Pau
y Pepe estaban sentados dentro de la carpita playera, el faro acababa de
encenderse y, justamente, su faro giraba para cumplir con su función, que los
barcos a ver la luz ubiquen la costa y no encallen. Moro, ya cansado, reposaba
sobre un toallon que estaba extendido en el fondo de la carpa.
Pedro:
¿Tenés mucho frío amor? (Pau estaba sentada abrazada a sus piernas)
Pau:
Bastante, pero quiero ver el atardecer como planeamos.
Pedro:
Si, yo también. ¿Querés mi campera?
Pau:
No, sino te agarra frio a vos. Estoy bien, en serio. Ya está por caer el sol.
Pedro:
Bueno, no quiero que te me resfríes. Veni que te abrazo. (Extiende un brazo
hacia ella que estaba bastante distante de él)
Ella
se acerco y se acurruco bajo su brazo y otra vez volvió a reinar el silencio
entre ellos, hasta que fue Pedro nuevamente quien lo rompió.
Pedro:
¿Sabias una cosa?
Paula:
Mmm, ¿de qué? (Separándose un poco para poder mirarlo a los ojos)
Pedro:
(Devolviéndole la mirada) Cada día te amo más. Pero en serio te digo eh. Nunca
me creí capaz de sentir tantas cosas a la vez, todas hermosas por una persona.
Hermosas cosas como vos.
Paula
solo sonrió y bajo la mirada, se sentía culpable por desconfiar de él pero no
podía evitarlo y le daba vergüenza sacar a la luz sus celos cuando él era re
tierno todo el tiempo con ella y le hacia estas confesiones de amor que la
dejaban sin aliento. Suspiró y se acurruco más pegada al cuerpo de su novio
para luego susurrarle “Te amo demasiado”.
Él
la abrazo con más fuerzas y deposito un beso en la coronilla de la cabeza de
ella.
El
cielo ya estaba tomando un color entre violeta y anaranjado, el sol esparcía
sus últimos rayos de luz del día sobre la costa y se preparaba para terminar de
esconderse. La vista que tenían los chicos era hermosa, el momento era
especial, solo lo interrumpían los ronquidos de Moro que descansaba detrás de
ellos.
Pedro:
Que tierno que es Moro, siempre arruinando los hermosos momentos.
Paula:
Pobre, está cansado. (Riendo a carcajadas ante el repentino comentario de su
novio) Lo hicimos correr mucho hoy.
Pedro:
(Riendo) Si, es verdad. ¿No trajiste la cámara de fotos?
Paula:
No, soy una boba, me la olvide en Costa del este.
Pedro:
No importa, tenemos los celulares, no va a salir igual pero quiero una foto de
nosotros dos con el sol poniéndose detrás.
Paula:
Dale.
Sin
levantarse del piso se giran para quedar de espaldas al atardecer y Pedro
estira su mano con el celular listo para la foto, besa una mejilla de Pau y
presiona el botón perteneciente a la cámara.
Luego la observan juntos.
Paula:
¡Ay no! Que foto más tierna. Me encanto, la quiero para un cuadrito, por favor.
Pedro:
Obvio, la imprimimos después. Es divina.
Paula:
Me encanto, ¿vamos yendo? Posta que ya tengo las manos azules del frio.
Pedro:
Ay, mi amor… (Dice tomándole las manos para observarlas) Obvio, vamos. Me
hubieras dicho que tenías tanto frio y mirábamos el atardecer desde el auto.
Paula:
Pero desde acá se ve más lindo.
Pedro:
Es verdad.
Se
levantan de la carpa y en 10 minutos juntan todas las cosas y las guardan en el baúl del auto. Cuando desarmaron
la carpa, Moro se desperezó y bufando se subió al auto para seguir durmiendo en
el asiento trasero del mismo. “Este perro es lo más pancho que vi en mi vida”
comentó Pedro, pero Pau lo ignoró, ella defendía a Moro de cualquier crítica de
su novio.
Con
todo listo para partir, toman el camino a Costa del este disfrutando de la
hermosa vista del faro alumbrando a su alrededor hasta que lo pierden de vista
tras ir alejándose.
En el auto volvía a reinar el silencio, ni
siquiera habían encendido el estéreo. Pedro ya se sentía realmente muy
incomodo.
Pedro:
Estas re callada gorda.
Pau:
Si, estoy pensativa.
Pedro:
¿Se puede saber en qué pensás?
Pau:
No, por ahora no.
Pedro:
Dale, quiero saber. ¿Hay algo que te tiene preocupada?
