que ambos ya habían visto pero como les gustaba mucho la dejan. Estaban con las manos juntas, los dedos entrelazados, él le hacía mimos, acción que la relajaba muchísimo y sumado al cansancio de todas las corridas, durante la primera tanda de publicidad, queda profundamente dormida.
El resto de los habitantes de la casa llegan en medio de la película, a las 2 de la mañana riendo a fuertes carcajadas por algo que había hecho Santi en el camino. Apenas cruzan la puerta Pedro los hace callar y se come muchas gastadas por esa sobreprotección que tenía con Paula.

Paula: (Despertándose) Eu, ¿Qué pasa acá?
Pedro: Nada, que llegaron estos quilomberos riendo fuerte, los callé para que no te despierten y me gastan.
Paula: (Riendo) No pasa nada gordo, si igual me tenía que despertar para ir a la cama. (Ahora a sus amigos) ¿Cómo la pasaron?
Hernán: Bárbaro. ¿Ustedes? (Guiñándoles un ojo)
Pedro: (Sonriendo al recordar esa noche) Genial.
Jose: ¡Que sonrisa esa, eh! ¿Qué habrán hecho estos piyuelos?
Valen: No se si quiero saber. (Riendo)
Pedro: ¡Nada malo che!
Paula: Ponele. (Lanzando una carcajada)
Jose: Creo que nos perdimos de mucho. (Contagiada por la risa de su amiga) Bueno, vamos a dormir. A las 5 íbamos a salir nosotros, ¿no?
Hernan: Na, nos matan a mí y a Pepe, no podemos dormir tres horas y manejar bien.
Pedro: Es verdad. Salgamos un poco más tarde.
Jose: Bueno, la casa hasta las 11 la tenemos para nosotros. Pongo el despertador a las 10:30 total ya tenemos todo preparadísimo.
Paula: Dale, genial. (Bostezando) Si alguien se despierta antes, que nos llame y aprovechamos a salir un poco antes, ¿no?
Valen: Dale, hagamos así, pero no creo que nadie se levante antes. (Riendo) estamos fritos.

Terminan de acomodar los últimos detalles de los bolsos, repasar la cocina y el baño luego de usarlo. Pau es la primera en acostarse, por más que la habían despertado de su “mini siesta” en el sillón seguía dormidísima, se desviste, se pone su pijama y se acuesta.
Pedro, junto con Hernán y Santiago llevan los bolsos a los autos, para ya tenerlos cargados. Planean pasar por una estación de servicios antes de salir a la ruta para regular las gomas y llenar los tanques de nafta de los vehículos.
 Jose y Valen también se acuestan rápidamente.
Cuando los chicos tienen todo listo, Pedro sube las escaleras y tras desvestirse para dormir, se acuesta al lado de Paula dándole un tierno beso en el hombro que la musculosa de su pijama le dejaba al descubierto.

Paula: Al fin viniste gordo. ¿Qué hacían? (Le pregunta media entre dormida)
Pedro: (Acariciándole la cabeza mientras le acomodaba el pelo) Nada amor, cargamos algunas cosas en los autos. Dormí tranquila.
Paula: ¿Pero ya te quedas acá?
Pedro: Obvio Pau.
Paula: Mejor. ¿Me abrazas para dormir?
Pedro: Pero claro. (Responde con ternura)

Posándole un brazo sobre el vientre y acercándose mucho a ella, finalmente logra conciliar su sueño. Duerme muy profundamente, totalmente relajado y feliz junto a su novia, junto a la mujer con la que se imaginaba todo su futuro.

A las 9:30 Valen se despierta, va hasta la habitación donde dormían los varones, se acerca bastante a Hernán, quien dormía en la cama inferior de las cuchetas, para poder despertarlo…

Valen: (Le susurra) Herni, Hernán. Despertate chabón. (Hernán no reaccionaba) ¡Dale Herni! (Un poco más fuerte)

Esta última vez Hernán la escucha y se levanta un poco asustado incorporándose con rapidez, por lo que se golpea la cabeza con la cama de arriba.

Valen: (Riendo, tratando de no levantar mucho la voz) ¡Que boludo!
Herni: Vos que me asustas.
Valen: Bueno, perdón. (Sentándose a su lado para observarle la frente)
Herni: ¿Ya sonó el despertador?
Valen: No, me desperté un poco antes.
Herni: ¡Que rompe!

Santiago que al escuchar los murmullos que venían de la cama de abajo, termina de despabilarse, intrigado por saber quiénes hablaban dice “¿Quiénes andan ahí?”  y baja los pies de su cama, dejándolos colgando. Con ellos empuja a Hernán sin querer, quien termina sobre Valen.

Santi: (Asomándose) ¡Perdón! (Al verlos) Apa, se ha formado otra pareja.

Valen y Hernán se quedan unos segundos en silencio mirándose fijamente a los ojos, pero ella se incorpora con rapidez y un poco ruborizada. “Decís cualquiera”, le dice al otro.
Sale de la habitación y golpea la puerta de la de Pedro y Paula. A los pocos segundos Pau se asoma y su amiga le informa que vayan despertándose.
Cuando todos ya están vestidos y listos para el viaje, deciden desayunar en la estación de servicios a la que iban a ir antes de salir a la ruta.
Van a una YPF full y toman cada uno su café con algo para comer, y cuando los autos ya estaban a puntos se encaminan a sus hogares.

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Buenas noches a todos! :) ♥ 
#GraciasPyP por este hobbie que descubrí por ustedes... Escribir ♥
Y a todos los que me leen por darme ganas de continuar día a día con esto.

Buena semana para todos!

Agos.

domingo, 28 de octubre de 2012

Capitulo 103 ♥


Antes de que Paula pruebe los fideos, Pedro se encarga de hacerle saber que era la primera vez en su vida que cocinaba solo, así que no podía asegurarle que el sabor sea bueno, pero sí que lo había hecho con mucho amor. Al saber esto, ella valora mucho más esa cena y, a decir verdad, los fideos no estaban tan feos, capaz que les faltaba un poco de sal o queso, pero eso lo arreglan enseguida.

