miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capitulo 129 ♥


Por la noche se vuelve a formar otra tormenta muy ventosa y esta vez también eléctrica, tanto ruido logro despertar a Pedro, se acomodó para volver a dormirse pero la vio a Pau toda acurrucada y destapada, seguro muerta de frío, se levanto y la tapo bien para ahora sí continuar durmiendo. Paula se movió un poco acomodándose y lo abrazo, en esa misma posición, agarrada fuertemente al torso de su novio, se despertó al otro día cuando el sol que entraba por la ventana le empezó a dar en los ojos. Por suerte se había despejado un poco, parecía que el viento finalmente había conseguido arrastrar a las nubes hacia otro lugar.
Se desperezo y a penas bajo los pies pudo sentir que Morito se los lamió.

Pau: Moro, no hagas eso. (Riendo)

Lo agarro en brazos y se lo llevo a la cocina con ella, así no despertaba a Pepe mientras ella preparaba el desayuno. Encendió una hornalla y puso agua a calentar en la pava para tomar unos ricos mates con su novio, también cortó un budín, el cual habían comprado el día anterior y lo puso en un plato. Mientras limpiaba el mate para ponerle yerba nueva sintió unas manos en su cintura, primero se asusto pero luego acaricio las manos con ternura, sabiendo que solo podía tratarse de Pedro. Se dio vuelta con una sonrisa en su rostro y le deposito un rápido beso

Pau: ¡Ay Pedro! Me asustaste.
Pedro: (Riendo y con su mejor cara de dormido) Perdón, solo quería abrazarte.
Pau: Es que siempre venís tan silencioso… (Lo abrazo y luego lo beso) Buen día mi amor, que carita de sueño.
Pedro: Buen día hermosa. ¿Dormiste bien?
Pau: Si, re profundo. Ni siquiera me acuerdo cómo llegue del sillón a la cama. Habré ido re sonámbula, ¿no?
Pedro: (Riendo) No, en mis brazos fuiste.
Pau: ¿De verdad?
Pedro: Si, te dormiste viendo la peli y te lleve.
Pau: ¡Que tierno! Gracias. (Volvió a besarlo)
Pedro: Que pinta tiene ese budín. (Miro el plato que se encontraba sobre la mesada)
Pau: Si, te iba a llevar todo a la cama para sorprenderte y me sonaste.
Pedro: Gracias linda, no importa, igual lo vamos a comer.
Pau: Obvio. ¿Desayunamos acá? (Tomo una silla de la mesa que estaba en la cocina y amagó a sentase pero Pedro la interrumpió)
Pedro: ¡No! ¿Vamos afuera? Ahí, a la galería de la casa.
Pau: Dale. Aprovechemos el solcito que hay ahora. Espero que dure todo el día.

Entre los dos llevan las cosas necesarias para el desayuno a la galería y disfrutan de los mates y el budín allí, como el clima los acompañaba en este nuevo día que pasaban en Costa del Este, decidieron ir a la playa antes de comer para disfrutar un poco del mar antes de que llueva de nuevo. Esperaban que el tiempo se mantenga así de lindo pero nunca se sabe.
Para suerte de los dos y de Moro también, el día se mantuvo hermoso y pudieron aprovecharlo tomando un poco de sol en la playa por la tarde. Pedro, que era más corajudo en cuanto a hacerle frente al frío, también se metió al mar. Después de disfrutar un rato entre las olas salió y corrió hacia la carpita que habían armado cuando llegaron, desesperado por una toalla. Allí estaba Pau sentada con Moro, ella enseguida se levanto, lo cubrió con una y lo abrazo para pasarle su calor.

Pau: Sos un loquito vos. ¡No hace tanto calor como en el verano!
Pedro: Bueno, pero tampoco hace frío, además así me das calorcito vos.
Pau: Vos te queres aprovechar de mí.
Pedro: ¡Eso siempre!
Paula: ¡Pedro! (Separándose de él lo suficiente para golpearle el hombro)
Pedro: ¡¿Qué Paula?! (Riendo e imitando su forma de hablar)
Paula: Nada, que sos un tonto.
Pedro: El tonto que más te ama.
Paula: Que chamuyero estas hoy.
Pedro: ¡Mentira! Solo estoy siendo sincero.

Paula lo vuelve a abrazar y así lo lleva hasta la carpita donde ambos se sientan en el suelo y comienzan a besarse y mimarse.

Pedro: ¡Ay! ¡Te amo, te amo, te amo!
Paula: Yo más.
Pedro: Amo que podamos tener estos momentitos juntos, alejados de todo y de todos.
Paula: Si, tal cual. Fue muy buena tu idea de venir acá amor.
Pedro: Y si… Si soy un genio yo.
Paula: Bueno genio, no quiero ser corta mambo, pero vamos yendo que ya es tarde y me está agarrando frío a mí, no sé cómo haces vos para aguantarte.
Pedro: Ya te dije que con vos siempre tengo calor.
Paula: (Ríe a carcajadas) Me haces reír tarado, dale. Ayudame a juntar las cosas y vamos.

