Capitulo 141 ♥

Pedro: Pau, soy yo. Quiero que hablemos.

Paula: ¡Nene! ¡Me re asustaste! ¿Qué haces acá?

Pedro: Ya te dije, quiero hablar. ¿Podemos?

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Pau: Pasa. ¡¡¡Pero casi me matas de un infarto Pedro!!!

Pedro termina de entrar a la habitación, con la almohada que Pau le había tirado en la mano, camina hasta el lado libre de la cama y allí se sienta, junto a ella.

Pedro: Perdón, te mande mensajes y no respondiste… Pensé que no contestabas porque estabas enojada entonces agarre las llaves que me diste de tu casa y me mande.

Paula: Bueno.

Pedro: Hablemos entonces.

Paula: ¿Y ahora tenias que venir? ¿No podías esperar hasta mañana?

Pedro: No, odio estar así con vos. No soporto este alejamiento.

Paula: (Bosteza) ¡Yo muero de sueño!

Pedro solo la miraba, con ojos tristes pero a la vez con seguridad de que estaba decidido a aclara todo de una vez y no se iba a mover de allí hasta que lo hagan.

Pau: Bueno, está bien. Pero vamos a la cocina así me preparo un café y te hago uno para vos si querés, porque estoy que me duermo.

Pedro: Como quieras, mientras hablemos.

Pau se levanto en silencio y el la siguió también sin hablar... Conectó la cafetera eléctrica luego de ponerle el agua y el café. Pedro busco las tazas en la alacena conocía esa casa como la propia y sabia donde estaba guardada cada cosa. Las coloco en la mesada, cerca de donde estaba Pau buscando la azucarera.

Se sentó a la mesa para esperarla. Ella al poco tiempo se acerco con las dos tazas ya servidas y se sentó frente a él.

Pau: Le puse dos de azúcar, ¿está bien, no?

Pedro: Si, como lo tomo siempre. Gracias. (Le sonrió)

Los dos estaban tranquilos todavía pero la tensión se sentía en el aire, tanto se sentía que casi se podía palpar. Pau bebió un sorbo de su café y se aclaro la garganta indicándole a Pedro que podía comenzar a hablar, lo escuchaba con atención. Todavía no sabía con que planteo venia él pero ella también estaba cansada de los malos entendidos…

Pedro: Em, a ver. ¿Por dónde empezar?

Pau: Si vos no sabes.

Pedro: No quiero pelear gorda, en serio, pero noto que últimamente ambos estamos incómodos con las situaciones que se dan entre nosotros y quisiera encontrar la forma de terminar con esa incomodidad.

Paula: Vos ya sabes que es lo que me molesta a mí.

Pedro: Si Pau, pero te juro que no logro terminar de entender por qué los celos con Natalia. En serio que es solo una amiga y nada más que eso. Yo te amo a vos, te elijo a vos.

Paula: Es que no son celos por ella... O sea, el problema es que esta ella en alguna lugar y parece que te olvidas de mi. El otro día en el café solo hablaban de anécdotas y cosas que hacían cuando eran chicos. Que prácticamente vivían juntos y hasta que sus primeros besitos fueron entre ustedes. ¡No me jodas! ¿Cómo querés que eso me caiga bien o me cause risa? Era una tomada de pelo. No se sabe ubicar tu amiguita.

Pedro: Bueno, si, esos comentarios los podría haber evitado… ¿Pero yo que podía hacer?

Paula: ¡Pararla un poco! Ya antes de los comentarios de los besos yo estaba re pintada, ni bocado metia en las charlas. ¿No te dabas cuenta de eso?

Pedro: Te contábamos las cosas a vos además de recordar entre nosotros… Si vos no hablabas era porque no querías, nadie te tenia amordazada.

Paula: ¡Ay, porque me interesaba tanto la charla!

Pedro: No seas así. Seguro si aparecía algún amigo o amiga tuyo, de la infancia, con el cual compartías mucho cuando eran chicos te gustaría que a mí me caiga bien y podes conversar como personas adultas juntos.

Paula: (La bronca en ella crecía, ¿encima la trataba de infantil?) Ya desde que me ocultaste que la habías reencontrado y lo tuve que descubrir yo leyendo el mensaje o viendo la llamada hiciste que me caiga mal… Ahí no parecía que querías que la conozca.

Pedro: Creí que eso ya lo habíamos dejado en claro en la costa. No fue apropósito.

Paula: Bueno, pero me sigue molestando. Te soy sincera.