Pedro: (Mirándola con cara de preocupación) ¿Se dejan comer? ¿En serio? Si no pedimos una pizza.
Paula: No, gordo. En serio, están ricos. ¡Gracias! Por cocinarme y por preparar esta despedida de las vacaciones a solas.
Pedro: De nada amor. Te mereces todo.
Paula: ¡Que lindas estas velas! Son las que me gustan a mí. ¿De dónde las sacaste?
Pedro: Ahh, no sé, un mago no revela sus trucos.
Paula: (Golpeando suavemente su hombro) Que hambre tenés.

Mientras terminan cada uno su plato charlan, se ríen, recuerdan todo lo que pasó esas vacaciones. Luego, Pedro se encarga de sacar los platos y llevar todo a la cocina, no deja a Pau que haga nada, vuelve con dos copas y un champagne y se sienta al lado de su novia en el sillón, que era donde ella estaba ahora.

Paula: Ah, era completo el servicio.
Pedro: ¡Obvio!
Paula: Así que seguro hay postre también, ¿no? (Abrazándolo)

Pedro se queda inmóvil. ¿Cómo podía haberse olvidado de ese detalle? ¡Con lo que le gustaba lo dulce a su novia! Encima no tenía ni un mísero chocolate, ni un caramelo escondido por ningún lado. Pau enseguida se da cuenta de lo que pasaba y comienza a reírse.

Paula: Gordo, si no compraste, no pasa nada. Te decía en chiste. (Aún riendo)
Pedro: Pero nunca puedo lograr que todo sea perfecto. (Frustrado)
Paula: No digas eso. En serio, no hace falta nada más, solo le dije en chiste.

Sigue serio todavía, enfadado con él mismo. Paula lo convence de que no se haga tanto drama y tras descorchar el champagne brindan por la felicidad, por el amor y por sus respectivas familias que tan importante son para los dos.
Tras dejar las copas vacías en la mesa, vuelve a su lugar. Pone ambas manos sobre la cara de su novia para asegurarse que lo miraba fijamente a los ojos, y sin decir nada, acercándose lentamente, comenzó a rozar sus labios con los de ella con suavidad.
Paula enseguida posa sus manos en la nuca de él y continúa el beso, aumentando la intensidad.
Tan lindo se sentía para ambos cuando sus bocas se fundían de esa manera. Eran adictos a los besos del otro. Una energía única e inigualable recorría por sus cuerpos al sentir ese contacto.
En el momento más lindo del beso Pedro se aparta y Paula lo mira confundida.

Pedro: Mejor parar ahora, ¿no? Porque en un ratito vienen los chicos.
Paula: Si, es verdad. ¡Ya estoy ansiosa de estar en casa y poder estar juntos sin interrupciones!
Pedro: (Riendo) ¡Estas desatada Pochi!
Paula: Bueno, che. (Sonrojándose) encima que soy sincera.
Pedro: O sea que te puedo.
Paula: Demasiado…
Pedro: Lo voy a tener en cuenta.
Paula: Tampoco te abuses.
Pedro: No sería abusarme porque estamos en igualdad de condiciones, vos me podes a mí también.
Paula: Buenísimo, así yo también aprovecho.
Pedro: Che, ¿y si vamos un ratito a caminar por la playa?
Paula: Dale. ¡Esta hermosa la noche!

Era verdad, no necesitaban ni ponerse un saquito para salir, el calor que había hecho durante el día se mantenía pero había una suave brisa que hacía que sea soportable.
Por suerte sus amigos se habían llevado el otro juego de llaves de la casa, así es que los novios salen, cierran con llave y tomados de la mano empiezan a recorrer la única cuadra que los separaba del acceso a la playa.

Paula: La verdad me sorprendiste cocinando hoy, eh.
Pedro: Que no se te haga costumbre porque no sé hacer nada de nada.
Paula: Y yo soy un horror en la cocina también. Bah, no cocino mal pero con el trabajo no tengo mucho tiempo de hacer cosas elaboradas entonces no aprendo más que lo básico.
Pedro: Entre los dos no hacemos uno… Vamos a ser un desastre el día que vivamos juntos. (Riendo)
Paula: (Frenándose en seco y mordiendo su labio inferior) ¡Tierno!
Pedro: ¿Qué? ¿Qué dije tierno?
Paula: Me da ternura que planees un futuro conmigo.
Pedro: Ah, pero obvio. A veces me pongo a soñar con cosas así. Y siempre estás en mis planes futuros. (Volviendo a caminar juntos)
Paula: ¡Sos un amor! (Aun sorprendida por lo que le decía)
Pedro: ¿Qué vos no te ves en un futuro conmigo?
Paula: Emmm, si, pero no soy de estar pensando en lo que va a pasar en unos años.
Pedro: (Parándose frente a ella) No te note tan segura. Capaz soy medio apurado yo, ¿no? Perdón.
Paula: ¡No! ¡No tenés que pedir perdón de nada gordo! Es re lindo saber que me tenés en cuenta en tus planes futuros, me da mucha ternura. Me encanta. Lo que pasa es que yo no suelo ponerme a pensar cómo voy a estar de acá a 5 años, ni siquiera sé cómo voy a estar el año que viene. (Riendo) Pero ahora que me lo haces recapacitar… Sería hermoso que a cada paso de mi vida vos estés al lado mío. Siempre sabes cómo contenerme, cuando hacerme reír, cuándo es mejor alejarte un rato, cómo controlarme cuando me pongo loquita... Y más. Te volvés día a día en una persona súper importante y esencial para mí.

Pedro, que seguía parado frente a ella, en un ataque de ternura la abraza y besa con mucho amor, demostrándole lo que le había causado todo lo que había dicho con ese beso.
Continúan el camino hacia la playa, no había luces en la misma pero la luna enorme y casi llena que había, daba mucha claridad y podían caminar tranquilos, sin miedo a tropezarse con algo del piso que en la oscuridad se ocultara. Luego de ir hasta el agua, tocarla para evaluar su temperatura, jugar un poco con ella (no mucho ya que Paula se enojaba si la mojaba demasiado porque tendría que meter esa ropa mojada en el bolso con el que volvería y se iba a mojar todo lo demás), van hasta los médanos y allí se sientan para observar las estrellas que tan nítidas se veían mar adentro, ya que no había contaminación lumínica que dificulte la visión. Encima nadie más que ellos estaba en la playa, había una paz enorme.

