Dos
días más habían pasado desde la discusión y dos más faltaban para el viaje. Era
viernes y ese lunes partirían hacia Roma.
Pedro
había salido a almorzar de su trabajo para despejarse un poco de su viernes
bastante cargado y recibió en ese momento un mensaje de Hernán "llamame
cuando puedas", sin pensarlo más presiono 'send' y lo llamo.
Pedro:
¿Qué haces loco? ¿Todo bien?
Hernán:
¡Hola! Que rápido llamaste. (Ríe) Creí que estabas trabajando.
Pedro:
Justo salí a almorzar, estoy yendo al barcito que esta acá, a la vuelta del
estudio. ¿Qué pasaba?
Hernán:
Ah, te llamaba por una invitación... Medio a último momento pero es una linda
idea.
Pedro:
A ver... Contame. (Temía por lo que podía habérsele ocurrido a su amigo)
Hernán:
El gerente del área en la que trabajo me invito hace dos semanas a una fiesta
que organizó él con un amigo en el salón del country en el que vive. Se hace
hoy a la noche... Es pagando una pequeña entrada ya que después donan lo
recaudado a un comedor y hogar de chicos con el que siempre colabora. Y bueno,
hoy me dijo que les diga a mis amigos porque todavía no completaron el cupo del
salón y si lo llenan es mejor, para colaborar más. (Pedro solo lo interrumpía
con algunos "si" o "ajam" en señal de que lo estaba
escuchando) Le dije que serian 5 más porque a mí ya me contaba. ¿Te copa?
Pedro:
Si, esta buena la idea. Más que es para colaborar con gente que lo necesita. ¿Cuál
es el valor de la entrada?
Hernán:
$180 cada uno. Porque es con cena...
Pedro:
Bueno. Dale, conta conmigo.
Hernán:
¡Genio! Buenísimo. Santi también ya me confirmo, ahora me queda decirles a las
chicas. Después te paso la dirección u organizamos para ir todos juntos.
Pedro: Dale, abrazo. Nos vemos.
Preocupación…
Esa noche seguramente volvería a ver a Pau. ¿Qué haría? ¿Cómo la trataría? Iba
a ser todo tan raro.
Tratarla
la iba a tratar bien, porque si, porque igual la quiere, la adora, la ama… No
la había sacado de su corazón ni mucho menos, pocos días habían pasado, pero la
decisión de alejarse un poco y no seguir con la relación de noviazgo ya estaba
tomada y quería mantenerla.
Pau
recibe el llamado de Hernán también a la hora en que salía a almorzar, desde
luego que acepta la invitación, era una buena y linda causa.
Estaba
feliz de poder colaborar pero ahora tenía dos problemas…
El
primero: Cruzarse a Pedro, verlo de nuevo. Tener que sentir a su corazón
estrujarse, sentir ese vacío en el pecho, sentir que ya no sea suyo, que ya no
la quiere. (Porque eso sentía, que ya no la quería). Volver a verlo iba a ser muy
shockeante, debía ser fuerte y seguir con la idea de recuperar la amistad,
tenía que concentrarse en eso.
El
segundo (y mucho más superficial): ¿Qué se iba a poner? Casi con urgencia les
manda el mismo mensaje a Jose y Valen “Chicas, van a la fiesta, no? A las 18:30
a casa para prepararnos!!! Porfa! No sé que ponerme.”
Las
dos le contestan confirmando su asistencia a la fiesta y también a su casa para
prepararse.
Tal
como habían pactado, al llegar a su casa las chicas ya estaban en la puerta
esperándola con bolsas con distintos cambios y maquillajes para probar y
prepararse.
Valen: Encima seguro va un montón de gente de guita,
por un lado mejor así colaboran mucho con los chicos que lo necesitan pero van
a ir re producidas y no tenemos que desentonar.
Jose: Bueno, ¡tranquila! Nosotras vamos con lo que
tenemos y a ser quienes somos. Tampoco nos dijo Herni que hay que ir de
elegante.
Pau: No, nos ponemos unos lindos vestidos de los que
tenemos y listo. Pero hay que decidir… ¡¡Y cómo me cuesta eso!!
Jose: Miss indecisión (Se ríe a carcajadas)
Pau: Y lo tengo totalmente asumido.
Valen: Bueno, tomamos unos mates, comemos algo y
empezamos.
Pau: Mates sí, pero les juro que no me entra nada,
tengo un nudo en el estomago.
Jose: (Le pasa un brazo por los hombros mientras
caminaban hacia la cocina) Bueno, tranqui Pochi. Es una fiesta no más.
Pau: Pero a esa fiesta va Pepe… Y todavía no me
siento tranquila para verlo y que no me pase nada… Creo que lo tengo en frente
y me pongo a llorar.
Valen: Lo amas mucho, ¿no?
Pau: Mucho.
Jose. ¿Y si arreglan las cosas y se dejan de
hinchar?
Pau: No Jo, ya está. El no quiere seguir, no lo
puedo obligar.
Jose: Mmm, voy a tener que hablar con este muchacho.
Pau: No Jose…
Jose: Sh, vamos… Dale Valen, pone la pava. Yo
voy mostrando los vestidos que tenemos y después nos probamos.
Terminaron con los mates mientras buscaban las
posibles combinaciones de zapatos y vestidos que tenían. Luego, comenzaron a
probarse las cosas para definir. Jose termino con un vestido de Pau, Pau con
uno de Valen y Valen con uno de Jose, solía pasarles eso, de que siempre les
guste más lo que se compraba la otra que lo que compraba una misma.
Los chicos, como sabían que ellas se juntaban desde
temprano en lo de Pau, deciden encontrarse en lo de Pedro pero a las 8. Total
ya iban vestidos cada uno de su casa, había quedado en ponerse jean o
pantalones de salir con camisas, total era algo dentro de todo informal.
Santi: Bueno, muchachos, a pasarla bien, eh. Hoy
conocemos gente nueva, disfrutemos.
Pedro: Disfruten ustedes… (Dice con cierto tono de
tristeza en su voz)
Herni: Vamos Pepe. ¿Qué pasa? Hay que ir con onda.
Pedro: Es que no quiero nada nuevo, hace 4 días no
más que no estoy con Pau… Y les digo la verdad… La extraño un montón.
Santi: ¡Ay Dios! Son complicados eh.
Pedro: Si, así somos. Vuelteros decía ella.
Herni: Bueno, pero si estas tan mal sin ella, ¿Por
qué no se dan otra chance?
Pedro: No sé, no creo que ella quiera… Me debe
odiar.
Santi: Y bueno, fijate… Posta que desde que no estás
con ella estas re bajón.
Pedro: Capaz se me pasa.
Herni: Si, claro. (Comenta con ironía)
Pedro: Bueno, ya voy a ver que hago.
Nueve y media tenían que estar en el country por lo
que 20:15 Herni llama a Valen para ver si ya estaban listas y como ella le
responde en afirmativa las pasan a buscar. Irían en el auto de Pedro y en el de
Hernán.
Estacionan
frente a la casa de Pau y se bajan los tres para saludarlas y decidir cómo se
dividirían en los autos. Las chicas salen y saludan uno a uno.
Pau
deja a Pedro para lo último y con el nudo en la panza más apretado que nunca
deja un beso en la mejilla de él, quien casi ni se mueve para saludarla, le
pone la mejilla.
Totalmente
aturdida y mareada por las reacciones de Pedro se aleja de él y se encamina
directo al auto de Hernán, no quería hacer el viaje incomodo ni para ella, ni
para él.
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