Pedro feliz
por la confirmación a cenar de su chica, pone manos a la obra ya que quería
sorprenderla con un lindo regalito. Le había dicho que en 30 minutos llegaba a
su casa así que ese era el tiempo que tenia para planearlo todo.
Hace unos días,
mientras hacia el mantenimiento de la pileta en su patio, viendo la escalera que los albañiles se habían
olvidado y nunca fueron a buscar a pesar de que les había avisado, se le ocurrió
que podían utilizarla con Pau para visitarse sin tener que dar toda la vuelta
manzana.
Pensaba
amurarla a la pared de su patio para que quede fija y pintarla de blanco, porque
estaba manchada con cemento, cal, pinturas de varios colores, debido al uso que
le daban los albañiles. Ahora el problema era que una vez que subía de su lado,
debía saltar hacia la casa de Pau, o si ella quería ir hacia la casa de él iba
a tener que usar una silla o algo así.
Problemas. ¿Cuándo
no? Se puso en marcha hacia la ferretería que estaba a unas cuadras de su casa,
va con el auto para poder traer la nueva escalera que iba a comprar y también para
hacer más rápido.
Al volver, espía por la medianera del fondo para
ver si Paula había llegado. Por suerte aún no estaba. Había decidido que
pintaría ambas escaleras con la pintura que también compro en la ferretería,
pero no ahora porque no iban a poder usarlas esa noche cuando se la quiera
mostrar a Pau.
Amura la
escalera que iría de su lado y pasa rápido al fondo de Pau a amurar la del lado
de ella. A penas pone un pie en el patio Moro se le va al humo ladrándole.
Pedro: Sh, sh.
Tranquilo Morito soy yo, Pepe.
Moro le huele
los pies y en el acto lo reconoce y comienza a moverle la colita amigablemente.
Pedro: Que
lindo sos Motito. No le digas a mamá que estuve acá eh. Sh. (Lo acaricia y continúa
con su trabajo)
Termina de
amurar la escalera y se le ocurre un regalito más… Se despide de Moro y vuelve
a su casa para luego ir a comprar lo que
había pensando y de pasada también la cena.
Cocinando era
un desastre y prefería que en esa “primera cita formal” coman algo rico. Luego
de pensar un rato elige comida mexicana, no sabía si era lo ideal para la ocasión,
pero tenía ganas de comer tacos, o quesadillas.
Paula termina
de ordenar todo en su trabajo y queda agotadísima, ya que su compañera se
retiro antes porque se sentía mal y tuvo que hacer todo sola. Pero bueno, saber
que Pepe la iba a estar esperando para cenar la ponía de mejor humor a pesar
del cansancio.
Termina sus
cosas, saluda a su jefe y se dirige a su casa.
Entra, deja su
bolso en el sillón, saluda a Morito rápido y se mete en la ducha apurada por
ver enseguida a Pedro. Lo extrañaba.
El agua siempre
la relajaba, es así que logra bajar un cambio y comenzar disfrutar del agua
cayendo sobre su cuerpo y concentrarse en relajar cada uno de sus músculos.
Sale de la
ducha con una paz terrible, se dirige a su habitación a cambiarse. Una vez lista,
con una remera y un lindo short de jean, bien clásica, se perfuma, acomoda su
pelo, y sale al patio en busca de Moro.
Una vez en el
patio queda media sorprendida con lo que ve. ¿Qué hacia una escalera en la
pared del fondo?
Se acerca a
investigar, olvidándose de Moro por un momento, y cuando estaba por tocar la
escalera con su mano, Pedro se levanta rápido del otro lado de la pared diciendo
“Hola hermosa”.
Paula: (Alejándose
de la escalera para mirarlo) Ay tarado. ¡¡Me asustaste!!
Pedro: Ufa, ¿yo
te digo hermosa y vos me decís tarado?
Paula: Es que
me re asustaste. ¿Qué haces ahí? ¿Qué hace esto acá? (señalando la escalera)
Pedro: Es que…
Se me ocurrió una idea y arme todo para sorprenderte. Con esta escalera amurada
de tu lado y la que puse acá, de mi lado, nos podemos visitar con más
facilidad. (Le sonríe)
Paula: Sos un
divino. (Le responde con los ojitos brillantes de amor)
Pedro: ¿Te
gusta? Sino la saco. Igual pensaba pintarla de blanco para que quede más linda.
