Miércoles por
la mañana, más temprano de lo que acostumbraba levantarse siempre, Pedro ya
estaba desayunando. Ese día su amiga Bárbara viajaba a Roma y todos iban a ir a
despedirla al aeropuerto, debía estar allí en una hora y media. Se había levantado
bien temprano para llegar a tiempo, ya que durante la noche había llovido sin
parar y todavía continuaba, por lo que iba a tener que manejar despacio y con
paciencia.
Anoche había pensando
decirle a Pau para ir juntos. Pero le parecía muy cara dura haberla tratado mal
y ahora llamarla para viajar juntos. Tampoco le gustaba la idea de hablar
durante el viaje quería mirarla a los ojos cuando tuvieran la charla para
arreglar la discusión que habían tenido. Igualmente pretendía que la charla no
pasara de ese día.
Lava las cosas
que utilizo en el desayuno y se encamina con su auto al aeropuerto, como el
viaje era de al menos una hora, se lleva varios CD’s de los que más le gustaban,
para entretenerse. Entre ellos lleva uno de Ciro y los persas, es el primero
que se pone a escuchar. La canción “Insisto” definitivamente tenía un
significado especial. Lo que hoy Pedro iba a ser era Insistir para que ese amor
no muera.
“Insisto, nunca morirá este amor.”
Llega al
aeropuerto. Busca un lugar para dejar su auto en la amplia playa de
estacionamiento, queda un poco lejos pero era lo que había. Por suerte había
llevado un paraguas porque seguía lloviendo con constancia.
Cuando entra
al hall, llama a Hernán para ver si ya estaba por allí, afortunadamente su
amigo ya había llegado y estaba con las chicas, le indica hacia donde ir y se dirige
al encuentro de los demás.
Cuando los ve,
que ya estaban todos, los saluda uno por uno, deteniéndose a mirar a Pau a los
ojos para que note su arrepentimiento o las ganas de charlar pero ella no le
dirige la mirada, solo le de un frio beso. Por último Pepe saluda a Barby con
un emotivo abrazo.
Pedro: Ay, ¡te
vamos a extrañar rubia!
Bar: Y yo a
ustedes. Pero obvio que vamos a hablar por skype o facebook. Por suerte ahora
la tecnología permite que estemos cerca a pesar de las distancias.
Valen: Si, es
verdad. Lo único que por ahí nos complica es el cambio de horario. Pero nos la vamos
a arreglar.
Bar: Claro que
sí.
Benja: Amor,
vamos a hacer el check-in. Que en un ratito sale el vuelo.
Bar: Ay no me
digas así que me pongo nerviosa. ¡No falta nada!
Benja: Dale
loquita. (Risas)
Valen: (A Jose
y Pau) ¿Vamos a chusmear perfumes al free shop?
Pau: Si, ¡y
chocolates!
Jose: Siempre
igual vos. ¡Golosa!
Hernán: Santi,
Pepe, me acompañan a desayunar algo a la cafetería de allá (señalando un
negocio) que no comí ni tome nada porque me levante sobre la hora.
Pepe: Siempre
durmiendo hasta último momento vos… ¿Cuando no?
Santi: ¡Yo
tampoco desayune eh!
Pepe: (Risas)
Lo imaginaba, vamos.
Cada uno por
su lado, hacen tiempo hasta que Barby y Benja ya dejan todo listo para luego
subir al avión.
Se vuelven a
reunir todos, se saludan.
Abrazos, lágrimas,
despedidas.
Pau estaba muy
emocionada por su amiga y no podía parar de llorar. Se escucha el llamado de
vuelo hacia Roma, y se saludan todos nuevamente, esta vez, por última vez. Pau
lloraba porque la iba a extrañar, lloraba porque estaba feliz de que esté
realizando su vida junto a su amor, lloraba de verla feliz a ella. Barby y
Benja se van.
Valen: Tranqui
Pau, tranqui. Va a estar feliz allá.
Pau: Si, ya
se. Es que no lloro solo porque la voy a extrañar, también porque me emociona
que lo haya conocido a Benja, y hayan encontrado un camino juntos, me alegro de
todo lo que le pasó.
Santi: Ah
bueh, ¿te agarro el viejazo Pochi o estas sensible? (Abrazándola) Vení para
acá, tranquilízate. Te quiero nena.
Pau: Gracias
Santi. Creo que estoy sensible hoy.
Cuando Santi
la suelta, Pedro también intenta abrazarla, le hacía mal verla llorar así, pero
Pau se aleja y esquivándolo se pone a hablar con Jose. Él comprende que no solo
se había quedado dolida, sino que también estaba muy enojada. La iba a tener
que remar más de lo pensado. De solo intuir que el motivo de que Pau este tan sensible
podía ser él, lo hacía sentirse aún más culpable.
Todos juntos
salen del aeropuerto hacia la playa de estacionamiento para volver a sus casas
o trabajos, pero Pedro no quería perder la oportunidad de hablar con Pau así
que se acerca a ella.
Pedro: Pau, ¿querés
que te alcance a tu casa? Vine solo en el auto yo.
Pau: No,
gracias. Voy directo a la oficina y me alcanza Jose.
Pedro: Ah, es
que… Quería hablar con vos.
Pau: Después
Pedro.
Pedro: Ok,
después. (Con tono triste)
Pau: Chau, nos
vemos. (Y se va con Jose)
Paula corre
hacia el auto junto con su amiga, ya que seguía lloviendo. Entran igual de rápido
y comienzan la vuelta a capital, donde estaba la oficina de Pau.
Jose: ¿Y? ¿Qué
onda con Pepe? ¿Qué te dijo recién?
Pau: Me dijo
de volver con él en su auto y hablar.
Jose: ¿Y QUE
HACES ACÁ?
Pau: No quiero
hablar con él. ¿Qué se piensa? ¿Que soy su juguete? No, no y no. Así no son las
cosas.
Jose: Si, tenés
razón. Pero no hagas lo mismo que él te hizo a vos.
Pau: ¿De qué
me hablas? ¡Si yo no salgo, ni salí con Matías y nunca le tire onda!
Jose: Ya se
amiga. No me refiero a eso. Me refiero a que él, el otro día, no te quiso
escuchar y estaba confundido con los motivos de su enojo. Yo te diría que lo
escuches. Capaz que viste cualquiera vos.
Pau: No vi
cualquiera Jose. Era Jesica saliendo de su casa, y punto.
Jose: Ay, me
da pena que las cosas se dieron así. Los veía tan bien juntos.
Pau: No te
preocupes, que yo soy la más apenada.
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Disculpen la demora pero ayer tuve un día a mil.
Seguramente a la noche suba el 60. Pero no es nada seguro. Jajaja!
Gracias por leer siempre. Besos ♥
Feliz domingo.
Agos.
subiii maaaaaaaaas! me encanta
ResponderEliminaray nooo subi más y que se reconcilien!!!
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