Paula: Bueno, los chicos ya deben estar volviendo, ¿no? Vamos yendo nosotros también.
Pedro: (Dudando) Mmm, bueno, pero acompañame a tocar el mar una vez más.
Paula: Pero no me mojes toda la ropa por favor.
Pedro: Okey, no te mojo la ropa. (Sonríe con picardía)

La toma por la mano y cuando estaban a unos pocos pasos de la orilla del mar, le pide que se saque las sandalias para mojarse los pies un poco, mientras él se sacaba sus zapatillas. Se mantiene agachado y cuando ve que ella ya estaba descalza, pone su hombro en su cadera y la levanta cual bolsa de papa. Paula al instante pega un grito “¡¡Pedro!! ¡¡¿Qué haces?!!”

Pedro: Vamos a jugar un poco. (Divertido, mientras caminaba mar adentro. Sin ir muy lejos obviamente. Solo hasta donde el agua le llegaba a la cintura.)
Paula: ¡Dale bajame nene!
Pedro: Okey. (Bajándola en el medio del mar)
Paula: ¡Acá no! No me quería mojar. (Enfadada, comienza a salir hacia la orilla)

Pedro la sigue y se saca su remera, la cual apenas llega a la orilla la deja juntos a sus zapatillas. La toma a su novia del brazo y sin dejarla hablar, la atrae tomándola por la cintura y comienza a besarla con mucha pasión.
Paula al principio se hacia la dura pero poco a poco se acopla a aquel beso que su chico había comenzado y abrazándolo intensifica la pasión.
Él, le saca la remera ya empapada que llevaba y lo mismo hace con la pollera. Ella se encarga de sacarle la bermuda, y por último sin dejar de disfrutarse mutuamente, se ayudan uno al otro con la ropa interior.
Continuaban con los besos hasta que Pau se separa un poco y mirándolo con complicidad lo toma a su novio de la mano y lo tironea hacia el mar. Pedro sonríe ampliamente y en un ataque de amor porque su novia quería lo mismo que él, la levanta entre sus brazos y se dirige nuevamente a las profundidades del mar, hasta un punto donde el agua le llegaba a la cintura. Allí la baja  y tras intercambiar unas dulces miradas de complicidad vuelven a besarse con toda la pasión que la situación les inspiraba.
Pedro no dejaba de abrazarla y recorrerle la espalda con mimos, ella se aferraba del cabello de él, despeinándolo a cada rato. (Amaba verlo despeinado)
Paula tenía la piel como una gallina, pero no por el calor de su cuerpo al choque con el agua bastante frío del mar, sino por la sensación que le causaba estar así con Pedro.
Tomándola por la cintura, levanta los pies de su novia del suelo del mar y ella enrosca sus piernas alrededor de su novio.
Con la luna, las estrellas y el mar de testigo unen sus cuerpos, disfrutando mucho más que todas las anteriores. Ya conocían mas, sabían cómo lograr que el otro se sienta cómodo y disfrute sin dejar de disfrutar ellos mismos.
El oleaje los saca poco a poco del mar y recostados en el piso continúan amándose, sin importar la arena que se les pegaba en los cuerpos.

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Graaaaacias a la genia de Agos por la colaboracion. Sin ella no hubiera quedado así. Te quiero!!! ( @juliamorciego )♥♥

Buenas noches a todos!

sábado, 27 de octubre de 2012

Capitulo 102 ♥


En la cama matrimonial de la casa estaban recostados, abrazados, enmimados.

Pedro: ¿Viste que no era mala idea tener un momento a solas?
Paula: Obvio que no gordo. Perdón.
Pedro: Basta, no pidas más perdón. Ya fue.
Paula: Bueno entonces no me refriegues más que me enoje.
Pedro: Si, tenés razón. Perdoname vos a mí.
Paula: ¿Te das cuenta que no podemos estar más de media hora sin pelear?
Pedro: No estábamos peleando. Al menos yo no.
Paula: Bueno, pero no estábamos hablando lo más bien.
Pedro: Yo sí.
Paula: ¡Ay nene me pones nerviosa!
Pedro: (Riendo) ¿No te das cuenta que te lo hago apropósito?
Paula: Bueno, pero dejala ahí porque me voy a enojar en serio.
Pedro: Ay qué miedo la señorita Chaves enojada.
Paula: Mucho miedo tenés que tener.
Pedro: ¿Ah sí? ¿Muy mala sos? (Acercándose a su cara)
Paula: La más mala puedo ser. (Robándole un beso)

Siguen disfrutando lo que les quedaba de la noche entre muchos mimos y besos hasta que se  quedan dormidos.
Cuando sus amigos llegar del canto-bar los ruidos logran despertarlos. Rápidamente se visten de manera más presentable de la que estaban, y ordenan la habitación, ya que allí dormía Pau con sus amigas.
Cuando tienen todo listo, bajan a recibirlos y después de comerse unas cuantas gastadas por parte de sus amigos, Pau logra quedarse mucho más tranquila y ver que realmente sus amigos los bancaban como pareja y no les hacían ninguna escena de celos por haberse quedado cuando los planes habían sido salir todos juntos. Esto la hacía sentirse más relajada.

Los chicos les comentan más o menos cómo la pasaron, cuentan alguna que otra anécdota graciosa de la noche, mientras todos tomaban un vaso de agua sentados alrededor de la mesa del living para desintoxicarse de los tragos que habían bebido en el bar.
Jose y Valen iban al baño, volvían a la cocina, se desmaquillaban, se iban cambiando por partes. Herni y Santi, en cambio, se van a dormir enseguida. Paula hacia tiempo charlando con Pedro, esperando que sus amigas se acuesten de una vez.