Paula: Muy
decorativa no es, pero pintada puede quedar mejor. A demás si me permite estar
más cerca tuyo me EN (sube un escalón) CAN (sube otro escalón) TA (Subiendo el
último escalón y dándole un tierno beso)
Pedro: (Tomandole
su cara con ambas manos y pegando nariz con nariz) Linda, linda, linda. Cada
día me sorprendes más, nunca había conocido esta faceta tuya.
Paula: Y no, éramos
amigos nada más. Y con mis amigos no soy tan así.
Pedro: Menos
mal.
Paula: ¿Así
que don Alfoncito es celoso? (Risas)
Pedro: No
mucho, pero espero que no seas así de cariñosa, como fuiste recién conmigo, con
tus amigos.
Paula: No,
gordo, obvio que no. ¿Vamos a cenar en la medianera? (Riéndose)
Pedro: Ay no,
perdón. ¿Pasas por acá?
Paula: Dale.
Primero le
pasa a Moro, luego pasa ella y entran en la casa de Pedro:
Pedro: Bueno,
como ya sabes no soy para nada cocinero, así que fui a comprar tacos para que
comamos. ¿Te gustan, no?
Paula: Si, me
encantan. Y tienen una pinta. ¡Qué rico!
Pedro ya tenía
la mesa armada con las cosas necesarias para cenar, así que se sientan uno al
lado del otro y Pedro sirve la comida para los dos.
Cenan mientras
charlan y se ponen al día, entre mimos y besos también.
Paula: Estaba
muy rico todo Pepe, gracias. Y me encanto tu idea de las escaleras. Sos lo más.
(Lo abraza)
Pedro: De nada
Pau, y todavía tengo una sorpresita más.
Paula: ¿En
serio? ¿Qué, qué? ¡Contame!
Pedro: Para,
ansiosa, cerra los ojos.
Paula: Ay no,
dale.
Pedro: Cerra
los ojos.
Paula: No me
gusta ese jueguito.
Pedro: Ok. No
tenes sorpresa.
Paula: No,
dale Pedroo.
Pedro:
Cerralos.
Paula: Okey.
Listo. (Cerrando los ojos)
Pedro se aleja
buscando el regalito.
Paula: ¿Dónde vas?
Pedro: Para,
ansiosa. (Risas) ¡¡No abras eh!!
Paula: No,
dale.
Le pone en sus
manos una caja de bombones que había comprado un rato antes cuando salió a
buscar la comida. Paula abre los ojos sorprendida, no se esperaba ese lindo
detalle.
Paula: Ay, son
mis favoritos. ¡¡¡Gracias!!! (Se tira encima de él abrazándolo y besándolo)
Pedro: Mmm, me
parece que te voy a regalar más seguido chocolates si vas a reaccionar así.
Paula: Que
tontito. (Alejándose un poco avergonzada por haberse tirado así encima de él)
Pedro: No,
ahora no te hagas la tímida. (Vuelve a besarla)
Sin separarse
de ella la dirige hacia el sillón, se sientan ambos allí. Se miran a los ojos
con mucho amor. Estaban tan felices juntos, la pasaban tan bien, que ninguno de
los dos quería separarse nunca. Los besos iban aumentando en intensidad al
igual que los mimos, con el correr de los minutos.
Pedro era el
que más avanzaba, sentía muchas cosas y quería
demostrarlo. Pensó que tal vez estaba yendo muy rápido, pero mientras Pau no lo
detuviera, él iba a continuar.
Pau, por su
parte, estaba muy segura de lo que sentía por Pedro, pero no de seguir
avanzando esa misma noche. Creía que era muy pronto. Por el momento todo iba
controlable hasta que Pedro intenta recostarla sobre el sillón, y pasa una de
sus manos por debajo de la remera de ella acariciándole la espalda. Es ahí, al
sentirlo a él tan decidido a avanzar, cuando ella decide detenerlo, se aparta
un poco y ya no vuelve a besarlo.
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Capitulo DEDICADISIMO a Agos (@Juliamorciego) e Ire (@Ire49) que me ayudaron a armarlo y siempre que me trabo me tiran una idea una frase. GRACIAS!!! Las quiero MUCHO.♥♥
También dedicado a Luchi (luuchitravaini) , por aceptarme en su familia. Jajaja! GENIA! ♥
Buena semana para todos!!! Gracias infinitas.
Agos.
Un placer. Y ojala se repitan las charlas como la de hoy. Welcome to he family. Jajaja
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