Pedro: Bueno gorda, ¿pero qué querés que haga? Yo te digo todo el tiempo cuanto te amo y vos seguís desconfiando. No sé que necesitas... ¿Qué te baje la luna?

Paula: No me tomes el pelo nene. Yo ya te dije qué es lo que me molesta, vos fijate.

Pedro: Ay Paula. Me estas cansando, eh.

Se hizo un silencio, Paula no sabía que responderle por lo que se puso a juntar las tazas que habían utilizado y a lavarlas. Pedro mantenía el silencio porque si hablaba con toda la bronca que llevaba encima en ese momento iba a terminar arruinando absolutamente todo. Suspiro con fuerza dos veces, tomo aire, se paso sus manos nerviosas por su nuca y luego de contar hasta 20, se propuso comenzar a hablar de nuevo.

Pedro: Y si hay algo de vos que me desconcierta todavía más, es tu reacción de hoy en el boliche.

Paula: ¿Qué querías? ¿Qué me queda charlando con vos y Natalia para quedar pintada otra vez?

Pedro: No me refiero a ese momento…

Paula: ¿A cuál entonces?

Pedro: Te la pasaste bailando con Matías. Y sé que lo hacías apropósito.

Paula: ¡Nada que ver Pedro! Sabes que él siempre fue medio pesado conmigo. Yo no lo fui a buscar ni mucho menos.

Pedro: Claro, y vos no podías decirle que no, ¿no?

Paula: Bueno, admito que la primera invitación a bailar la acepte un poco apropósito pero por la bronca de que seguías hablando con Natalia a cada rato, después nada que ver Pedro. ¿Me estas cargando? ¿Ahora vos dudas de lo que siento yo? Después de que siempre te demuestro lo mucho que me importas.

Pedro: Si te importara tanto como decís, comprenderías que puedo charlar con una amiga un rato y que no hay segundas intenciones de parte de ninguno.

Paula: Si yo te importara, me la habrías presentado bien, sin escodármela en un principio y sin dejarme pintada cuando nos juntamos.

Pedro: No fue así, si vos no querías hablar no te iba a sacar las palabras cual interrogatorio policial. (Bufo y se levanto, comenzó a caminar nervioso yendo y viniendo de una punta a la otra de la cocina) Te juro que me esfuerzo, pero no te entiendo.

Paula: No es tan complicado.

Pedro: Vos si sos complicada… Hasta llegue a pensar que me hacías esto porque me querías dejar y no sabias cómo… (Expuso finalmente  su más grande temor)

Paula se quedo muda, no podía creer lo que escuchaba pronunciar por los labios de Pedro. ¿Le estaba hablando en serio? El siguió con su andar nervioso sin meter otro bocado...

Paula: Yo no puedo creer lo que estoy escuchando. ¿Me estas cargando, no? (Tanta bronca tenía que no pudo evitar que algunas lagrimas se escaparan de sus ojos y rodaran por su mejilla, pero rápidamente se las limpió.) No sé, ya no sé qué decirte, te juro…

Pedro: Bueno, si no tenés nada que decir, tal vez es cierta mi idea entonces.

Paula: (Con un nudo en la garganta y tratando de contener la cascada de lagrimas que se acumulaban en sus ojos) Andate Pedro. No valoras nada. ¡Nada!

Pedro: ¿Ahora yo no valoro nada? Ah bueno… (Dijo sobrándola y mordiendo todo si labio inferior) ¡Lo que me faltaba! Listo Paula. Creo que hasta acá llegamos. No da seguir lastimándonos así. Olvidate… Y si mi idea era cierta lograste tu cometido. Felicitaciones. (Sonrió con ironía y luego frunció su ceño para  de esa manera de la casa dando un portazo)

Paula seguía sentada en su lugar frente a la mesa, ahora dejando salir con libertad cada una de las lagrimas retenidas, seguía sin entender lo que había escuchado, no podía dar crédito a eso que acababa de pasar. ¿Así? ¿Tan fácil terminaba todo lo que con esfuerzo habían armado entre los dos? ¿Tan débil era el sentimiento para romperse tan fácil?

Confusión, frustración, bronca, lastima, tristeza. Todos esos sentimientos y más pasaban a la vez por su cuerpo y su alma. Pero por sobre todos el de tristeza.

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Capitulo dedicado a @Sandri_py porque... ya sabes porque ;) ¡FELICITACIONES! Te quiero ♥