Pedro: ¿Y si te quedas conmigo esta noche?
Paula: Pero acá no hay lugar gordo, además ya estuvimos un montón juntos esta noche.
Pedro: Si, es verdad que pasamos mucho rato juntos. Pero, ¿viste cuando probas un pedasito de chocolate y no podes dejar de comerlo? Bueno eso me pasa con vos. Más tiempo paso, más quiero pasar.
Paula: Sos un dulce gordo. Y es verdad, a mí también me pasa. ¿Estás seguro que entramos en tu cama?
Pedro: Obvio.
Paula: Bueno, entonces me quedo. Bancame que voy al baño, le aviso a las chicas y vengo.
Pedro: Dale.

Es así que pasan su primera noche durmiendo juntos en esas vacaciones. A partir de ese día Pedro y Pau comienzan a dormir todas las noches juntos, en la cama matrimonial. Jose duerme en la camita del living, y la que habían subido a la habitación vuelven a ubicarla en el living para que duerma Valen. Amigos más gambas no podían tener.
El resto de los días de las vacaciones los disfrutan mucho entre amigos y también teniendo sus momentos íntimos como pareja, para suerte de todos no vuelve a llover y tiene hermosas tardes de sol para aprovechar la playa.

La última noche de las vacaciones, la última noche que les quedaba para disfrutar de Costa del Este antes que volver a sus hogares, Pedro quiere sorprender a Pau,  por lo que organiza una linda despedida de las vacaciones que los unieron aun más como pareja, ya que volvían como novios.

Pepe se vuelve de la playa sin dar muchas explicaciones antes que el resto, Pau estaba intrigada, pensaba que por ahí se sentía mal pero Hernán no la deja ir tras él ya que su amigo le había pedido que la retenga.
Busca por toda la peatonal algún negocio que venda velas aromáticas, las que tanto le gustaban a su novia, luego también compra algunas rosas rojas y blanca, algo para brindar y comer, y luego de conseguir todo lo que necesitaba, vuelve al departamento y esconde las cosas en la habitación de los chicos.
Se encamina a la playa nuevamente y pasa la tarde con sus amigos. Cuando el sol comenzaba a caer vuelven todos juntos a la casa, se bañan y cambian, la idea de esa noche era salir a cenar, pero Pedro ya les había avisado a todos que tenía otros planes para él y Paula.

Cuando estaban por salir a cenar, Pedro toma de la mano a Paula deteniéndola y le dice que espere un segundo. Sin entender mucho ella le hace caso y se queda sentada en el sillón cama del living mientras su novio desaparece por unos segundos escaleras arriba.
Baja con una tela en las manos con la cual le pide que se tape los ojos.

Paula: ¿Para qué gordo?
Pedro: Dale, es una sorpresa.
Paula: Pero, ¿no nos están esperando los chicos?
Pedro: No, seguro ya se fueron, les avise que esta noche te raptaba.
Paula: Ah, bien. Así que la única que no sabía era yo.
Pedro: Son todos mis cómplices. (Riendo)
Paula: Bueno, ayudame. (Le dice poniéndose la tela sobre la cara y dándole la espalda para que se la ate.)

Una vez que le pone la venda la ayuda a sentarse en el sillón nuevamente, ya que no veía. Busca las cosas que había comprado y prepara todo; prende las velas dejándolas sobre la mesa y esparce los pétalos de algunas rosas sobre la misma.
Pone un poco de música para que Pau no se impaciente ni se aburra, había dejado una olla con agua en el fuego para poner unos fideos y hacer algo rápido. No iba a ser lo más elaborado del mundo pero era lo que le salía y para lo que le alcanzaba el tiempo, porque si se demoraba mucho su novia iba a cansarse, sacarse la venda y arruinar la sorpresa.
Por suerte los fideos se cocinan rápidamente. Pone un poco de crema en una sartén para que se caliente y la une a los fideos.
Prepara la mesa con una velocidad increíble y toma dos de las rosas que le habían quedado, las acerca a la cara de Pau para que sienta la fragancia y le quita el pañuelo que tenía en los ojos con suavidad.
Cuando ella abre los ojos lo primero que ve son las hermosas rosas blanca y roja que Pedro sostenía frente a ella. Muerde su labio inferior en muestra de la ternura que le causaba la sorpresa planeada por su novio y se levanta para besar a Pedro. A penas ve la mesa servida no hace más que dedicarle un enorme “gracias” y sentarse donde él le indicaba para comenzar a comer.

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Buenas noches!

viernes, 26 de octubre de 2012

Capitulo 101 ♥


Paula termina de lavar los platos, cierra con llave la puerta del frente de la casa y saca su juego, total Jose se había llevado el otro para abrir cuando volvían.
Apaga las luces y se dirige a la habitación pensando que Pedro seguramente ya estaría dormido, lo había visto cansado y sin muchas fuerzas. A mitad de las escaleras recuerda que había prometido llevarle un té y vuelve a la cocina, no sabía si lo iba a querer o si seguía despierto pero ante la duda lo llevaría.

Pedro, en la habitación esperaba ansioso, estaba tendido en la cama haciéndose el dormido. Planeaba asustarla cuando la tenga cerca. Ya estaba cansado de mantener la misma posición pero no abandonaba su plan. ¿Qué estaría haciendo Paula que demoraba tanto?  Ya estaba pensando seriamente en bajar a ver si se había quedado viendo la televisión o algo así, cuando escucha sus pasos en la escalera y vuelve a acomodarse en la cama, pero al instante oye que baja nuevamente. ¿Qué pasaba? “Que chica tan vueltera.” Pensaba.

Termina de calentar el agua, la sirve en una taza y pone un saquito de té, mientras deja que se disuelva busca el azúcar, saca el saquito, pone tres cucharadas (a Pedro le gustaba dulce) y ahora sí, se encamina hacia la habitación.
Cruza la puerta que estaba entreabierta y al verlo dormido se sonríe, le encantaba verlo con esa carita de paz, deja la taza de té en la cómoda y se dirige hacia el lado de la cama que su novio había dejado libre. Allí se sienta y le hace un mimo en la cabeza, le acomoda el pelo y se recuesta a su lado. Se acerca un poco para darle un beso con la idea de después descansar con él a su lado. Pero al darle el beso, Pedro se da vuelta rápidamente al grito de “buuu”, y se golpean las cabezas como otra vez ya había pasado. Pedro se descostillaba de risa y Paula se sienta en la cama, enojada.

