Paula,
increíblemente, termina sus compras rápido y apura a sus amigas. Necesitaba ver
a Pedro, se estaba volviendo una adicción para ella, necesitaba de sus besos y
sus abrazos todo el tiempo.
Él,
su casa, también muy ansioso de ver a su amor y poder llenarla de besos, pide
al delivery unas piezas de sushi. Sabía que le gustaba mucho comer eso. Prepara
todo lo necesario para la cena en la mesita ratona del living, pone unas velas
sobre ella y deja todo listo para comer cómodos, sentados en el piso sobre unos
almohadones.
La
espera se le estaba haciendo muy larga, la ansiedad que tenía hacia que lo
minutos pasen muy lentos… no llegaba ni el sushi, ni Paula. Se puso a revolver
los CD’s que tenía para poner alguno, y tener música de fondo. En el mismo
momento que toca el botón de “Play”, el timbre suena.
El
sushi había llegado, saca todo de las cajitas, lo acomoda en platos y lo deja
listo en la cocina. A penas concluye con eso, el timbre vuelve a sonar.
Pedro:
(Pegándose a la puerta) ¿Quién es?
Paula:
¡Yo!
Le
abre la puerta enseguida, la deja pasar y tomándola por una mano la hace dar un
giro.
Pedro:
Guaaaaaau, que hermosa estas. Radiante.
Paula:
¡¡¡Gracias!!! Vos estas divino, gordo. (Mirando hacia la mesita) ¡¡Ay!! ¿Vos
preparaste todo esto para nosotros?
Pedro:
Obvio, te dije que quería que tengamos una noche especial.
Paula:
Gracias. (Abrazándolo tierna)
Pedro:
No agradezcas tonta, lo preparo porque lo tenés merecidísimo. (Separándola un poco
de él para mirarla a los ojos)
Paula
acorta la distancia que los separaba, comenzando a besarlo con dulzura, beso
que él devuelve al instante.
Pedro:
Bueno, ¿cenamos? Tengo el sushi preparado en la cocina.
Paula:
¡Ay no! ¡Qué rico!
Pedro:
Sabía que te gustaba, pero no sabía que tanto. Buenísimo, la re pegue entonces.
Paula:
Si, re. Gracias de nuevo.
Pedro:
¡Basta de agradecer! Sentate acá que ahí vengo. Hoy sos mi invitada de honor.
Se
sienta en el almohadón que Pedro le indicaba, frente a ella estaba la mesita
del living llena de velas de distintos tamaños encendidas sobre un mantel negro
liso. Era todo perfecto. Pedro era perfecto para ella, cada vez tenía menos
dudas.
Aparece
de la cocina con varios platos con las piezas de sushi y un poco de salsa de
soja. Deja todo sobre la mesita y se sienta a su lado. Luego de darle un pico, agarra
uno de los palitos con sus manos y lleva una de las piezas hacia la boca de
ella.
Paula:
Ah, era completa la atención de hoy. (Riendo)
Pedro:
Obvio.
Muy
cariñosos y entre mimos terminan de cenar. Estaban sentados muy cerquita y Pau sentía
como una electricidad que iba y venía entre sus cuerpos, aunque no se estén ni
rozando. Hacía rato ya que estaban juntos, pero ese día sentía que flotaba
cuando la miraba, estaba completamente segura, feliz… Sentía que a su lado nada
malo podía pasarle, definitivamente debía aceptar que se estaba enamorando.
Pedro,
más que una electricidad, sentía que sus cuerpos eran dos imanes que se atraían
constantemente, le encantaba besarla, hacerle caricias, tenerla abrazada, protegerla,
cuidarla de todo lo que podía. Sin resistir más esa distancia, pasa uno de sus
brazos sobre los hombros de ella para atraerla hacia él y así estar más
juntitos.
Varios
minutos pasan sin que ninguno hable, solo sentían lo bien que la pasaban
estando juntos.
Pedro:
¿Sabías que te amo mucho, no?
Paula:
Me habías dicho… pero amo escucharte cuando lo decís.
Pedro:
¡¡Te amo mucho, mucho, mucho!! (Acercando su cara a la de ella)
Paula:
¡¡Yo más Pepe!! Que rico estaba todo, y re linda sorpresa la cena a la luz de
las velas. Me encantó.