Pau:
Ajam.
Pedro:
Em, ¿algo que paso en estos días?
Pau:
Podría decirse.
Pedro:
Dale, contame. Quiero que estemos bien.
Pau:
Estamos bien.
Pedro:
Bueno, está bien. Cuando quieras me podes decir, no me voy a enojar si tenes
alguna crítica hacia mi o algo así…
Pau
bajo la mirada, asintió y no volvió a hablar por largo rato, para su suerte le sonó
el celular, podría entretenerse con eso en lo que quedaba del viaje.
La
que le mandaba mensajes era Valen que tenía noticias para su amiga, pero se
negaba a contarle por mensaje, Pau cada vez se ponía mas ansiosa, quería saber
de qué se estaba perdiendo en la vida de Valen por lo que la llamo.
(Conversación
telefónica)
Valen:
¡¡Hola Pochi!!
Pau:
Hola Valen. ¡¡Contameee YA!!
Valen:
Me haces reír gorda. (Pau podía escuchar sus risas desde que la atendió) Pero
no te puedo contar ahora. (Eso último lo dijo bajando la voz)
Pau:
¡Ay! Sabes que odio esperar.
Valen:
Y bueno, no te va a quedar otra. ¿Cómo la están pasando ustedes?
Pau:
Bien. (Fue lo único que comento)
Valen:
Mmm, se me hace que paso algo… No pelees a Pepe por boludeces, eh.
Pau:
Te juro que no es tan boludez.
Valen:
Creo que cuando vuelvas sale juntada con Jose si o si… ¿No? (Bajando la voz de
nuevo continúa la frase) Tenemos que ponernos al día.
Pau:
Si, la verdad. Ay nena me dejas muy intrigada…. ¿Con quién estas?
Valen:
Con Herni, Santi y Jose.
Pau:
Ah, o sea que alguno de ellos no puede escuchar lo que me decías en voz baja.
(Deduce)
Valen:
Basta nena, cuando volvés te digo.
Pau:
Esta bien. Mandale besos a todos.
Valen:
Les mando. Vos mandale a Pedro y no le pelees por boludeces.
Pau:
Ya me dijiste eso.
Valen:
Bueno, pero para que te quede bien grabado.
Pau:
Okey, nos vemos el lunes Val. Besote. Te amo amiga.
Valen:
Besos a los dos. Te amo más.
Cortó
la comunicación y deja su celular en la cartera. Le dejo los saludos de Valen a
Pedro y le comento que estaban todos juntos. Por suerte ya estaban llegando a
destino, Pedro quería hablar con Pau si o si antes de irse a dormir, no
soportaba verla así de callada, de seria… Ella no era así, y estaba casi seguro
de que si estaba así era por algo que había hecho o dicho él…
A
penas llegan Pau se mete en la ducha, ya tenía frio y quería ponerse ropa
limpia y calentita. Pedro se encarga de bajar las cosas del auto y de ponerle
comida y agua a Moro, luego de hacer todo eso como todavía Paula no salía del
baño se sienta en el sillón y prende la televisión y obviamente busca algo en algún
canal de deportes para ver.
Ya
casi se estaba durmiendo en el sillón cuando escucha un nuevo sonido, le habían
cambiado el canal y Pau estaba sentada a su lado con el cabello húmedo aún.
Pedro:
¿Hace mucho estas acá?
Pau:
No, recién me senté. Perdón, cambie porque te vi dormido. (Le alcanza el
control remoto)
Pedro:
No pasa nada. (Le sonríe) ¿Ya hay agua caliente?
Pau:
Creo que sí.
Pedro:
Bueno, me voy a duchar y vengo.
Pau:
Bueno, yo me quedo acá mirando la tele.
Mientras
miraba muy entretenida el programa de moda que había encontrado en el cable el
celular de Pedro comenzó a sonar. “Otra vez sin que esté él” pensó ella, se
levanto del sillón y busco el celular, esta vez se trataba de una llamada no de
un mensaje como había sido en el restaurant, pero lamentablemente se trataba de
la misma persona. ¿Qué hacia esa tal Natalia llamando a su novio? ¡Más bronca
no podía tener! Si o si cuando saliera su novio del baño le iba a pedir
explicaciones de alguna forma… Era obvio que la llamada si la había visto. Dejo
que termine de sonar, ni toco el teléfono y se quedo esperando que salga de la
ducha su novio.
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Ameeeen a Natalia (? ajajajajaja
ayyy que no se venga la pelea!!!
ResponderEliminarquien coooooooonnnnn** es natalia!! ¬¬
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