Cuando Pedro vuelve a escuchar que su chica sube por la escalera, se queda bien quieto y trata de relajar las facciones de su cara para que parezca que estaba realmente dormido. Escuchaba los ruidos de cada uno de los movimientos de Pau en la habitación y se tentaba a moverse y asustarla, pero iba a esperar al momento justo. Oye que deja algo en la mesita de luz o en la cómoda y luego se acerca a él, siente la suave mano de ella en su pelo y se sonríe. Luego escucha la respiración más cerca y puede sentir que deposita un beso en su mejilla.
Ya no aguanta más, y a penas Pau se aparta un poco, él se da vuelta bruscamente para sorprenderla y sin querer chocan sus cabezas, como otra vez ya les había pasado. No puede evitar reírse casi hasta llorar, pero cuando la ve a ella sentada en el borde de la cama, cruzada de brazos y mirando por la ventana intenta calmarse y se acerca a ella. Se sienta a su lado y pasa un brazo por sus hombros.

Pedro: Eu Pau, ¿todo bien?
Paula: No Pedro, sabes que no me gusta que me asustes así, encima me golpeaste fuerte.
Pedro: (Sin poder evitar reírse por el golpe) Sabes que fue sin querer tonti. Y  por lo del susto perdón, no lo hago más. Te lo prometo.

Intenta darle un beso pero Paula le corre la cara y se levanta de la cama, busca la taza de té y vuelve a sentarse en el mismo lugar.

Paula: Dale, tomalo. Si te sentías mal te va a hacer bien. Le puse unas gotitas de limón.
Pedro: (Riendo nuevamente) ¡Pero Pau! ¿Todavía no te diste cuenta que hice todo esto para que nos quedemos solos?
Paula: ¿Cómo? ¿Qué decís? Pero íbamos a salir Pepe.
Pedro: Si, ya se. Pero extrañaba estar solo con vos. (Le dice acercándose lentamente a ella para poder besarla)
Paula: (Alejándose con brusquedad) Pero estamos de vacaciones con los chicos, queda re mal Pedro. No da. O a lo sumo consultame.

Paula se levanta y se queda parada frente a la ventana de la habitación tomándose ella el té. Pedro se queda inmóvil en la cama, no entendía la reacción de su novia. Se suponía que tenía que ponerse feliz de pasar tiempo juntos. Él había tenido toda la mejor intención al planear esa noche.
Ahora con bronca también se levanta y parándose al lado de ella para asegurarse que la escuche bien, le plantea lo que siente en ese momento.

Pedro: ¿no te gusta pasar tiempo conmigo ya? ¿Tan rápido te canse?
Paula: Sabes que no es eso. Pero en serio, queda mal con los chicos.
Pedro: Ay Paula, no digas pavadas. Ellos saben que estamos de novios y todos tuvieron sus relaciones duraderas alguna vez como para entender que a veces en la pareja se necesita un poco de intimidad. Solo quería eso, intimidad, y pasar un lindo rato con vos SOLOS y sin estar dependiendo de que los chicos vuelvan enseguida. Porque seguro que llegan re tarde.

Paula se queda en silencio, recapacitando un poco con las palabras de Pedro. Tenía razón, estaba bueno tener un momento a solas. Lo que pasaba era que no estaba acostumbrada a separar el grupo cuando planeaban algo entre todos, pero ahora Pedro era su novio, no un amigo más. Y no estaba mal aislarse al menos un poco del resto. El principal miedo de Pau era que los demás se enojen, pero eran grandes ya, y seguramente comprenderían. Pedro tenía razón en lo que le había dicho.
Mientras ella sacaba esas y más conclusiones en su cabeza, él se va, emprende camino hacia la cocina. Tenía hambre ya que había comido muy poco durante la cena cuando simulaba sentirse mal.
Al darse cuenta que ya no estaba en la habitación, arrepentida lo busca. Lo encuentra en la cocina comiéndose un sanguchito, sentado en la mesada. Se sienta a su lado y lo observa hasta que termina.

Paula: ¿Me perdonas?
Pedro: No se.
Paula: Dale gordo. Tenías razón. Perdoname por lo que dije y por enojarme. Solo tenía miedo que los chicos se enojen o algo. Pero es verdad que tienen que entendernos porque saben de la relación que tenemos.
Pedro: Pero parecía que no tenias ganas de quedarte conmigo.
Paula: Sabes que no es así. Siempre quiero pasar tiempo con vos, darte besitos, abrazos.
Pedro: No, no sé. Ahora me lo vas a tener que demostrar.
Paula: Ah, venia por ahí la mano entonces. (Sonríe con picardía)

Se baja de la mesada y lo toma de una mano haciendo que él también se baje, para tenerlo más a su alcance. Lo abraza y quiere darle un beso pero esta vez él se hace el difícil, sin dejar de abrazarlo comienza a darle pequeños besitos en el cuello. Pedro seguía haciéndose el indiferente a pesar de que quería reírse y moría besarla también.
Poco a poco sube por el cuello de su novio con esos besitos hasta llegar a su mandíbula, una vez bien cerca de su boca se aleja y lo mira. Lo ve con los ojos cerrados, disfrutando a full del momento, y no puede evitar reírse porque a pesar de todo seguía manteniéndose inmóvil. Sin dudarlo más, ahora lo besa en sus labios y como ve que le responde ese beso al instante, lo abraza con más fuerza para acercarlo más a ella.
Ahora Pedro también la abrazaba y acariciaba. A los tumbos y como pueden llegan hacia el living, él se sienta en el sillón y ella a su lado. Se dirigen una vez más una mirada y siguen a los besos.

