Rocío y Pedro llegan a la casa de
Horacio, ya estaban todos allí. Habían quedado en cenar temprano ya que era
lunes y al otro día, todos trabajaban y a demás Rocío salía en un vuelo en la
mañana temprano.
Se sientan en seguida en la mesa, la
comida ya estaba lista, cenan entre risas, anécdotas, principalmente de Rocío
que los ponía al día de cómo iban las cosas en Bailoche para sus papás y
hermanos.
Rocío: Che, cuando quieran están
invitadísimos a pasar unos días en mi nueva casa. Me mude, como Pedro. ¡Nos
independizamos primooo! (Chocan los 5 festejando y riendo)
Pedro: Buenísimo. Me tenés pronto por
allá eh.
Rocío: No va a haber ningún problema.
Mientras Sonia y Caro lavaban los
platos, Horacio los secaba, Luciana y su esposo acostaban a los chicos, ya
dormidos, en la pieza de su abuelo, Rocío y Pedro preparaban café para hacer
una sobre mesa. Cuando estaba todo listo ubican las tazas y demás en la mesa
del living para seguir las charlas en los sillones, estando más cómodos.
Mientras los demás terminaban sus tareas
Pedro y Ro quedan solos, dándole la chance a su prima de indagar que pasaba con
Pau.
Rocío: ¿Y? ¿Qué onda con Pau? No me
contaste al final que pasó después de llevarle el vaso.
Pedro: De todo (Le dice riéndose). Bueno,
digamos que acomode mis ideas, y si, me encanta. ¡Pero vos sh eh!
Rocío: ¡¡Ay que amor!! Si, obvio que no
digo nada.
Pedro: ¿Y viste el día que te quedaste a
dormir de la tía que yo me había ido al cine?
Rocío: Ajam.
Pedro: Bueno, vimos una de terror y
después Pau tenía miedo y a la noche me llamo y fui… Y nos besamos. (Dice
bajando la mirada)
Rocío: ¡Ay nono! ¡Qué amor! Bueno,
espero que cuando vengas a Bariloche lo hagas con Pau eh.
Pedro: Ojala. Ahora quedamos en hablar
para aclarar las cosas bien.
Rocío: ¿No hablaron?
Pedro: Estábamos por hablar cuando vos
llamaste. (Se rie)
Rocío: ¡¡Ay no!! ¡¡Me muero, perdón!!
Pedro: No pasa nada, ya se va a dar.
Rocío: ¡¡No!! No esperes llegas y vas a
hablar con ella.
Pedro: Si, tenes razón.
Rocío: ¡Ay me encanta verte así! Te
deseo lo mejor con ella primo.
Pedro: (En voz baja le dice) Gracias,
pero sh que ahí vienen los demás. (Ahora con un volumen de voz para que todos
escuchen) ¿Qué me decías del Cerro Otto Ro?
Rocío: Ah, que hicieron una nueva posta
de culi patín que tenés que conocer. Es genial.
Terminan de beber su café o su té, y se
van yendo cada uno a su hogar. Todos se despiden afectuosamente de Rocío, le
desean buen viaje y le mandan muchos saludos al resto de la familia que estaba
en Bariloche.
En el viaje de vuelta Rocío le vuelve a
recordar a Pedro que ahora llegaban y tenia que ir a verla a Pau.
Pedro: Si, no te preocupes. Soy el que
más ganas tiene de hablar. ¡Pero tengo unos nervios!
Rocío: Igual, te digo… Consejo de prima,
y de mujer. A veces las palabras sobran y lo que más valen son los actos.
Pedro: Si, tenés toda la razón. Voy y le
como la boca. (Sonríe)
Rocío: ¡¡Vamos!! Ese es mi primo. (Ríe a
carcajadas y lo abraza)
Pedro entra el auto en su casa y le deja
las llaves a Rocío para que entre y va directo a lo de Paula. En el camino se
da cuenta que era tarde, mira su reloj y marcaba las 12:20 de la noche, y Paula
trabajaba. Empieza a dudar a mitad de camino. Comienza a regresar hacia su
casa, pero algo lo hace detener, y ese mismo “algo” hace que vuelva sobre sus
pasos, ahora más decidido que nunca. No importaban horarios. No importaban los
nervios. Solo importaba lo que su corazón dictaba.
Paula estaba en su casa, desvelada,
tratando de ver una película que había enganchado en el cable pero su mente
viajaba y solo podía pensar en Pedro. En él, en la relación que lo unía a él.
En cómo habían cambiado las cosas. Y en que no tenía nada claro. Siempre estaba
presente ese temor de que si le demostraba algo de lo que sentía, él se
enganche para terminar de olvidar a Jesica. Miedos, dudas, inseguridades y más
dudas.
El sonido del timbre interrumpe sus
pensamientos.
Así como estaba, en musculosa y short se
dirige a la puerta a ver quién era a esa hora. Al ver por la mirilla de la
puerta que se trataba de Pedro se alegra, pero a la vez se pone nerviosa. ¿Qué
haría a estas horas por su casa?
Sin pensarlo más le abre la puerta.
Tal como había ido pensando todo el
camino desde su casa hacia lo de Pau, apenas abre la puerta la agarra por la
cintura llevándola hacia adentro de la casa y cerrando la puerta de un
empujoncito con el pie, dejándola contra la pared, anonadada.
Se miran fijo a los ojos y nuevamente
Pedro es el que avanza e impacta sus labios contra los de ella; esta vez con
más seguridad que la primera, aquella noche en que encontraron a Morito.
Ella solo se deja llevar por lo que
siente, por lo que desea más, por lo que su corazón le dicta, y sigue el beso.
Entrelazando sus dedos en el cabello de él, para acercarlo más a ella. Disfrutando
del momento. Queriéndolo con todo su corazón.
Pedro por fin se siente más liviano al
llevar a cabo la acción que su corazón le pedía, ya desde hace un tiempo. Se sentía
plenamente feliz y no quería que esa sensación, que tenia al estar con ella, se
terminara nunca.
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Y la charla no vino nunca no llego ♪ Jajaja!
Igual mejor así, no?
A veces las acciones, las miradas o las demostraciones sinceras, de los sentimientos más profundos son mucho más útiles que un par de palabras que a veces se las lleva el viento.
Espero les haya gustado el capitulo. Muchas gracias por leer. ♥
Agos.
AWwwwww siii.. no llego la charla peroestuvo mejor !!! Qe Amor !! parece qe paraste con las vueltas no?? jajajjajja Me encanto !! El Pepe decidido me encanta y Pau me da ternura !!! Ellos me encantan ! ajjajja Muy Buena la nove! sabes qe me encanta ! a esperar e que sigue !
ResponderEliminarnaaaaaaaaaaaa no em podes dejar asi amigaaa dios te odio, pero me encanto quede con una emocion !!!! y obvio mejor a los hechos o actos que a las palabras
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