Una
vez el auto cargado Pedro se dirige a la cocina donde Paula lo esperaba con su
taza de café mientras ella bebía la suya.
Pedro:
Gracias amor.
Paula:
De nada. (Le sonríe) ¿Trajiste mi bolso de mano?
Pedro:
Ya lo deje en el auto.
Paula:
Ah, dame las llaves que lo voy a buscar porque ahí puse unos bizcochitos que
compre ayer, pensando en el viaje, pero los traigo así desayunamos.
Pedro:
Dale, están en la mesita del living.
Paula
busca los bizcochitos, desayunan rápido y comienzan el viaje hacia la casa de
Jose, donde se encontrarían todos. No era muy lejos por lo que llegarían
rápido. Pero ella, antes de llegar quería hacerlo escuchar una canción que ayer
le había hecho acordar mucho a él, y a su relación...
Toma
el CD apenas suben al auto y tras pedirle permiso para ponerlo, busca la
canción y le avisa que preste atención a la letra.
Paula:
Te la quiero dedicar.
“Yo te conozco,
mucho mejor que nadie mas
ya te conozco,
y vos a mi igual.
Te quiero tanto,
como no te quiso nadie más.
Te quiero tanto,
y se que estas buscando
un amor,
que te quite el dolor,
un amor,
para estar de pie.
Es mi amor lo que te está faltando,
yo te quiero para hacerte bien.
Todo el mundo necesita algo,
y se que estas buscando,
yo se que estas buscando.
mucho mejor que nadie mas
ya te conozco,
y vos a mi igual.
Te quiero tanto,
como no te quiso nadie más.
Te quiero tanto,
y se que estas buscando
un amor,
que te quite el dolor,
un amor,
para estar de pie.
Es mi amor lo que te está faltando,
yo te quiero para hacerte bien.
Todo el mundo necesita algo,
y se que estas buscando,
yo se que estas buscando.
Lo mejor de los
dos,
el destino encontró
y nos pinto un destello de luz en el alma,
no me digas que no,
no me digas que no me ves.
el destino encontró
y nos pinto un destello de luz en el alma,
no me digas que no,
no me digas que no me ves.
Para hacerte bien.”
Mientras la canción pasaba ella la iba tarareando y cantando
el estribillo que era la parte que más se sabía.
Pedro se moría de ternura, nunca nadie le había dedicado una
canción. Cuando esta termina, estaciona el auto en el primer lugar que
encuentra y se acerca a Paula para besarla.
Pedro: ¡Obvio que era tu amor lo que me estaba faltando!
¡¡Gracias!! Que hermosa canción. Pero… ¿Ya tengo tu amor, no?
Paula: ¡¡Obvio gordo!! Menos mal que te gusto, me daba
vergüenza.
Pedro: Gracias hermosa. Te amo, te amo, ¡te amooooo!
Paula: ¡Yo más! “yo te quiero para hacerte bien” (le canta)
Pedro: ¡Dulce! Nunca dejas de sorprenderme. Gracias, nadie me
había dedicado una canción antes.
Paula: ¿No? Que
tontas.
Pedro: Las más
tontas y vos la más genia.
Paula: Bueno,
dale arranca porque a la genia y a su chico los van a matar por llegar tarde.
Siguen el camino,
siempre tomados de una mano. Llegan a la casa de Josefina primeros, y eso que
ya habían pasado 10 minutos de la hora pactada. Enseguida sale la dueña de casa
a recibirlos y con la ayuda de Pedro guarda sus bolsos en el auto.
Se quedan en la
vereda esperando a los demás mientras charlaban un rato.
Jose: ¡Que
sonrisas que tienen ustedes eh! ¿Me perdí de algo?
Paula: Nada
tonta. ¿No podemos levantarnos contentos? (Lo mira con complicidad a Pedro)
Jose: Ah, ¿se
levantaron juntos? Ya entiendo todo… (Riendo)
Pedro: Y si. Le
dije que se quede así me levantaba ella, y estaba de buen humor para manejar.
(Paula se sonroja)
Jose: ¡¡¡Que
tiernos son!!! ¿Y las marcas rojas en sus frentes? ¿O mejor no pregunto?
Paula comienza a
reírse a carcajadas.
Pedro: Sh, boba.
Que los vecinos están durmiendo seguro. (Luego le explica a Josefina) Es que la
genia de tu amiga me pego un grito para despertarme y estaba muy cerca mio y
nos chocamos.
Jose: (A
carcajadas) Ah son unos genios barbaros.
Luego de unos
pocos minutos llegan los demás en el auto de Hernán, auto en el que irían hasta
la costa. Se saludan y emprenden juntos el camino. Jose se divierte mucho en el
viaje, cargándolos a Pedro y Paula por su relación. Entres los tres habia mucha
confianza y las bromas iban y venían. A la vez los tortolitos se encontraban
relajados ante la presencia de la 3era persona en ese vehículo, ya que sabía de
la relación, por lo cual cada tanto se daban algún besito o iban tomados de las
manos.
Jose: ¡Me dan
tanta ternura! ¿Para cuándo la formalización?
Paula: ¡Jose!
(Retándola. No quería que presione a Pedro, ni a ella.)
Jose: ¡Ey! No
dije nada malo, quiero saber cuando les van a decir a los demás…
Pedro: Ah, si…
Em, no sabemos… Capaz en unos días. No sé, cuando se dé la oportunidad.
Jose: Así que van
a estar medio a escondidas y yo los voy a tener que cubrir, ¿no?
Paula: Claro.
¿Contamos con vos, no?
Jose: Lo voy a
pensar…
Paula:
¡¡¡Josefina!!!
Jose: Okey.
¿Cuánto me pagan?
Pedro: ¡Que amiga
eh!
Jose: (Riendo)
Saben que los estoy cargando.
Pedro: Más te
vale.
A mitad del
camino, paran los dos autos en el conocido parador “El Minotauro”, donde
aprovechan a ir al baño y comprar algunas golosinas para comer en lo que
quedaba del camino. También aprovechan a estirar las piernas, obvio. Una vez
todos listos, vuelven a emprender camino.
Jose se queda
dormida al rato y duerme hasta llegar a la primera playa. Pedro y Pau
aprovechan para charlar de sus cosas, poner música suave y hacerse unos mimitos,
siempre poniendo igual mucha atención en el camino.
Pau: Che, ¿posta
que tengo la frente roja? Hoy cuando vos me jodiste me fije y no tenía nada.
Pedro: Un poquito
tenés ahora. (Riendo) Pero no mucho, fijate ahí en el espejito.
Paula: (Mirándose
en el espejo) ¡Ay no! Mira la marca que me hice, ¡espero que no se me haga
moretón!
Pedro: No gorda,
tampoco para tanto, mañana no lo tenés más. Estas toda averiada, entre tu mano
quemada y tu frente. (Riendo)
Paula: ¡Basta
Pedro! Aunque sea la mano ya la tengo sin vendaje. Y esto… No sé… ¿Qué hago
para que se me vaya?
Pedro: Apoyate la
gaseosa que compre, que todavía esta fría. Pero no creo que se te hinche, no
fue tan fuerte el cabezazo.
Paula: Y después
te pongo la botella a vos porque también tenés rojo. (Riendo)
Pedro: Dale.
jjajaj sos lo mas y esa cancionnn tambiennn!!
ResponderEliminar