Pedro: Me convenciste rápido, eh. Me quería hacer un poco más el difícil.
Paula: Mejor. No quería que te hagas el difícil, malo.
Pedro: Un poco más me tendría que haber hecho, para cobrarme tu enojo.
Paula: Perdoname, ¿sí? Me agarraste por sorpresa y reaccione muy mal.
Pedro: Todo gordita. Al fin y al cabo estoy como quería estar.
Paula: Siempre te vas a salir con la tuya porque me podes.
Pedro: Y vos a mí, así que estamos a mano. ¡Ay como extrañaba tenerte así solo para mí! (Abrazándola con más fuerza)
Paula: Es verdad, yo también lo extrañaba.
Pedro: Te amo… (Vuelve a besarla)

Con la intensidad de sus besos iba recostándola poco a poco en el sillón, quedando él encima. Y con los mimos iba subiéndole su remera.
Se disfrutaban, se amaban, se cuidaban y mimaban. Una vez más estaban juntos, la primera vez como novios, lo que la hacía un poco más especial.
Luego, ante la incomodidad de Paula por el poco espacio que había en el sillón, se trasladan a la habitación. Allí los besos y mimos continuaron, llevándolos una vez más a unirse en cuerpo y alma. Se sentían plenos, felices, en el mejor momento en todos los sentidos. Se amaba y no quería que nada los separe nunca más.


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Y al fin subí! JAJAJA Buenas noches a todos.

Agos.

jueves, 25 de octubre de 2012

Capitulo 100 ♥


Pedro: La verdad que nos toco un día bárbaro hoy, ¿no? Todo el tiempo con sol.
Paula: Si, tal cual. El clima acompañó muchísimo, aunque ahora me está agarrando frío.
Pedro: Veni entonces. (Extendiendo su brazo derecho para que ella se acomode más cerca a él y pasarle su calor)
Paula: Gracias amor.
Pedro: Che, ¿viste que recién, en el mar, hablábamos de lo libres que nos sentimos de haberle contado todo a los chicos?
Paula: Ajam (Con la cabeza apoyada en su hombro y mirando hacia el mar)
Pedro: Bueno, y tengo muchas ganas de contarle a mi familia también.
Paula: (Levantando su cabeza para mirarlo a los ojos) Obvio gordo, a penas llegamos les contamos a todos.
Pedro: ¡Qué lindo poder decir “Les presento a Paula, mi novia”!
Paula: (Riendo) No seas versero.
Pedro: En serio, suena re bien.
Paula: Si, suena hermoso. (Con ternura) Yo también quiero contarles a mi familia, igual a algunos ya les fuimos diciendo.
Pedro: Si, es que nos conocen bien.
Paula: Claro, a Delfi y a mamá no se los podía ocultar más. (Riendo)
Pedro: ¿Les gustara a todos nuestro noviazgo?
Paula: Obvio. ¿Por qué no?
Pedro: No se, tu papá…
Paula: ¿Qué?
Pedro: Me da miedo.
Paula: Sos un tonto. (Riendo) ¿Qué te va a decir?
Pedro baja la mirada, tímido.
Paula: Nada te va a decir. Soy grande ya para que me cele él. No va a joder.
Pedro: Es que es al que menos conozco de tu familia, me da cosita.
Paula: Pero todos te quieren, si sos divino vos.
Pedro: Bueno, ojala sea como decís.
Paula: Si, vos despreocúpate.

Un rato más se quedan charlando en la playa, hasta que el frio logra echarlos finalmente. Estaban con los toallones, pero los simpáticos de sus amigos no les habían dejado el resto de la ropa.
Se dirigen a la casa y al entrar pueden ver a Valen y Herni jugando a las cartas en la mesa del living, él le estaba enseñando a jugar a ella, ambos ya estaban bañados y cambiados para salir. Esa noche volverían a ir al canto-bar, que ya hacia unos días que no iban.
Jose, por su parte, estaba en la cocina tratando de hacer algo rico con lo que quedaba en la heladera, nadie tenía ganas de caminar hasta el súper para comprar algo más. A la mañana del día siguiente ya se encargarían de eso.
Santi todavía estaba en el baño, Pau se acerca a la puerta y lo apura porque realmente ya tenía mucho frío, su maya seguía húmeda y quería ducharse con agua tibia.
Pedro: ¿Esperamos que salga en la pieza? Así te abrigas con algo.
Hernán: (Metiéndose en la conversación) Claro, quiere ir a la pieza con su novia para que se abrigue… (Riendo)
Pedro: ¡Callate bobo!
Pau: Deja gordo. Dale, acompañame.

Suben la escalera y entran en la habitación que Pau compartía con sus amigas, ella enseguida se pone a buscar un buzo en los cajones que le habían sido designados para su ropa. Enseguida encuentra uno, se lo pone y bufa queriéndose dar calor a su cuerpo rápidamente. En la costa por las noches la temperatura baja mucho más que en la ciudad.
Pedro, sin perder oportunidad la abraza.

Pedro: Si tenes tanto frío, se me ocurren otras formas de darte calor… (Sonriendo)
Paula: ¡Están los chicos Pepe! ¿Dónde quedo el tímido de esta tarde? (Riendo)
Pedro: No seas mala, que me da vergüenza todavía… No es fácil confesar las fantasías.
 (Riendo)
Paula: Bueno, perdón señorito. No se lo recuerdo más.
Pedro: Pero no me dijiste si querías más calor.
Paula: Te dije que estas los chicos.
Pedro: Ufa. (Soltándola del abrazo)
Paula: Ay pero abrazada me podes tener. (Haciendo puchero)
Pedro: (Simulando enojo) Mmm, no sé si quiero ahora.
Paula: ¡Que malo sos!
Pedro: (Volviendo a abrazarla con fuerza) Era chiste tonta.

