Hacia el medio día el cielo se había ido
cubriendo de nubes, el ya sol no les pegaba directamente sino que a través de
estas, pero aun así podía sentirse su calor, por lo que los que andaban cerca
de la parrilla se animaron a sacarse las camperas y quedar solo en remera.
El
resto de la familia ya había llegado: la mamá de Pau, sus hermanos, su tio (el
dueño del campo) había ido a buscar a su tia y prima, también estaban sus
abuelos y tios por parte materna.
Delfina
entretenía a su prima menor jugando con Moro que corría al rededor de toda la
casa mientras esperaban que la comida estuviera lista.
Pau:
Por favor te pido Delfina que vigilen bien a Morito, eh. Porque pasa por el
alambrado y ya lo veo nadando en el estanque de allá atrás (señaló hacia la parte
trasera de la casa, donde un alambrado dividía el patio de la casa del resto
del campo en el cual pastaban las vacas y había un estanque al lado de un
molino, donde los animales bebían) o corriendo a las vacas.
Delfi:
¡No hinches Paula! Solo está jugando con nosotras un rato. Después de correr
así seguro que duerme todo el día el chancho fiaca.
Pau:
(riendo) si, eso es verdad. Después de jugar tanto, palma.
Pau
ayudo a su tía junto con su mamá, a poner platos, vasos y cubiertos en una mesa
que habían armado afuera, cerca de la parrilla. Colocó el último cuchillo en su
lugar y se acerco hacia donde estaba Pedro, lo abrazó por la espalda y él
enseguida se dio vuelta para abrazarla también.
Pau:
Hola mi amor.
Pedro:
Hola Pau, ¿todo en orden? (le sonrió)
Pau:
Si, ya está la mesa puesta.
Pedro:
Buenísimo.
Pau:
¿Acá les falta mucho?
Pedro:
No, tu papá dijo que 15 minutitos más y ya podemos empezar a comer.
Pau:
Bien, porque tengo hambre.
Pedro:
Que raro Paulita con hambre (él rió y ella le pegó en el hombro). ¡Agresiva!
(volvió a reír y ella esta vez se acoplo a las risas) Che, me dijo tu tío que
tiene muchos caballos, además de las vacas.
Pau:
Ajam. Re lindos son, de chiquita andaba un montón. Ahora hace muchísimo que no
me subo a uno, me quede con miedo desde la última vez que anduve.
Pedro:
¿Por qué? ¿Qué paso?
Paula:
Íbamos al trote con Gonza y mi primo, y de repente mi caballo, se ve que se
asustó con algo y empezó a galopar muy
fuerte, yo era chiquita y tenía poca fuerza por eso me caí… Me lastime
bastante, me tuvieron que pegar la frente con la gotita (se corrió un poco el
pelo y señalo una pequeña cicatriz que casi ni se notaba ya), y la verdad que
me quedó bastante miedo y nunca me volví a subir.
Pedro:
Y bueno, hoy puede ser el día para volver a intentar, ¿no? ¡Tengo muchísimas
ganas de andar! Y te iba a decir que me acompañes.
Pau:
Ay no sé, me da miedo (agachó la mirada).
Pedro:
Dale, no va a pasar nada.
Pau:
Mmm, no sé. En serio, no me quiero lastimar.
Pedro:
No te va a pasar nada, fue un accidente esa vez (sonrió para darle confianza y
le levanto la cara tomándola por la mandíbula para que vuelva a mirarlo a los
ojos). Porfa.
Pau:
Hacemos el intento… (Pedro sonrió triunfante) pero no te prometo nada.
“¡A
comer!” llamó el tío de Pau y todos se fueron acercando a la mesa, la rodearon
ubicándose en sus lugares y Miguel fue pasando con una bandeja para que cada
uno se sirviera lo que deseaba comer. La charla de mantuvo muy animada durante
el almuerzo, y así como Pedro se había puesto contento al ver la buena relación
de su novia con su familia ahora era Paula la que estaba contenta por verlo
relacionándose tan bien con los suyos. A todos les caía genial y Pepe poco a
poco se iba soltando y mostrando su lado cómico de la personalidad, Miguel no
podía dejar de reírse de las ocurrencias de su yerno, Alfredo, el tío de Pau
que era un poco más serio, también estaba muy tentado. Pau disfrutaba viendo
esa relación.
A
medida que la sobre mesa se extendió el cielo se iba cubriendo más y más de
nubes, las cuales eran cada vez de un color más oscuro por lo que decidieron
juntar las cosas y seguir la charla dentro de la casa. Pau propuso tomar un
cafecito para entrar en calor y la mayoría de los presentes aceptaron, por lo
que se puso a prepararlos.
Pedro,
Miguel, Alfredo y el primo de Pau ahora hablaban de fútbol, ya no se reían
tanto porque eran todos de equipos diferentes y opinaban como si fueran
técnicos profesionales, no se les podía discutir mucho.
Pau
esperó que el agua se calentara, batió con ayuda de Delfi y su primo más grande
el contenido de cada taza y los repartió a quienes le habían hecho el pedido de
un café.
Delfi:
¡Que rico olor tiene ese café! (Comento Delfi mientras todos habían comenzado a
beber) Pau, ¿me haces uno? Pero con leche. Porfi.
Pau:
(ya se estaba sentando y se detuvo para volver a la alacena y buscar otra taza)
¡que rompe nena! Me hubieras dicho cuando le hacía a todos.
Delfi:
(sonriendo) bueno, me dieron ganas ahora.
Pau:
ahí te hago (le devolvió la sonrisa).
Mientras
los grandes terminaban sus cafés la pequeña prima de Pau se había despedido
para ir a dormir la siesta y junto con Moro, que la seguía a todas partes, se
adueñaron de una de las habitaciones. Poco a poco el resto de los familiares también
se habían ido yendo para las habitaciones para descansar un rato, menos el tío
de Pau que tenía que ir a charlar con los caseros, que vivían en su campo y se
lo cuidaban, para ver como andaba todo. Pedro y Paula lo acompañaron, ella le
quería mostrar el lugar a su novio y qué mejor oportunidad que esa… Mientras el
casero le contaba a Alfredo cómo iban las cosas, cuál era la vaca que había
quedado preñada, por dónde andaban los conejos y cómo había podido espantar a
la comadreja que quería comerse los huevos de las gallinas, paseaban por gran
parte del campo. Cuando llegaron a las caballerizas Alfredo recordó el interés de
Pedro por los caballos y le pidió al casero que le ensille dos para que los
chicos fueran a recorrer, Paula no estaba muy convencida de querer volver a
andar pero ante la insistencia de su novio y de su tío termino accediendo.
Paula:
Si me caigo me lastimo va a quedar en la conciencia de ustedes dos.
Alfredo:
¡No seas exagerada nena! Además Pedro me dijo que sabe andar, cualquier cosa él
te rescata.
Pedro:
Obvio gorda, no te va a pasar nada. Además te traen el más mansito.
Paula
suspiró resignada y cuando el casero trajo los caballos se quedó un rato “amigándose”,
haciéndole caricias y hablándole al que iba a montar ella. Cuando se sintió más
segura se subió con ayuda de su tío y Pedro que ya estaba montado en el suyo
comenzó a andar para que el caballo de su novia lo siguiera.
Paula:
(mirando el cielo) mmm, tío, ¿no se está por largar a llover?
Alfredo:
No, no pasa nada, hasta la noche no creo que llueva. Bueno Pau, vos conoces
bien el campo, disfruten.
Paula:
¡Gracias tío! Nos vemos en un rato.
Al
principio Pau andaba muy insegura y despacito pero con el transcurso del
tiempo, a medida que se alejaban más de la casa, recorriendo todo el campo, iba
entrando en confianza.
Pedro:
Dale. Trotemos un poquito.
Paula:
No Pepe.
Pedro:
¡Dale! No pasa nada (se adelantó y apuró a su caballo y el de Pau lo siguió)
Paula:
¡Basta Pedro! (gritaba entre risas y miedo) dale, para que sino el mío no para.
Pedro:
Bueno (le contestó y aminoró el ritmo). ¿Viste que no pasaba nada?
Paula:
No, no pasó nada pero me dio miedo.
Pedro:
Relaja.
Anduvieron
un rato más, el cielo seguía oscureciéndose cada vez más y en el horizonte se podía
ver como en algún lugar no muy lejos de ahí caían rayos y llovía. Pau, al ver
eso, propuso volver, se habían alejado bastante de la casa y a pesar de que
estaban abrigados el frío se sentía más y el agua amenazaba con llegar de un
momento a otro.
Pegaron
la vuelta y a mitad de camino Pedro sintió que una gota le caía, no dijo nada
para no asustar a su novia, que encima era muy miedosa con las tormentas, pero le
propuso aumentar el ritmo de la cabalgata.
Paula:
Me parece que mi tío le pifio con el pronóstico del tiempo (comentó luego de
que una gota le cayera a ella). Espero que aguante hasta que llegamos. ¿Viste
esos rayos? (preguntó demostrando el miedo en su cara y señalando para detrás de
ellos, que era de donde venia la tormenta)
Pedro:
Si, pero no pasa nada. Tranqui.
Paula:
Que horror gordo.
Las
gotas ya caían con más constancia y todavía les faltaba un tramo bastante largo
para llegar a la casa….
…..
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Anoche iba a subirla y me quedé dormida... Perdón. Mis jueves son a mil...
Muy feliz cumple Candi ♥ Este capitulo es mi humilde regalo para vos en tu día. Disfruta mucho! Te quiero!
me encanto,muy bueno!!!
ResponderEliminarme encanta tu novela, me pone ansiosa que anunciaste faltan menos de 10 capitulos para que termine... la disfruto muchisimo y espero al proximo capitulo tan protno puedas subirlo...... !!!
ResponderEliminarGRACIASS♥ te quieroo ¡¡¡aguante vuelteros!!
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