Pedro estaba realizando los llamados a
las personas que Mati le había dicho y le llega un mensaje a su celular. Era
Santi.
Santi:”Para cuando asado en tu casa para
estrenar la parrilla?”
Lo lee y se ríe, su amigo siempre
pensando en la joda. Termina de hablar con el cliente que estaba al teléfono y
luego le responde a su amigo.
Pedro: “Este finde hacemos algo, dale?
El viernes o el sábado?”
Santi:”El sábado al medio día mejor,
no?”
Pedro:” Ok, avisale a Herni y a las
chicas.”
Santi:”Dale, abrazo.”
Finaliza con lo que tenía que hacer,
responde más llamados. Arregla más contrataciones y su día laboral pasa
realmente rápido. Cuando ya era hora de retirarse sale al pasillo que conectaba
todas las oficinas en busca de Jesica. Sabía muy bien que lo que haría en ese
momento, sería de una vez y para siempre.
La ve saliendo de su oficina y la llama.
Ella lo ve y se apresura a alcanzarlo.
Jesica: Hola amoooor.
Se le tira encima queriendo darle un
beso pero él la aparta.
Jesica: Qué pasa amor?
Pedro: No me digas amor. Tenés tiempo de
hablar conmigo ahora?
Jesica: Para vos siempre. Vamos al café
de la esquina?
Pedro: Vamos.
Se sientan juntos en una mesa y realizan
sus pedidos.
Jesica: Qué pasa amor?
Pedro: Basta, en serio, no me digas más
así. Esto no da para más.
Jesica: Pará Pedro! Qué te pasa? No
juegues con mis sentimientos.
Pedro: Ah bueh, lo que me faltaba. Yo
juego con tus sentimientos?! YO?! O vos jugas con los mios todo el tiempo.
Basta, en serio. No te hagas más la boba. Te vi el sábado comiéndote a otro
flaco.
Jesica: Pero qué decir Pepe?
Pedro: Dale, no te hagas la tonta. Te vi
clarísimo. Bien en el medio de la pista encima. Caradura.
Jesica: Ay, a qué hora?
Pedro: Qué importa la hora?! Qué?
Pensante que me iba temprano?
Jesica: No, para Pepe, en serio.
Escuchame. Las chicas… Me pusieron en pedo, por una apuesta y bueno, no sé qué
paso.
Pedro: Dale, nena. Ya fue. Decime la
verdad. De qué te sirve retenerme si después andas con cualquier otro?
Jesica: Es que sé que vos me querés en
serio... Perdón.
Pedro: Ya no hay perdón. Ya no te
quiero.
Pedro le dice eso, se levanta y se va. Seguía
sin poder creer cómo podía ser tan cara dura. Pero ya está. Nunca más caería en
sus redes.
Se sube a su auto y comienza a manejar
con destino a su casa, estaba con tanta bronca que tenía ganas de llorar, pero
se iba conteniendo para no mandarse ninguna locura con el auto. Iba con cuidado
porque sabía que sus nervios eran muchos.
Llega a su casa y justo sonaba el
teléfono fijo.
(Conversación telefónica)
Pedro: Hola?
Horacio: Hola hijo. Te fuiste rápido
recién de la oficina.
Pedro: Ah, si. Perdón si no te salude
hoy. Ando con muchos mambos.
Horacios: Epa, que paso?
Pedro: Nada, Jesica otra vez. O mejor
dicho nunca más. La deje, y para siempre. Otra vez me engaño.
Horacio: Bueno, me parece bien que tomes
esa decisión si asi se dieron las cosas por algo es. Vos te mereces algo mejor
hijo.
Pedro: Gracias pa. Sos un grande. Me
querías decir algo que me buscabas?
Horacio: Si, que este finde viene la prima
Rocio de Bariloche, se queda 3 días, y le dije de comer un asado el sábado, que
te parece? Así conoce tu casa y tus hermanos le ven terminada.
Pedro: Uh, arregle un asado con los
chicos el sábado…
Horacio: Bueno, deja Pepe.
Pedro: No, no, vengan. Nos juntamos
todos. Haga la inauguración oficial de la casa.
Horacio: Sos tan bueno hijo. Tenés un
corazón de oro. El más familiero y el más
amiguero.
Pedro: Bueno pa, no te pongas
sentimental jaja! Les avisas a todos?
Horacio: Dale, compro la carne acá en lo
de Tito?
Pedro: Encontré una carnicería que tiene
carne de primera, por acá a la vuelta, compro yo.
Horacio: Ah, dale. Bueno llevo las
bebidas.
Pedro: Okey. Nos hablamos pa.
Horacio: Para Pepe.
Pedro: Si, decime.
Horacio: Rocío se puede hospedar en tu
casa que vos tenés más lugar?
Pedro: Dale, no hay problema, es lo más
Ro… Siempre fuimos como hermanos nosotros.
Horacio: Es verdad, jugabas más con ella
que con Sonia o tus hermanas Jajaja! Besos hijo.
Pedro: Nos vemos pa.
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