En ese momento desde la puerta se escucha el grito de Santi anunciándole que ya estaba la ducha libre, por lo que Paula agarra un toallon, ropa interior y todo lo necesario para el baño. Se retira de la habitación después de darle un pico a su novio para ducharse.
Pedro se queda en la habitación y se sienta en una de las camas, pensativo. Extrañaba estar con Pau… La amaba, la respetaba, adoraba también pasar tiempo con sus amigos todos juntos, pero necesitaba un poco de intimidad con su chica, extrañaba esos momentos solos, esos besos con pasión, esos mimos que aunque los chicos estén abajo y ellos en la habitación no podían hacerse.
Era hombre y la deseaba mucho, no solo le gustaba como persona en su forma de ser sino que su físico lo volvía loco… Estaba pensando seriamente en proponerle de alquilar una habitación de un hotel para pasar la noche juntos, pero como de esa forma quedarían en evidencia ante sus amigos, seguramente Paula no aceptaría por vergüenza.
Una idea mejor se le ocurre y en seguida comienza a armar una estrategia para conseguir que esa noche, los chicos se fueran al canto-bar pero ellos dos se queden en la casa.
Va a la habitación de los chicos donde estaba su ropa a pesar de que él dormía en el living, busca lo que se iba a poner y espera que salga Pau, cuando esta termina su ducha, se mete él.

Una vez vestido, se queda un poco despeinado y con cara de cansancio se sienta junto a Valen en la mesa, que seguía jugando con Herni mientras Santi los miraba y la ayudaba. Jose y Pau se encargaban de la cena.
Cuando ya estaba todo listo, las chicas traen la comida y la sirven. Los novios se sientan juntos y Pedro seguía con su cara de cansancio, estaba sentado de manera desganada y a penas comía lo que tenía en el plato.

Pau: Gordo, ¿Te sentís bien? No estás comiendo casi nada… Y tu carita…
Pedro: más o menos, me duele un poco la panza y la cabeza también.
Pau: ¡Pobre mi amor! ¿Pero te paso algo?
Valen: ¿Traigo el termómetro?
Pedro: No, fiebre no tengo, creo. Me debe haber bajado la presión por la ducha, más todo lo que corrí hoy jugando a la pelota y todo lo que estuve en el mar. ¿No?
Paula: Si, puede ser.
Hernán: (Cómplice de su amigo) ¿Y vas a salir así?
Pedro: Y si, solo no me quiero quedar.
Paula: Pero come algo por lo menos, así recuperas fuerzas.
Pedro: No, no tengo hambre.
Paula: Entonces nos quedamos, no podes salir así.
Pedro: Pero, ¿no tenias ganas de salir?
Paula: Si, pero ya fue. Primero quiero verte bien a vos.
Pedro: Bueno, dale. Gracias. La verdad que necesito parar un poco. ¿Pero segura que no querés ir vos?
Paula: ¡No! Yo te quiero cuidar.
Pedro: Gracias amor.
Paula: Anda si querés a acostarte ya a mi cama, que yo ayudo a los chicos a lavar esto y voy. (Señalando los platos sucios) Te llevo un té, ¿querés?
Pedro: No hace falta. Pero como quieras…

Pedro sube la escalera con una sonrisa en la cara, primero haciendo el débil y una vez fuera de la vista de Paula a los saltitos.
Su plan iba saliendo a la perfección, ya tenía la casa solo para ellos dos.

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GRACIAAASSSSSS!!!!!!!!!!!! 100 capitulos. Parece mentira. Muchas gracias de corazón por leer. ♥ Son lo más.

Disculpen la tardanza en subir este capitulo pero estaba indecisa con una parte. Jajajaja!

Buenas noches a todos!

martes, 23 de octubre de 2012

Capitulo 99 ♥


Casi al final de la tarde, Paula tomaba sol y charlaba con sus amigas, Pedro jugaba a la pelota con Herni, Santi y más chicos de los cuales se habían hecho amigos en la costa para jugar al futbol cada vez que podían.

Pau: ¡Ay! De tanto estar al sol, ya tengo mucho calor. ¿Vamos un rato al agua?
Jose: Em, no tengo muchas ganas, perdón Pau. Solo me voy a correr a la sombra.
Pau: ¡Que gamba sos eh! ¿Vamos Valen?
Valen: No, yo si me meto después voy a tener frío, que es peor.
Pau: ¡Son complicadas a veces eh!
Jose: Bueno che, decile a tu romeo que te acompañe.
Pau: No, está jugando al futbol, olvidate que me de bola. Voy sola.

Se encamina hacia el mar y pasa la primer rompiente, donde se queda un rato, tranquila, refrescándose y pensando.
Pensaba en cuánto había cambiado su vida en esos últimos meses. Estaba realmente muy feliz, muy contenta de que Pedro se haya mudado cerca de ella, y gracias a eso poder darse cuenta que el amor que habían escondido, ocultado, encerrado bajo 7 llaves desde el día en que se conocieron, aún se encontraba vivo, y ahora que estaban de novios, pasaban por el mejor momento juntos.
Más feliz la hacía poder compartir todo lo lindo que le pasaba con sus amigos, y estaba ansiosa por hacer lo mismo con su familia. No sabía para que lo habían ocultado tanto tiempo… Bueno, si, sabía… Estaban inseguros, pero ahora cualquier inseguridad había quedado completamente descartada.

Pedro, cuando ve que Paula va sola hacia el mar sigue jugando un rato mas, pero enseguida decide ir a hacerle compañía y disfrutar un rato con su novia, luego podría armar miles de picaditos más.
Se disculpa con sus amigos, deja el gorro de sol que llevaba puesto en la sombrilla y corre hacia el mar. Paula no se había dado cuenta que él venía, así que se aprovecho de eso y la sorprendió tirándosele encima, por lo cual ambos terminaron bajo una ola que estaba por romper.