Pedro:
Todo merecido. (Le da un dulce beso y luego se acuerda de algo que no tarda en
comentarle) Che Pau, hoy mirando el noticiero escuche que iba a haber una luna
llena bastante llamativa. ¿Vamos a verla? Esta hermoso para estar afuera.
Paula:
Si, dale. Vamos.
Se
levantan del piso, y tomados de las manos se dirigen al patio. Se recuestan en
el pasto uno al lado del otro, aún agarrados de las manos. Paula se pone a
observar la luna, realmente estaba muy grande y brillante esa noche… Pedro, en
cambio, no dejaba de mirarla a ella.
Cuando
se da cuenta que no le sacaba los ojos de encima también lo mira y comienza a
besarlo. Se miman un rato, recostados sobre el pasto. De repente Pepe tiene una
ocurrencia que no quiere dejar pasar, se incorpora sobre si, quedando sentado,
y Pau se levanta con él… pícaro, la desafía a meterse a la pileta esa noche.
Pau:
Pero no tengo traje de baño gordo.
Pedro:
No importa, yo me iba a tirar en bóxer…
Pau:
¡Estás loco!
Pedro:
Dale, hace calor, esta hermosa la noche. Vamos. (Le sonríe para comprarla)
Como
aún la notaba indecisa, toma la iniciativa, se levanta y tomándola de las manos
la levanta a ella también.
Pedro:
¿Y si te convenzo a besos?
Paula:
No se si funcione, eh. (Comenzando a jugar un poco con él.)
Pedro:
Lo voy a intentar…
La
toma por la cintura acercándola a él y comienza a besarla con ternura, mientras
acariciaba su espalda. Ella solo mantenía sus manos al costado de su cuerpo, y
se mantenía inmóvil. Haciéndose la difícil. En realidad se moría por abrazarlo fuerte y
continuar el beso que le daba, pero quería histeriquearlo un poco.
Pedro
se separa y la mira a los ojos.
Pedro:
Te me haces la difícil eh. (Riendo) ¡Vamos! (Tirando de su mano para llevarla a
la pileta)
Paula:
No me convenciste de nad…
Sin
dejar que termine la frase, la vuelve a apretar contra a él y esta vez la besa
con mucha más pasión. Lentamente comienza a levantarle la remera que tenía
puesta. Ella lo toma de su nuca, acariciándolo y acercándolo más a ella, ya sin
resistir a sus mimos. Le gustaba jugar un poco, pero más le gustaba besarlo.
Luego
de sacarle la remera, continua besándola en el cuello, Paula no podía explicar
todo lo que sentía en ese momento, estaba feliz, relajada y a la vez nerviosa.
Varios sentimientos encontrados, pero de lo que estaba absolutamente segura era
que disfrutaba cada mimo, cada beso, cada momento con él.
Pedro
se sentía más hombre cada vez que la besaba. Nunca había estado tan contento y
seguro de haber elegido a una mujer, estaba enamorándose día a día de ella.
Paula
también le quita la remera a él sin dejar de mimarlo. Una vez los dos en ropa
interior, Pepe la levanta del piso y sin dejar de besarla la lleva hasta el
borde de la pileta donde la deja sentada, él se sumerge y luego la toma por las
manos invitándola a meterse también.
Lo
rodea con sus piernas y vuelve a besarlo ahora dentro del agua. Sin importar
nada más en el mundo que la persona que tenían al lado, terminan de desvestirse
y una vez más hacen el amor.
Pero
esta vez era mucho más especial que las anteriores, cada vez se querían mas,
cada vez se deseaban más. Estaban más relajados y menos vergonzosos,
disfrutaban más el uno del otro.
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Gracias a @Ire49 y @Juliamorciego por la paciencia. ♥♥ Las quiero!
Te quiero Agos. Te quedo genial.
ResponderEliminarBella!! y bello el capitulo Jajaja , muy tierno y sos re original Agos !!
ResponderEliminarme encantan tus ideas y como describis las cosas y las contas Gracias por subir cap ♥ Un besote ..candischulis
q lindo cap.. :) me gusto mucho pura ternura ♥
ResponderEliminarAHHHHHHHHHHHHHH ME MATO ESTE CAPITULOOOOOOOOOOOO SOS UNA GROSSA AGOSSSSS SUBI MASSSS
ResponderEliminarAi que genial! Agos sos lo mas escribiendo! :)
ResponderEliminarque lindo,me encanta la nove...subí más!!!
ResponderEliminarAmé este capitulo! Super tierno.Sos UNA GENIA Agos :)
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