martes, 11 de diciembre de 2012

Capitulo 124 ♥


A las ocho en punto Pedro estaba tocando bocina y estacionado frente a la casa de Pau. Nunca había sido tan puntual por lo que su novia estaba muy tranquila sentada en el sillón mirando un poco de televisión para esperarlo, cuando escucho la bocina, corrió hacia la ventana que daba al frente, le grito “Ya voy amor” y volvió a correr para buscar su cartera un saquito porque estaba refrescando, su celular, las llaves y por suerte las demás cosas necesarias ya las había puesto en la cartera hacía un ratito.
Saludo a Morito con algunas caricias, se fijo que tenga agua y comida en sus platitos y salió de su casa sonriendo, saludo a Pedro con la mano y antes de dirigirse al auto cerró la puerta con llave.
Se acomodó en el lugar correspondiente al acompañante, tiro su cartera y su saquito al asiento de atrás y se abalanzó sobre Pedro para abrazarlo.

Pau: ¡Hola amor!
Pedro: ¡Hola mi vida! ¡Qué hermosa estas!
Pau: Ay, nada que ver, me vestí tranqui…
Pedro: ¡Si esto es tranqui no me quiero imaginar cómo es arreglada!
Pau: (Riendo) Sos exagerado. ¿A dónde vamos? (Pregunta con mucho entusiasmo)
Pedro: ¡Sorpresa!
Pau: Ay no, dale. (Haciendo pucherito)
Pedro: No te voy a vendar los ojos ni nada de eso, así que podes adivinar mientras vamos, pero yo no te voy a decir.
Pau: Ufa, bueno pero dale, arranca.
Pedro: Que impaciente que estas hoy. No voy a arrancar hasta darte otra sorpresita.
Pau: A ver… (Sonriendo)
Pedro: Primero dame un pico por lo menos. (Poniendo trompita con la boca)
Pau: Que vueltero estas hoy eh. (Pero enseguida se acerca y tomándolo por las mejillas le da más que un pico)
Pedro: Apa, tendría que traer un regalo más grande con ese beso. (Riendo) Toma, espero sean los que te gustan. (Saca de la guantera la caja de bombones que había comprado hacía unas horas)
Paula: Si, obvio, sabes que me encantan los chocolates. Todos. ¡¡Gracias!!
Pedro: De nada, igual me vas a convidar, ¿no?
Paula: No se, lo voy a pensar. Pero dale, ¡Arranca!
Pedro: Okey. (Riendo) Vamos yendo entonces.

Durante el viaje Pau pudo observar que cruzaban Capital y se dirigían hacia la costanera sur.

Pau: ¿No querrás ir a comer un sanguchito en un carrito, no?
Pedro: (Riendo) No gorda, esta va a ser la primer parada. (Dice mientras estacionaba, ya habían llegado)
Pau: Ah, bueno. (Sonríe)
Pedro: Que raro que no preguntaste a donde vamos a ir después.
Pau: Es que ya sé que no me vas a decir.

Pedro si ríe y baja del auto, mientras Paula agarra su cartera y su saquito del asiento trasero el ya se encontraba abriéndole la puerta.

Pau: Apa, que caballero.
Pedro: Y bueno, a veces esta bueno hacerse el príncipe azul.
Pau: (Saliendo del auto y abrazándolo) Vos sos mi príncipe siempre.
Pedro: Y vos mi princesa. ¿Vamos?
Pau: Si. Dale, camina vos que yo ni idea a donde vamos.
Pedro: En realidad vine para acá solo porque tenía ganas de caminar un poco con vos, y este lugar es re lindo. A demás me traer recuerdos.
Paula: Ah, ¿sí? ¿Qué recuerdos?
Pedro: Recuerdos de cuando empezó todo esto…
Paula: ¿Todo qué?
Pedro: Estas preguntona hoy, eh. Encima desmemoriada. ¿Con quién viniste a tomar mates acá cuando estabas triste?
Paula: Ah, sí, cuando falleció mi tío. (Se pone triste) Con vos vine.
Pedro: Si, pero no te pongas triste…
Paula: No, perdón, es que lo extraño mucho… (Pedro la abraza y se quedan así un rato en silencio y sin caminar) Seguí contándome la elección del lugar. (Ahora sonriendo)
Pedro: Bueno, ese día… Vinimos acá y me termine de dar cuenta de que los sentimientos que tuve cuando era un pibito no se habían ido como pensaba, seguían ahí escondidos, tapados por mí mismo. Me encantabas, me encantaste siempre y me encantas ahora.
Paula: (Mordiendo su labio inferior a causa de la ternura con la que hablaba su novio) Que lindo sos. Te amo.