Paula: (levantándose) ¡Ay gordo! Esa costumbre tuya de asustarme siempre. ¡Encima casi me ahogas!
Pedro: Perdón, no quería ahogarte, pero si abrazarte ¡¡fuerte, fuerte!!
Paula: ¡Yo también!
Pedro: ¿Por qué te viniste sola? Me hubieses avisado.
Paula: Estabas jugando al futbol...
Pedro: ¿Y qué tiene?
Paula: Que si estabas jugando al futbol era porque querías hacer eso, y no te iba a molestar.
Pedro: Pero también quería pasar un rato con vos.
Paula: Y bueno, ya estas acá. ¡Mejor! (Abrazándolo nuevamente)
Pedro: ¿Que hacías?
Paula: Nada, me refrescaba porque estuve tanto tiempo al sol que tenía mucho calor ya… Y también pensaba.
Pedro: ¿Ah, sí? ¿Qué pensabas? ¿Se puede saber?
Paula: Si, se puede saber.
Pedro: Contame entonces. (Le dice sonriéndole)
Paula: En vos. (Mirándolo a los ojos)
Pedro: ¿Me estabas odiando por jugar toda la tarde al futbol?
Paula: No. Bueno, un poquito. (Riendo) Pero estaba pensando todo lo que cambio mi vida últimamente, y gracias a vos.
Pedro: ¿Para bien?
Paula: ¡¡Obvio que si gordo!! Me haces muy feliz todo el tiempo, estar al lado tuyo es lo mejor que me puede pasar.
Pedro: Que hermosa sos. Vos también me haces muy feliz.
Paula: Y al haberles contado a los chicos me siento más liberada y más segura día a día de elegirte a vos.
Pedro: ¡Ay! ¿Me queres matar Paula? ¿El mar te pone mimosa?
Paula: (Sonrojándose) Puede ser.
Pedro: Me encanta que seas así. Me encantas de todas formas. (Abrazándola con más fuerza y pegando su nariz con la de ella) Me encantas contenta, me encantas enojada, me encantas celosa, me encantas dormida y despierta... ¡¡Me encantas!! (Gritando la última frase)
Paula: Shhh, gordoo, que toda la gente nos mira. (Escondiéndose en sus hombros)
Pedro: ¿Qué me importa? Que todos sepan que me encantas.
Paula: Sos un loco. Vos también me encantas. Y me encanta cada momento que paso con vos.

Él, sin resistir más la cercanía y las dulces palabras que le dedicaba, la beso con ternura. Besándose resistían a la fuerza de las olas. Besándose, no les importaba la rudeza con la que el sol les pegaba. Besándose eran más fuertes. Juntos, eran invencibles.
Se quedan en el mar, jugando, entre besos, entre mimos.
Pedro la levantaba y la tiraba en las olas más grandes, sabiendo por supuesto, que nada le iba a pasar; ella intentaba devolvérsela pero su fuerza era menor a la de él, igualmente tirándose sobre su espalda, lograba hundirlo de vez en cuando.
Varios minutos habían pasado en el agua, solos, hasta que los chicos, al terminar el partido también entran para refrescarse.

Herni: Hola, hola, no queremos interrumpir. Perdón.
Pedro: ¿Entonces para que vienen?
Paula: ¡Pedro! No seas así…
Pedro: Entonces que no diga que no quiere interrumpir, si es lo que está haciendo.
Herni: Bueno, perdón. No creí que iba a molestar tanto. Ya nos vamos.
Santi: Em, Valen me dijo que ya nos vamos de la playa... Podríamos salir todos del agua.
Pedro: Vayan, nosotros después vamos.
Santi: Okey, piyuelo. Nos llevamos todo igual.
Paula: Dejen mi bolso con dos toallones por lo menos, que vamos a tener frío cuando salgamos, ya no hay mucho sol.
Santi: Na, jodanse.
Paula: ¡Dale nene!
Herni: (Riendo) Yo te lo dejo Pau. Nos vemos.

Salen del agua, juntan las cosas, le dejan el bolsito a Pau a la vista y se van.

Pau: Igual nosotros también podríamos ir saliendo.
Pedro: Es que… (Reteniéndola y mirándola con una sonrisa en la cara)
Pau: ¿Qué amor?
Pedro: Nada… (Mirando hacia otro lado)
Pau: Dale, ahora decime.
Pedro: No, me da vergüenza.
Pau: Ay, dale gordo. ¿Cómo te va a dar vergüenza?
Pedro: No, es serio, ya fue.
Pau: Dale Pedro, me voy a enojar.
Pedro: Es que ya paso… Ahora no da, ya estas enojada.
Pau: No, ¡¡dale!! Sabes que no me gusta que me dejen con la intriga.
Pedro: Bueno, pensaba… Que me encanta estar acá, en el mar con vos… y bueno, nada…
Pau: ¡¡Dale!! (Riendo)
Pedro: Que capaz, si vos queres… Hoy, u otro día… Podríamos hacer…
Pau: ¿Qué Pedro?
Pedro: (Acercándose y abrazándola para hablarle al oído) Algunas cosiiiitas en el mar.
Pau se queda sorprendida, sin saber que decir.
Pedro: (Tratando de arreglarla) Igual si vos no queres no, eh.
Pau: Me dejaste muda.
Pedro: Bueno, ya fue. Hace de cuenta que no dije nada. (Separándose y yéndose hacia la orilla para salir del agua)
Paula: (Tomándolo por la mano para acercarlo hacia ella de nuevo y tras darle un beso  intenta explicarle lo que le pasaba) Hoy no gordo, hay gente en la playa todavía, y es un lugar muy concurrido… pero otro día… En otro lugar… Seguramente… Con vos quiero todo. Te amo, ¡mucho! No te das una idea de lo hermoso que sos cuando te pones tímido.

Pedro, todavía con timidez, solo la besa en respuesta a todo lo que le había dicho, estaba ilusionado en cumplir esa fantasía con Pau, pero ya habría un momento más indicado.

Pedro: ¿Salimos?
Pau: Si, pero no quiero que estés incomodo.
Pedro: Es que creo que a veces no mido lo que digo.
Pau: ¡Ay gordo! No es nada del otro mundo… Está bien que me lo digas, así lo tengo en cuenta. (Le dice guiñándole un ojo para darle ánimos)

Juntos, y Pedro con mejor animo, salen del mar y se tapan con los toallones. Se sientan en el reparo de un médano y disfrutan de la compañía del otro a solas, un rato más.

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VOLVII!!!!!!!!!!!! Hola, hola, hola!!!!!!!!!!! Me extrañaron? Jajajaja
Que tengan todos muy buenas noches ♥ Gracias por el aguante siempre :)

Cap dedicado a @Losamo_pyp Buen viaje Cint!!
Y a Cheeeeeechu ♥ Mi principal paciente en el consultorio del amor (? ajajaja te amo!