Suena el
timbre y todos corren a esconderse en los lugares ya acordados, algunos detrás del
sillón, otros en la cocina o en el baño. Paula se dirige hacia la puerta, al
grito de “¿quién es?”. Del otro lado se escucha un “Yo Pochi, Barby”.
Al abrirle la
puerta solo le dan tiempo de que ponga un pie dentro de la casa y todos saltan
de sus escondites gritando “¡¡¡Sorpresa!!!”
Barby se queda
realmente muy sorprendida y sin reacción, todos se van acercando a abrazarla y
la hacen pasar.
Barby: ¿No me
digas que lo de la remera era todo una escusa Paulita? Ya me parecía que no tenías
nada mío. (Riendo)
Paula: Obvio
que era una escusa, no podías irte sin tu merecida despedida.
Barby:
Gracias. (Abrazándola) Pero… (Ahora mirando a su novio) ¿No íbamos a cenar
nosotros amor?
Benja: Era una
escusa también para que te prepares más linda de lo que ya sos y que tampoco
hagas algún otro plan.
Barby: ¡Ay, se
complotaron todos! Gracias amor. (Le da un beso a su novio y luego saluda a
todos sus amigos con abrazos) Gracias en serio chicos. No me lo esperaba.
Valen: No te íbamos
a dejar ir así no más. ¡¿Qué te pensas?!
Barby: Que son
lo más.
Salen todos
juntos al patio, charlan, recuerdan momentos juntos en la secundaria, o en
juntadas de cuando ya se habían graduado.
Llegan las
pizzas y empanadas, Pau atiende al delivery, le paga y lleva todo a la mesa. Mientras
Hernán las cortaba, recordaba la noche que en el viaje a Bariloche se habían escapado
del hotel antes de ir a Grisú, el boliche que les tocaba esa noche, para comer
unas ricas pizzas en un bar que había descubierto por la tarde durante la excursión.
Hernán: Lo que
nos reímos esa noche. Estábamos todos cagados porque nos descubran. Pero bueno,
en Bariloche es así, te querés sentir libre a full.
Santi: Fue la
mejor noche, encima después en Grisú tuve EL levante. (Risas)
Valen: Si, nos
divertimos mucho hasta que paso lo de Pepe y el ex de Pau.
Pau: Ay sí,
que horror. Que pibe.
Jose: Y por
suerte estaba el gran amigo Pepe que te salvo eh. (Guiñándole el ojo)
Pedro: Iba
todo bárbaro hasta ese momento. Me sacó.
Barby: ¡Cuenten
mejor que Benja y yo no estábamos!
Benja: ¿Por
qué amor? ¿No fuiste al viaje a Bariloche?
Barby: No,
mamá no me dejaba. Y bueno, ahora me rebelo y me voy a vivir a otro país. (Sonriéndole
a su novio)
Benja: Que
loco. Bueno, ¿Quién cuenta?
Se miran entre
todos y Pau aclara su voz para comenzar un breve relato, todavía no le causaba
mucha gracia esa situación, tal vez mas adelante si.
Paula: Bueno, estábamos
en Grisú, ese boliche que son todas como cuevas en la montaña, que te re perdés.
(Se ríe) Y bueno con las chicas habíamos ido al baño y después no podíamos volver
a encontrar a los chicos, dimos un montón de vueltas para poder encontrarlos y
en una de esas vueltas lo veo al que, en el momento, era mi novio del curso que
se estaba comiendo a otro minita, que se ve que se levanto por ahí. Me quería morir.
Y bueno, entre el enojo y el alcohol en sangre que tenía fui, lo aparte de la
chica y le encaje una cachetada que le deje la mano marcada en la cara.
“Y como él también
estaba bastante tomado me agarro del brazo y me empezó a gritar cosas re feas,
que cómo me atrevía a golpearlo, que quién me pensaba que era.
La estaba
pasando horrible y por suerte Pepe nos vio y se acerco, lo empujo para que me
suelte y me pude correr. Pero lamentablemente Francisco, mi ex, se la agarro
con Pedro y lo empezó a golpear hasta que vinieron los de seguridad a
separarlos.”
Benja: Ah,
noche movidita.
Pedro: Si,
pero bueno. No me arrepiento de haberme metido. Mira si le pagaba a Pau. Nunca
me lo iba a perdonar.
Pau: Gracias
de nuevo Pepe. (Lo mira con complicidad, como ocultando una parte de la
historia que solo ellos sabían)
Pedro: De
nada. (Le guiña un ojo confirmándole que él recordaba lo mismo que ella)
Recuerdo.
Esa misma noche cuando volvieron al hotel, Pedro fue
a visitar al médico que estaba a disposición de los egresados en el lugar que
los alojaban. Paula que se sentía bastante culpable lo acompaño y espero en la
puerta mientras el doctor lo atendía.
Él sale del consultorio y se acomoda en el pasillo
al lado de Pau, quien estaba sentada en el piso, apoyada contra la pared.
Pau: ¿Y? ¿Qué te dijo?
Pedro: Nada, que me ponga hielo, y me dio esta crema
antibiótica (mostrándole un pomito) para que me ponga acá, en la ceja porque
tengo un pequeño corte.
Pau: ¿Querés que te ponga yo?
Pedro: Dale. (Le pasa el pomito) Gracias.
Pau: A ver, quedate quieto. (Le dice acercándose a
él para ver bien donde tenía el corte y suavemente le empieza a poner la crema)
Y gracias a vos por ayudarme.
Pedro: Ni tenés que agradecerme, no iba a permitir
que te toque un pelo. Estaba re sacado el chabón. No te acerques más a él, por
favor.
Pau: No, obvio. Olvidate. No le dirijo más la
palabra ni nada.
Mientras le pasaba la crema, él no dejaba de mirarla
a los ojos verdes hermosos que ella tenía, siempre lo movilizaba mucho tenerla
cerca. Quiera admitirlo o no, tenía un cariño especial con ella.
Pau: Listo. ¿Te duele?
Pedro: Si, bastante. (Haciendo pucherito)
Pau: Bueno, tampoco exageres eh. No te quieras
aprovechar. (Se ríe)
Pedro: Por ahí si me das un besito acá, que es donde
más me duele, se me pasa. (Señalando la comisura de su boca)
Paula que también sentía un cariño especial aunque
nunca se animaba a confesarlo, se acerca lentamente a él para darle un beso
donde le indicaba. Él, más pícaro, y un poquito más caradura que ella le corre
la cara haciendo de ese beso, un pico. Paula se aleja rápido, toda colorada,
muerta de vergüenza. Sin saber que decir.
Pedro tenía miedo de haber metido la pata, por lo
cual como si nada hubiera pasado, sigue hablando de otra cosa.
Pedro: ¿Me acompañas a buscar hielo a la cocina?
Pau: Dale, vamos.
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Buenas noches chicos. Muchas gracias por leer. ♥
Agos.
bjk Ame este capitulo re lindo Agos , me movio la tierra jajaja besos
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