Al ratito ya estaban en la casita de nuevo, Pau se mete al baño primera para ducharse y prepararse para esa noche que irían a comer a algún lugar por el centro, al menos eso le había propuesto Pedro.
Luego se ducha él y efectivamente salen a cenar. Encuentran un restaurant con más pinta a barcito que a restaurant pero era lindo lugar y parecía que tenían buena comida ya que había mucha gente en el local, encargan salmón a la parrilla para los dos y lo acompañan con un sabroso vino blanco. Cómo era Viernes Santo no debían comer carne y por eso la elección del pescado.
Mientras esperaban que traigan el pedido Pedro se levanto de la mesa y fue al baño. Pau aprovecho el momento a solas para mandarles un mensajito a Valen y otro a Jose contándoles que la estaban pasando bárbaro y preguntándoles a ellas cómo estaban. No recibió respuesta de ninguna en ese momento pero si comienzo a sonar el Blackberry de su novio, el cual había dejado sobre la mesa justo frente a ella. Pensando que seguramente se trataba de alguno de los chicos lo tomo y se fijo, pero enseguida su rostro pasó de tener una sonrisa grabada por los lindos días que estaba pasando con Pepe a una seriedad total ante lo que leía.
El mensaje que acababa de llegarle a su novio era de una tal “Natalia”… Al verlo su mente viajo precisamente al día que, buscando ropa en la casa de su novio encontró una bolsa con un regalo para Pedro de parte de esa misma chica, según había leído en la tarjetita que llevaba la bolsa.
Como en ese momento vio que su novio salía del baño que quedaba en la otra punta del restaurant, sin leer el mensaje lo marco como leído y dejo el teléfono donde lo había encontrado con anterioridad.
Obviamente él vio que lo había agarrado y cuando llego la interrogo.

Pedro: ¿Llamo alguien gordi?
Paula: No, te llego un mensaje. Pero lo estaba por ver y justo venias, por eso lo deje.
Pedro: Ah, bueno. Después me fijo.
Paula: Pero fijate, por ahí es importante. (Quería ver la reacción en la cara de él cuando lea el nombre del destinatario del mensaje, si se ponía contento, se preocupaba o qué.)
Pedro: A ver… (Toma el teléfono y sonríe al instante. Con mucha alegría responde el mensaje)

Paula muere de celos y de bronca, continúa seria pero no hace ningún comentario, enseguida llego el mozo y le trajo la solución a sus pocas ganas de hablar… Mientras comía era lógico que no quiera conversar tanto. Pedro se dio cuenta que estaba más distante, a su novia ni la comida la callaba tanto… Pensando que tal vez se trataba de cansancio no la interrogo al respecto.
Terminaron la cena y caminaron por la peatonal, Pau disimulaba su mal humor mirando cada vidriera que encontraba en su camino evitando así, las extensas conversaciones que podría entablar su novio. Pedro le propuso caminar un rato por la playa ya que el cielo estaba estrellado esa noche, Pau acepto pero después se arrepintió de haberlo hecho, en la playa todo era silencio, solo se escuchaba el sonido de las olas rompiendo en la costa y al no tener ninguna vidriera, ni más gente caminando alrededor de ellos que los pueda interrumpir no le quedaba otra que hablar y responder cada pregunta que Pedro le hacía, igualmente todas las respuestas eran lo más cortante.

Pedro: Eu, gordi, ¿te pasa algo? (Le pasa un brazo por su hombro para caminar abrazados)
Pau: Nada Pedro.
Pedro: Mmm, no te creo.
Pau: En serio te digo.
Pedro: Estas media cortante.
Pau: Te dije que no me pasa nada.
Pedro: Bueno.
Pau: (Sacando la mano de Pedro de su hombro para cambiar de dirección) Volvamos a casa.
Pedro: Esta bien. (Se queda preocupado, no la entendía)

Caminan en silencio hasta la casa y Moro los recibe con alegría. A él, Pau lo saluda con todo el amor y le hablaba un montón. “Como si le fuera a responder algo” pensaba Pedro quien ya estaba enojado por la actitud de su novia que seguía ignorándolo todo lo que le era posible.

Pedro: ¿Me vas a decir que te pasa?
Paula: Nada, ya te dije.
Pedro: Bueno, me voy a mirar la tele al sillón. Si me queres contar ahí voy a estar.
Paula: Como quieras. Yo me voy a la cama.

Pedro se quedo profundamente dormido en el sillón, mientras que Paula en su cama acostada con Moro no dejaba de maquinarse, se hacia las mil y una historias de quien podía ser Natalia y por qué Pedro no le decía nada sobre ella… Si estaban de novios se suponía que había confianza entre ellos, le llamaba la atención que haya una mujer con la cual parecía que tenía una muy buena relación y no se la mencionaba.  
Esperaba que Pedro fuera a acosarse con ella, quería que en algún momento aparezca, de la cara, más le molestaba que ni siquiera se haga un poquito de cargo del enojo de ella e intente ir a arreglarlo, y que él no haga presencia en la habitación hacia que su mal humor crezca más aún. Tenía mucha bronca, había confiado muchísimo en él cuando cambiaron la relación de amistad a noviazgo, se sentía un poco defraudada. Finalmente, bastante tarde y luego de muchas vueltas cayo rendida, dormida.

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El primero de hoy. Disfruten! (? jajajaa

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