viernes, 26 de abril de 2013

Capitulo 168 ♥


 Hacia el medio día el cielo se había ido cubriendo de nubes, el ya sol no les pegaba directamente sino que a través de estas, pero aun así podía sentirse su calor, por lo que los que andaban cerca de la parrilla se animaron a sacarse las camperas y quedar solo en remera.
El resto de la familia ya había llegado: la mamá de Pau, sus hermanos, su tio (el dueño del campo) había ido a buscar a su tia y prima, también estaban sus abuelos y tios por parte materna.
Delfina entretenía a su prima menor jugando con Moro que corría al rededor de toda la casa mientras esperaban que la comida estuviera lista.

Pau: Por favor te pido Delfina que vigilen bien a Morito, eh. Porque pasa por el alambrado y ya lo veo nadando en el estanque de allá atrás (señaló hacia la parte trasera de la casa, donde un alambrado dividía el patio de la casa del resto del campo en el cual pastaban las vacas y había un estanque al lado de un molino, donde los animales bebían) o corriendo a las vacas.
Delfi: ¡No hinches Paula! Solo está jugando con nosotras un rato. Después de correr así seguro que duerme todo el día el chancho fiaca.
Pau: (riendo) si, eso es verdad. Después de jugar tanto, palma.

Pau ayudo a su tía junto con su mamá, a poner platos, vasos y cubiertos en una mesa que habían armado afuera, cerca de la parrilla. Colocó el último cuchillo en su lugar y se acerco hacia donde estaba Pedro, lo abrazó por la espalda y él enseguida se dio vuelta para abrazarla también.

Pau: Hola mi amor.
Pedro: Hola Pau, ¿todo en orden? (le sonrió)
Pau: Si, ya está la mesa puesta.
Pedro: Buenísimo.
Pau: ¿Acá les falta mucho?
Pedro: No, tu papá dijo que 15 minutitos más y ya podemos empezar a comer.
Pau: Bien, porque tengo hambre.
Pedro: Que raro Paulita con hambre (él rió y ella le pegó en el hombro). ¡Agresiva! (volvió a reír y ella esta vez se acoplo a las risas) Che, me dijo tu tío que tiene muchos caballos, además de las vacas.
Pau: Ajam. Re lindos son, de chiquita andaba un montón. Ahora hace muchísimo que no me subo a uno, me quede con miedo desde la última vez que anduve.
Pedro: ¿Por qué? ¿Qué paso?
Paula: Íbamos al trote con Gonza y mi primo, y de repente mi caballo, se ve que se asustó con algo y  empezó a galopar muy fuerte, yo era chiquita y tenía poca fuerza por eso me caí… Me lastime bastante, me tuvieron que pegar la frente con la gotita (se corrió un poco el pelo y señalo una pequeña cicatriz que casi ni se notaba ya), y la verdad que me quedó bastante miedo y nunca me volví a subir.
Pedro: Y bueno, hoy puede ser el día para volver a intentar, ¿no? ¡Tengo muchísimas ganas de andar! Y te iba a decir que me acompañes.
Pau: Ay no sé, me da miedo (agachó la mirada).
Pedro: Dale, no va a pasar nada.
Pau: Mmm, no sé. En serio, no me quiero lastimar.
Pedro: No te va a pasar nada, fue un accidente esa vez (sonrió para darle confianza y le levanto la cara tomándola por la mandíbula para que vuelva a mirarlo a los ojos). Porfa.
Pau: Hacemos el intento… (Pedro sonrió triunfante) pero no te prometo nada.

“¡A comer!” llamó el tío de Pau y todos se fueron acercando a la mesa, la rodearon ubicándose en sus lugares y Miguel fue pasando con una bandeja para que cada uno se sirviera lo que deseaba comer. La charla de mantuvo muy animada durante el almuerzo, y así como Pedro se había puesto contento al ver la buena relación de su novia con su familia ahora era Paula la que estaba contenta por verlo relacionándose tan bien con los suyos. A todos les caía genial y Pepe poco a poco se iba soltando y mostrando su lado cómico de la personalidad, Miguel no podía dejar de reírse de las ocurrencias de su yerno, Alfredo, el tío de Pau que era un poco más serio, también estaba muy tentado. Pau disfrutaba viendo esa relación.
A medida que la sobre mesa se extendió el cielo se iba cubriendo más y más de nubes, las cuales eran cada vez de un color más oscuro por lo que decidieron juntar las cosas y seguir la charla dentro de la casa. Pau propuso tomar un cafecito para entrar en calor y la mayoría de los presentes aceptaron, por lo que se puso a prepararlos.
Pedro, Miguel, Alfredo y el primo de Pau ahora hablaban de fútbol, ya no se reían tanto porque eran todos de equipos diferentes y opinaban como si fueran técnicos profesionales, no se les podía discutir mucho.
Pau esperó que el agua se calentara, batió con ayuda de Delfi y su primo más grande el contenido de cada taza y los repartió a quienes le habían hecho el pedido de un café.

Delfi: ¡Que rico olor tiene ese café! (Comento Delfi mientras todos habían comenzado a beber) Pau, ¿me haces uno? Pero con leche. Porfi.
Pau: (ya se estaba sentando y se detuvo para volver a la alacena y buscar otra taza) ¡que rompe nena! Me hubieras dicho cuando le hacía a todos.
Delfi: (sonriendo) bueno, me dieron ganas ahora.
Pau: ahí te hago (le devolvió la sonrisa).

Mientras los grandes terminaban sus cafés la pequeña prima de Pau se había despedido para ir a dormir la siesta y junto con Moro, que la seguía a todas partes, se adueñaron de una de las habitaciones. Poco a poco el resto de los familiares también se habían ido yendo para las habitaciones para descansar un rato, menos el tío de Pau que tenía que ir a charlar con los caseros, que vivían en su campo y se lo cuidaban, para ver como andaba todo. Pedro y Paula lo acompañaron, ella le quería mostrar el lugar a su novio y qué mejor oportunidad que esa… Mientras el casero le contaba a Alfredo cómo iban las cosas, cuál era la vaca que había quedado preñada, por dónde andaban los conejos y cómo había podido espantar a la comadreja que quería comerse los huevos de las gallinas, paseaban por gran parte del campo. Cuando llegaron a las caballerizas Alfredo recordó el interés de Pedro por los caballos y le pidió al casero que le ensille dos para que los chicos fueran a recorrer, Paula no estaba muy convencida de querer volver a andar pero ante la insistencia de su novio y de su tío termino accediendo.

Paula: Si me caigo me lastimo va a quedar en la conciencia de ustedes dos.
Alfredo: ¡No seas exagerada nena! Además Pedro me dijo que sabe andar, cualquier cosa él te rescata.
Pedro: Obvio gorda, no te va a pasar nada. Además te traen el más mansito.

Paula suspiró resignada y cuando el casero trajo los caballos se quedó un rato “amigándose”, haciéndole caricias y hablándole al que iba a montar ella. Cuando se sintió más segura se subió con ayuda de su tío y Pedro que ya estaba montado en el suyo comenzó a andar para que el caballo de su novia lo siguiera.

Paula: (mirando el cielo) mmm, tío, ¿no se está por largar a llover?
Alfredo: No, no pasa nada, hasta la noche no creo que llueva. Bueno Pau, vos conoces bien el campo, disfruten.
Paula: ¡Gracias tío! Nos vemos en un rato.

Al principio Pau andaba muy insegura y despacito pero con el transcurso del tiempo, a medida que se alejaban más de la casa, recorriendo todo el campo, iba entrando en confianza.

Pedro: Dale. Trotemos un poquito.
Paula: No Pepe.
Pedro: ¡Dale! No pasa nada (se adelantó y apuró a su caballo y el de Pau lo siguió)
Paula: ¡Basta Pedro! (gritaba entre risas y miedo) dale, para que sino el mío no para.
Pedro: Bueno (le contestó y aminoró el ritmo). ¿Viste que no pasaba nada?
Paula: No, no pasó nada pero me dio miedo.
Pedro: Relaja.

Anduvieron un rato más, el cielo seguía oscureciéndose cada vez más y en el horizonte se podía ver como en algún lugar no muy lejos de ahí caían rayos y llovía. Pau, al ver eso, propuso volver, se habían alejado bastante de la casa y a pesar de que estaban abrigados el frío se sentía más y el agua amenazaba con llegar de un momento a otro.
Pegaron la vuelta y a mitad de camino Pedro sintió que una gota le caía, no dijo nada para no asustar a su novia, que encima era muy miedosa con las tormentas, pero le propuso aumentar el ritmo de la cabalgata.

Paula: Me parece que mi tío le pifio con el pronóstico del tiempo (comentó luego de que una gota le cayera a ella). Espero que aguante hasta que llegamos. ¿Viste esos rayos? (preguntó demostrando el miedo en su cara y señalando para detrás de ellos, que era de donde venia la tormenta)
Pedro: Si, pero no pasa nada. Tranqui.
Paula: Que horror gordo.

Las gotas ya caían con más constancia y todavía les faltaba un tramo bastante largo para llegar a la casa….

…..
……..
………..
……..
…..

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Anoche iba a subirla y me quedé dormida... Perdón. Mis jueves son a mil...

Muy feliz cumple Candi ♥ Este capitulo es mi humilde regalo para vos en tu día. Disfruta mucho! Te quiero!

3 comentarios:

  1. me encanta tu novela, me pone ansiosa que anunciaste faltan menos de 10 capitulos para que termine... la disfruto muchisimo y espero al proximo capitulo tan protno puedas subirlo...... !!!

    ResponderEliminar
  2. GRACIASS♥ te quieroo ¡¡¡aguante vuelteros!!

    ResponderEliminar