Pasearon largo rato abrazados, mirando hacia las estrellas, relajados, respirando paz. Por suerte el cielo estaba despejado y sobre el río, al no haber la contaminación lumínica de la ciudad, podían ver el cielo estrellado que esa noche les regalaba.
Transitaban los primeros días de abril y las noches eran más frescas pero nada que les impida seguir caminando y charlando esa noche abrazados y con sus saquitos puestos.
Cuando ambos habían comenzado a sentir hambre caminaron en dirección al auto nuevamente y salieron rumbo a un restaurant en el cual Pedro había reservado una mesa.
Al llegar Pau se queda encantada, era un lugar divino, varias veces había pasado por allí y se había quedado encantada con el lugar pero nunca se hubiera imaginado que Pedro la llevaría. Otra vez la estaba sorprendiendo.
Ingresan al lugar Pedro dice su nombre al meitre quien los acompaña hasta la mesa que les correspondía.
Por suerte estaban alejados del resto de los comensales y podían charlar tranquilos, se sientan enfrentados en la mesa y el maitre les deja una carta a cada uno para luego retirarse y que puedan elegir que iban a cenar.

Pau: ¡Que hermoso este lugar gordo! Siempre quise venir.
Pedro: ¿En serio? Le re pegue.
Paula: La verdad que sí. (Sonriendo)
Pedro: Bueno, a decir verdad, le consulte a Jose si sabía de algún lugar que te gustara mucho para cenar. Primero me dijo Mc Donalds (Riendo) pero le dije que esta vez quería un lugar más serio y me dijo de venir acá.
Paula: Sos más dulce.

Eligen cada uno su plato preferido y acompañan su comida con un rico vino.

Paula: Che, tenemos que definir a donde vamos en Semana Santa, ¿no? Así mañana buscamos alguna casita o departamento por internet.
Pedro: No, ya está.
Paula: ¿Cómo ya está? (Preocupada) ¿No vamos a ir? (Entristeciendo su rostro)
Pedro: (Riendo) ¡Para loquita! Obvio que vamos. Ya está, que ya reserve. Cuando hable con Jose por el restaurant también le pregunte si ese tío que tiene la casa a la que fuimos en el verano tenía una más chica, o algún conocido que tenga una casa más chica y me pasó el número de dos personas. Uno ya la tenía alquilada y el otro no, así que ya la reserve. Vamos de nuevo a Costa del Este y obvio que vamos a ir a visitar nuestra playa, donde nos pusimos de novios.
Paula: ¡Ay! No podes ser más perfecto. Gracias, gracias. GRACIAS por absolutamente todo. Te amo con el alma.
Pedro: Y yo a vos mi vida.

A pesar de que la mesa los separaba ambos se estiran y se dan un dulce beso, luego de separarse se quedan tomados de la mano y charlando mientras esperaban la comida.
Cenan en ese hermoso lugar disfrutando de la perfecta noche, no había nada que pueda hacerlos enojar, pelear, tener celos, ni nada por el estilo esa noche. Solo eran ellos, solo eran Pedro y Paula. Juntos, enamorados e invencibles.  


---------------------------------------------------------------------------------------------------

Capitulo dedicado a Pedro y Paula. No lo leen, obvio. Pero ellos son mi inspiración .. Ellos son la causa de mucha de mis risas, de muchos de mis llantos, de muchas de mis emociones y se merecen lo mejor del mundo, son hermosas personas y me da mucha bronca cuando aparecen este tipo de piedras en el camino que no quieren nada más que dejarnos sin ganas y vencernos. Pero no. ellos no se dejan vencer así de fácil y siguen adelante y con ese ejemplo me quedo. Nunca me voy a dejar vencer, ellos nos demuestran que aunque las situaciones sean adversas SE PUEDE.

Gracias a los que leen y perdón por usar este espacio para hacer mi descarga. Buenas semana para todos.

VAMOS PYP CARAJO!! VAMOS QUE ESTE ES EL AÑO! ♥

1 comentario: